1.) En un mundo socialista ¿Cuantas personas se necesitan para cambiar una bombilla? Respuesta: ninguna, en un mundo socialista no se habría descubierto la electricidad.
2.) Un cubano se tropieza con un viejo amigo en Nueva York y le dice "Oyeme chico, ¿Cómo tu saliste de Cuba?... y el amigo le responde, -Muy fácil, con el pasaporte de un amigo. ¿Y el amigo donde está? Como un loco por toda Cuba buscando el pasaporte.
3.) En la Venezuela de Chavez una nueva maestra escribe en el pizarrón: "vuenas talde llo soi la profezora de la micion rovinson, bengo a enceñarle como podemos aprender a leel y a escrivir los mas rapido pocivle gracias al comandante chabes aprendi rapido".
4.) Van en una avioneta Rafael Correa, George Bush, El Santo Papa y un hippie. El avión tiene problemas y el piloto menciona por radio "el avión se va a estrellar yo tomo un paracaídas y se los dejo tres para que se salven". A esto Geroge Bush dice "yo por ser presidente de gran potencia tomar primer paracaídas" y salta, Rafael Correa dice "YO, YO soy superinteligente economista graduado en Lovaina y lo se todo mi país me necesita, yo tengo pasión por la patria" y salta. Mirándose entre sí el hippie y el Santo Padre, el Papa le dice al Hippie "hijo, yo he vivido bastante y he hecho la obra del señor, toma el último paracaídas". El hippie responde "no se preocupe buen señor porque el 'superinteligente economista de Lovaina' no cogió el paracaídas sino mi mochila".
Salud por el nuevo año y ya que el riesgo país subió a nuevos récords, beban champaña con calmante, mientras le recetamos thoracine al presidente flamante.
Friday, December 29, 2006
Tuesday, December 26, 2006
Comercialismo navideño
Por el padre Robert Sirico
Volvemos a oír llamados a desalojar el comercialismo de las Navidades. Tales advertencias en contra del materialismo inspirará conflictos y sentimientos de culpabilidad, sin aclarar nada ni hacer bien. Quienes critican el "comercialismo" en las Navidades olvidan que el comercio en estos días se inspira principalmente en el deseo de dar a otros. ¿En qué otro momento del año la actividad comercial se inspira en lagenerosidad?
Las denuncias contra el "comercialismo" navideño provienen de la misma gente que se opone al capitalismo el resto del año. Al hacerlo estimulan un nuevo gnosticismo, el punto de vista de que hay que cuidarse del mundo materialista y que la posesión de bienes materiales, más allá del mínimo esencial, es en sí pecaminoso. Para los modernos gnósticos, el propósito final de cada persona debe ser sobreponerse a la realidad materialista. Y como las festividades nos recuerdan cuan afortunados somos, ese mensaje anticomercial retumba en nuestros oídos.
Pero lo que frecuentemente se olvida es que la tradición judía y la cristiana aceptan la bondad del mundo físico y rechazan la herejía gnóstica. El Libro de Génesis nos enseña que la Tierra es un regalo de Dios para nuestro uso. Claro que la disciplina de órdenes religiosas frecuentemente requieren votos de pobreza, castidad y obediencia, pero estos juramentos no implican la condena del mundo material. La misma Iglesia que administra los sacramentos ha rechazado durante siglos el dualismo entre la materia y el espíritu. Por el contrario, el cristianismo nos enseña que el cuerpo y el alma es lo que en conjunto nos hace humanos. Jesucristo vino a nosotros totalmente divino y totalmente humano. ¿Qué mejor momento del año para que los cristianos expresemos nuestro amor por otros, acercándonos al amor de Dios por nosotros?
Recordemos que los Reyes Magos cruzaron el desierto para traerle al Niño Jesús oro (deseado universalmente con propósito monetario y como decoración), incienso y mirra (resinas exóticas reservadas principalmente para los reyes). Estas eran entonces las mercancías más valiosas. Tales regalos pueden llamarse superfluos y extravagantes. ¿Qué puede hacer un bebé con ellos? ¿Van más allá de lo que puede considerarse esencial? Claro que sí. Eran, apropiadamente, los más altamente apreciados símbolos de amor que los tres reyes podían dar.
La actitud anticomercial asoma un espíritu elitista entre ascetas quese sienten superiores al goce que la gente común siente dando regalos. Un grupo de ellos vende, sin fines de lucro, un afiche que muestra cómo se vería Belén si el capitalismo de hoy en día hubiera existido durante la primera Navidad. Parecen confundir el comercio con el descubrimiento de la electricidad.
El auge comercial experimentado cada diciembre es el mejor tipo de comercio que puede haber. Como la Palabra se convirtió en carne, nuestros sentimientos se convierten en regalos, sin importar cuan modestas tales expresiones puedan ser. A los niños se les debe enseñar a anteponer a los demás, usando su mesada o su propio trabajo para elaborar regalos.
Que los comerciantes obtengan una ganancia no le quita nada al resultado final que es permitirle a la gente expresar su espíritu generoso. Si los primeros cristianos lograron hacer suyos viejos festivales paganos, a los cristianos de hoy no les debe molestar que seglares hagan dinero al colaborar con las buenas intenciones navideñas. Y claro que podemos encontrar espiritualidad en el mercado, que es donde todos pasamos mucho de nuestro tiempo.
Las Navidades nos llama a dar gracias por nuestra prosperidad y acompartirla con otros, incluyendo aquellos más allá de nuestro círculo familiar y de amigos. Las Navidades es una de las pocas festividades religiosas reconocidas extensamente. El árbol de Navidad, el nacimiento y los villancicos son parte de nuestra cultura. Y los tacaños teológicos que quieren eliminar el comercialismo en las Navidades no deben olvidar la importancia de diciembre en mantener todo el año los comercios que necesitan. Los salarios de los otros 11 meses en muchos negocios dependen de una buena venta durante las Navidades.
Claro que el amor y la amistad no puede ser comprado o vendido, pero sí puede ser expresado y simbolizado por la generosidad material que caracteriza esta bella época del año.
Acton Institute
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Friday, December 22, 2006
Ayn Rand sobre la Navidad
"El significado secular de la fiesta de Navidad es más amplio que las tesis de cualquier religión particular: es una expresión de buena voluntad hacia los hombres... El aspecto atractivo de la Navidad es el hecho que expresa los buenos deseos en forma alegre, feliz y benigna, sin ninguna expresión de sacrificio. Uno dice: “Feliz Navidad” en lugar de “Llora y arrepiéntete”. Y las expresiones de los augurios son dadas en una forma material, terrenal: por medio de regalos a los amigos, o enviándoles tarjetas en señal de recuerdo y afecto.
El mejor aspecto de la Navidad es el aspecto abiertamente condenado por los místicos: el hecho que la Navidad se ha comercializado. Los regalos-comprados estimulan una efusión enorme de ingeniosidad en la creación de esos productos, asignados a un propósito solo: Dar placer a los hombres. Las decoraciones callejeras erigidas por los grandes almacenes y otras instituciones, los árboles de Navidad, las luces titilantes, los colores brillantes, proveen la ciudad de un despliegue espectacular, el cual sólo “la avaricia comercial” podría permitirse darnos. Uno tendría que estar terriblemente deprimido para resistir la alegría maravillosa de ese espectáculo."
Ayn Rand, escrito en Diciembre de 1976.
El mejor aspecto de la Navidad es el aspecto abiertamente condenado por los místicos: el hecho que la Navidad se ha comercializado. Los regalos-comprados estimulan una efusión enorme de ingeniosidad en la creación de esos productos, asignados a un propósito solo: Dar placer a los hombres. Las decoraciones callejeras erigidas por los grandes almacenes y otras instituciones, los árboles de Navidad, las luces titilantes, los colores brillantes, proveen la ciudad de un despliegue espectacular, el cual sólo “la avaricia comercial” podría permitirse darnos. Uno tendría que estar terriblemente deprimido para resistir la alegría maravillosa de ese espectáculo."
Ayn Rand, escrito en Diciembre de 1976.
Tuesday, December 19, 2006
No debe crearse el Ministerio de Cultura
Con respecto a la iniciativa de creación del Ministerio de Cultura por parte del gobierno de Rafael Correa
Según Wikipedia: la cultura son todas las formas de vida y expresiones de una sociedad determinada. Como tal incluye costumbres, practicas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestirse, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias.
Pero todas estas costumbres, practicas, códigos, se originan en la sociedad en forma espontánea mediante el continuo trato del individuo y su medio ambiente, juegan un papel importante los emprendedores culturales que influyen en distinta intensidad sobre los valores culturales de la sociedad y los cambian, diversifican, amplifican. El desarrollo de la cultura es también una suerte de destrucción creativa donde las viejas tradiciones se transforman o se cambian para dar paso a unas mas vigorosas y mas deseables.
Pero todo desarrollo cultural necesita de libertades individuales
Cuando existe un organismo estatal de cultura, las libertades civiles suelen estar en peligro. Pues la intervención gubernamental privilegia o estima mas prioritarias ciertas formas culturales y por ende las políticas públicas fomentan los intereses de grupos de presión que logran atención de los políticos para fomentar su trabajo en detrimento de otros grupos e individuos que no ejercen presión o no lograron “padrinazgo” de funcionarios públicos.
Un caso extremo, o mas bien dicho, mas patente de lo que hacen los organismos culturales, es el de Joseph Goebbels ministro de propaganda (Propagandaministerium) de Adolf Hitler. Quien organizaba desfiles, marchas, inmensas concentraciones con antorchas, daba forma a los discursos y controlaba el cine, la radio, la prensa, las artes, el teatro y toda manifestación cultural que existiese o se inventase.
Goebbels sigue vivo en cada organismo cultural estatal que existe o se crea, sus máximas de propaganda aún se mantienen, por nombrar tres de ellas: El principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada. (típicamente reunir equivocadamente en un mismo saco “neoliberal” a liberales y FMI). Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos (Como tildar la apertura comercial de empobrecedora cuando la pobreza se generan en los privilegios estatales). Principio de la unanimidad. Llegar a convencer mucha gente que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.
No es extraño entonces que las manifestaciones culturales financiadas por el gobierno tiendan a favorecer las ideas que avalen la existencia del Estado, su organismo cultural y a la burocracia, políticos y privilegiados dependientes de estos. Gobiernos y sus organismos culturales suelen fomentar libros, películas, obras de teatro y artes plásticas con temáticas relativas a la lucha de clases, el regreso al mito del buen salvaje, la crítica al progreso económico, la “sana” convivencia con el medio ambiente, la condena a la búsqueda de fortuna, la "identidad nacional" y el "bien común", etc.
Pero es que también hay muchos voluntarios a esta tarea, sea como activistas que logran puesto en el gobierno o extraños francotiradores que nunca habrán ejercido cargo pero gustosos apologizan la existencia de estados de amplios poderes y hasta ejercen culto a la personalidad de dictadores y tiranos. Oswaldo Guayasamín y Gabriel García Márquez son un par de ejemplos de anuencia a dictadores como Fidel Castro.
¿Qué debe reemplazar a este organismo?
La Libertad, la libertad de emprender cualquier proyecto cultural, que implica asumir los beneficios y riesgos de que el emprendimiento sea bien o mal recibido, aprender de los errores y aciertos, capitalizar los logros para continuar con el proyecto individual de vida que implica intentar trascender con la obra los límites del tiempo. Los creadores de cultura deben ejercer su actividad libres de privilegios y libres de censura.
Los organismos de propaganda, llámense ministerios, consejos o subsecretarías, deben desaparecer.
Según Wikipedia: la cultura son todas las formas de vida y expresiones de una sociedad determinada. Como tal incluye costumbres, practicas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestirse, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias.
Pero todas estas costumbres, practicas, códigos, se originan en la sociedad en forma espontánea mediante el continuo trato del individuo y su medio ambiente, juegan un papel importante los emprendedores culturales que influyen en distinta intensidad sobre los valores culturales de la sociedad y los cambian, diversifican, amplifican. El desarrollo de la cultura es también una suerte de destrucción creativa donde las viejas tradiciones se transforman o se cambian para dar paso a unas mas vigorosas y mas deseables.
Pero todo desarrollo cultural necesita de libertades individuales
Cuando existe un organismo estatal de cultura, las libertades civiles suelen estar en peligro. Pues la intervención gubernamental privilegia o estima mas prioritarias ciertas formas culturales y por ende las políticas públicas fomentan los intereses de grupos de presión que logran atención de los políticos para fomentar su trabajo en detrimento de otros grupos e individuos que no ejercen presión o no lograron “padrinazgo” de funcionarios públicos.
Un caso extremo, o mas bien dicho, mas patente de lo que hacen los organismos culturales, es el de Joseph Goebbels ministro de propaganda (Propagandaministerium) de Adolf Hitler. Quien organizaba desfiles, marchas, inmensas concentraciones con antorchas, daba forma a los discursos y controlaba el cine, la radio, la prensa, las artes, el teatro y toda manifestación cultural que existiese o se inventase.
Goebbels sigue vivo en cada organismo cultural estatal que existe o se crea, sus máximas de propaganda aún se mantienen, por nombrar tres de ellas: El principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada. (típicamente reunir equivocadamente en un mismo saco “neoliberal” a liberales y FMI). Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos (Como tildar la apertura comercial de empobrecedora cuando la pobreza se generan en los privilegios estatales). Principio de la unanimidad. Llegar a convencer mucha gente que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.
No es extraño entonces que las manifestaciones culturales financiadas por el gobierno tiendan a favorecer las ideas que avalen la existencia del Estado, su organismo cultural y a la burocracia, políticos y privilegiados dependientes de estos. Gobiernos y sus organismos culturales suelen fomentar libros, películas, obras de teatro y artes plásticas con temáticas relativas a la lucha de clases, el regreso al mito del buen salvaje, la crítica al progreso económico, la “sana” convivencia con el medio ambiente, la condena a la búsqueda de fortuna, la "identidad nacional" y el "bien común", etc.
Pero es que también hay muchos voluntarios a esta tarea, sea como activistas que logran puesto en el gobierno o extraños francotiradores que nunca habrán ejercido cargo pero gustosos apologizan la existencia de estados de amplios poderes y hasta ejercen culto a la personalidad de dictadores y tiranos. Oswaldo Guayasamín y Gabriel García Márquez son un par de ejemplos de anuencia a dictadores como Fidel Castro.
¿Qué debe reemplazar a este organismo?
La Libertad, la libertad de emprender cualquier proyecto cultural, que implica asumir los beneficios y riesgos de que el emprendimiento sea bien o mal recibido, aprender de los errores y aciertos, capitalizar los logros para continuar con el proyecto individual de vida que implica intentar trascender con la obra los límites del tiempo. Los creadores de cultura deben ejercer su actividad libres de privilegios y libres de censura.
Los organismos de propaganda, llámense ministerios, consejos o subsecretarías, deben desaparecer.
Cómo las constituciones de América Latina debilitan el estado de derecho
Por Anastasia O'Grady
Democracia: Más que el gobierno de la mayoría
El mayor atractivo de la democracia es la noción de gobierno propio en manos de autoridades representativas, elegidas por votación popular. Sin embargo, Bastiat, en su libro La ley, sostenía que el sufragio universal perdería importancia si un sistema de privilegios reemplazara la igualdad bajo la ley. "De hecho," pregunta,
Democracia: Más que el gobierno de la mayoría
El mayor atractivo de la democracia es la noción de gobierno propio en manos de autoridades representativas, elegidas por votación popular. Sin embargo, Bastiat, en su libro La ley, sostenía que el sufragio universal perdería importancia si un sistema de privilegios reemplazara la igualdad bajo la ley. "De hecho," pregunta,
¿Si la ley se limitase a proteger a todas las personas, todas las libertades y
propiedades, si la ley no fuese más que la combinación organizada del derecho de
los individuos a la defensa propia; si la ley fuese el obstáculo, el control, el
sancionador de toda opresión y saqueo ...nosotros, los ciudadanos, discutiríamos
los límites del derecho al voto?
Este es un punto extremadamente importante: mientras que los auto proclamados estadistas de nuestra época parecen creer que la cualidad más importante de una democracia es que cada persona emita un voto, Bastiat previó certeramente que es la igualdad bajo la ley lo que sería el factor individual más crucial para una sociedad justa. En las encuestas, las actuales democracias latinoamericanas demuestran un alto índice de participación, aunque la pobreza, el privilegio y la corrupción siguen predominando.
El sufragio universal en sí mismo no ha podido producir lo que realmente se necesita: igualdad bajo la ley. Resulta irónico que se oriente tanto esfuerzo a la causa de la libertad política y tan poco a la de la libertad económica. Friedrich Hayek escribió en Camino a la servidumbre, “Hemos abandonado gradualmente aquella libertad en los asuntos económicos sin la cual la libertad personal o política jamás ha existido en el pasado".
Socialismo: La legalización del robo
Bastiat nos advirtió contra la tendencia de pervertir la ley para legalizar lo qué él llamó "saqueo": Resulta difícil imaginarse que no estaba describiendo a tantas democracias latinoamericanas cuando señalaba: “A veces, la ley defiende el saqueo y participa de él. A veces, la ley pone todo el aparato de jueces, policía, prisiones y gendarmes al servicio de los saqueadores y trata a la víctima (cuándo ésta se defiende) como a un criminal. En síntesis, esto es saqueó legal”.
Para identificar el saqueo legal, Bastiat recomienda observar “si la ley quita a ciertas personas lo qué les pertenece y se lo entrega a otros á quienes no les pertenece”. Examinen si la ley beneficia a un ciudadano a expensas de otro haciendo lo qué ese ciudadano por sí mismo no podría hacer sin cometer un delito”. También advirtió que:
Los socialistas desean ejercer el saqueo legal, no el ilegal. Los socialistas,
como todo monopolista, desean hacer de la ley un arma propia. Una vez que la ley
está a favor del socialismo, ¿cómo podría utilizársela en su contra? Porque
cuando el saqueo es alentado por la ley, no teme a los tribunales, ni a los
gendarmes, ni a las prisiones. Sino que los convocará para que lo ayuden.
Nadie podrá vencer al socialismo, prosiguió, en “tanto el saqueo legal siga siendo la actividad principal del Poder Legislativo”. Así, en su minúsculo libro; Frederic Bastiat expuso el ciclo de destrucción que devoraría a América Latina unos 150 años después y explicó por qué los políticos imprudentes como Alan García(*) pueden resucitarse a sí mismos. Las Constituciones están redactadas como para legalizar el saqueo, y una vez que han logrado su objetivo, se convierten en la herramienta perfecta para el socialismo. Desafiar el poder del socialismo con una ley de ese tipo es, en palabra de Bastiat, “ilógico, de hecho, absurdo”. Bastiat no fue el único en marcar la diferencia entre democracia y socialismo. En 1848, Alexis de Tocqueville subrayó que:
La democracia amplía la esfera de la libertad individual; el socialismo, la
reduce. La democracia otorga el máximo valor posible a cada persona; el
socialismo la convierte en un mero agente, un simple número. La democracia y el
socialismo no tienen nada en común excepto una palabra: igualdad. Sin embargo
observen la diferencia: la democracia busca igualad en libertad, el socialismo
igualdad en restricción y servidumbre.
Hayek se hizo eco de estos sentimientos al advertir que el socialismo ha persuadido a las personas de pensamiento liberal a someterse nuevamente a esa disciplina de la vida económica que habían derrocado porque, en palabras de Adam Smith, coloca a los gobiernos en una posición en la que “para sostenerse se ven forzados a ser opresivos y tiránicos”.
Gobierno ilimitado
Actualmente en América Latina la mayoría de las naciones tienen sistemas de voto obligatorio. No obstante, la pobreza y la desigualdad persisten. ¿Por qué? Porque el derecho al voto por sí mismo no crea una sociedad justa. Para lograrla, el poder del gobierno debe ser limitado: El gran éxito económico de Estados Unidos no es un accidente. Los padres fundadores de los Estados Unidos se preocuparon profundamente por el poder del gobierno y se esforzaron por limitarlo. James Madison temía las consecuencias de una democracia que fuese el “gobierno de la mayoría” y que careciese de los controles suficientes. “Pero ¿qué es e1 gobierno en sí, sino el mayor reflejo de la naturaleza humana?” escribió Madison en el N° 51 del Federalist.
Si las personas fuesen ángeles; no habría necesidad de un gobierno. Si los ángeles gobernaran a los seres humanos, no habría necesidad de controles externos ni internos. Al concebir un gobierno, que será administrado por seres humanos sobre seres humanos, la gran dificultad reside en: Primero, se debe permitir que el gobierno controle a los gobernados; e inmediatamente, se lo debe obligar a controlarse a sí mismo.
La Constitución de EE.UU. es breve en comparación con otras, pero ese no es su rasgo más sobresaliente. Está llena de “derechos negativos”; es decir, trata en gran medida sobre lo que los gobiernos no pueden hacer. Es un marcado contraste con la mayoría de las constituciones latinoamericanas, que otorgan al gobierno amplias facultades y responsabilidades, meticulosamente detalladas.
Brasil es un claro ejemplo de un gobierno fuera de control por orden de la Constitución. Al descargarla de la Web,. su extensión supera las 200 páginas. Expresa que entre los “objetivos fundamentales” del gobierno se encuentran “garantizar el desarrollo nacional”, “erradicar la pobreza y la mala calidad de vida; reducir las desigualdades sociales y regionales” y “promover el bienestar de todos”. Los ciudadanos de Brasil, según los términos de su Constitución, tienen derecho a “la educación, la salud, el trabajo, el descanso, la seguridad, la seguridad social, protección de la maternidad y de la niñez, y la asistencia al indigente” Tienen el derecho constitucional a un “piso salarial”, a la no reducción de los salarios y a un aguinaldo anual.
Gozan del derecho a “un pago por las horas extras que debe ser por lo menos un 50% superior al de las horas normales de trabajo” y a una “vacación anual con una remuneración de por lo menos un tercio más que el salario normal”. Además se les garantiza “asistencia gratuita para los niños y familiares a cargo desde el nacimiento hasta los seis años, en guarderías y centros preescolares”.
En la sección de la constitución dedicada a la cultura, se establece que se ha encomendado al gobierno la protección dé la herencia cultural de Brasil mediante “inventarios, registros, decretos de vigilancia para protección de los monumentos, expropiación y otras formas de precaución y preservación”. En la sección dedicada a los deportes, la Constitución especifica que “El gobierno fomentará la recreación, como forma de promoción social”.
Resulta sorprendente que hoy en Brasil, a pesar de tantos “derechos” garantizados de salud, riqueza y felicidad, tantos brasileños permanezcan en la miseria. No obstante, y aun cuando los brasileños no prosperan, la amplia responsabilidad constitucional del gobierno le permite volverse más intervencionista e invasor. No puede generar riqueza; entonces la absorbe de otros para cumplir con su obligación.
Es de imaginarse, por supuesto, que Brasil no es el único caso. La constitución de Perú tiene una sección independiente titulada “El régimen económico”. El Artículo 59 establece que el Estado “estimula la creación de la riqueza” y “ofrece oportunidades de progreso a aquellos sectores afectados por cualquier tipo de desigualdad; al respecto, promueve la pequeña empresa en todas sus formas”. El Artículo 58 especifica que la iniciativa privada “se ejerce dentro de una economía de mercado social”. Bajo esté régimen, el Estado guía el desarrollo del país y actúa principalmente en las áreas de promoción del empleo, salud, educación, seguridad, servicios e infraestructura públicas”. El Artículo 66 es otra señal de la gran desconfianza del gobierno en relación con la libertad: "Los recursos naturales, renovados o no, son patrimonio de la Nación. El Estado tiene soberanía en su utilización”. La Constitución mexicana establece restricciones similares sobre los recursos naturales del país, al igual que la mayoría de las demás constituciones latinoamericanas.
El problema no reside en el hecho de que Brasil, México o Perú posean tantas leyes perniciosas; también EE.UU. ha coqueteado con la insensatez. El principal obstáculo es que gran parte de la ley está consagrada en la Constitución, por lo que una reforma resulta una tarea monumental. Por ejemplo, en Brasil, las enmiendas constitucionales requieren una mayoría de dos tercios y que se las apruebe dos veces en cada una de las cámaras: un enorme emprendimiento político.
Gobierno ilimitado: Motor de corrupción
Cuando la mayoría gobierna, el poder del gobierno no tiene restricciones, la riqueza se concentrá y los candidatos cómo Alan García adquieren una ventaja automática porque pueden prometer desnudar a los ricos y vestir a los pobres.
No obstante, las mismas facultades ilimitadas que le permiten al candidato formular promesas tan creíbles también brindan oportunidades para la corrupción masiva.Ése es el motivo por el cual los grandes “reformadores” dé la década de los 90,.entre ellos Carlos Saúl Ménem, Alberto Fujimori, Carlos Salinas y Fernando Henrique Cardoso, decepcionaron tan crudamente a sus electores. Con pragmatismo, utilizaron su extenso poder para adoptar una mayor libertad del sector privado, pero también conservaron una discreción ilimitada y, en consecuencia, cayeron víctimas de imputaciones de corrupción generalizada dentro de sus regímenes.
Al analizar estas desilusiones, demasiados observadores confundieron la liberalización prometida inicialmente con la pseudo liberalización de los '90. Recordemos el siguiente ejemplo: un uruguayo me discutía cierta vez que el escándalo de corrupción en la Argentina en el que supuestamente el Banco de la Nación, un banco estatal, adjudicó ilícitamente un contrato a IBM, fue un ejemplo de cómo la privatización genera corrupción: La verdadera razón de ese escándalo fue qué si él Banco de la Nación se hubiese vendido, la empresa habría estado bajo la presión del mercado para otorgar él contrato al oferente más competitivo. Desafortunadamente, en vez de atribuir las fallas del proceso de reforma de los '90 a la falta dé límites del gobierno, muchos han culpado al mercado.
Esta acusación persiste a pesar del hecho de que los gobiernos con plenos poderes manifiestan tendencias a la corrupción. Además, es un argumento que resulta conveniente para los socialistas que desean volver a un mayor control del gobierno sobre la economía y que ha infundido vigor a sus campañas. Un gobierno ilimitado fomenta la corrupción y la concentración de la riqueza. Esta situación despierta mayores demandas de “justicia” por parte de la mayoría y, por lo tanto, mayor populismo, el que, a su vez, genera aun mayor pobreza y corrupción. La popularidad de Alan García sugiere que podría ser imposible quebrar este ciclo sin primero limitar las facultades del gobierno.
La salida: Comercio y competencia
Cambiar el poder ilimitado del gobierno en el mundo en desarrollo no resultará fácil. Después de todo, para lograrlo, los políticos deberían envenenar su propia agua, es decir, tendrían que consentir en restringir sus propias facultades -cosa poco probable que suceda si no cuentan con incentivos poderosos.El mejor aliciente para la reforma gubernamental es el comercio abierto. En un ámbito dé apertura comercial, los gobiernos también deben competir, y esto implica que deberían cercenar sus instintos intervencionistas.
La relación entre el comercio y la restricción gubernamental no es nueva. Como lo señalara Hayek en Camino a la Servidumbre,
La transformación gradual de un sistema jerárquico rígidamente organizado a uno
donde las personas al menos puedan intentar forjar su propia vida, donde puedan
tener la oportunidad de conocer y elegir entre distintos estilos de vida, está
estrechamente asociada con el crecimiento del comercio. Desde las ciudades
Comerciales de Italia del norte, con el comercio se expandió la nueva
perspectiva de vida hacia el oeste y el norte, a través de Francia, y del
sudoeste de Alemania a los Países Bajos y a las Islas Británicas, afianzándose
con firmeza donde no había un poder político despótico que la asfixiara.
En otras palabras, los mercados abiertos ayudan a edificar la democracia porque el comercio permite que un segmento más amplio de la población asuma un papel activo y acumule medios económicos. De hecho, un aumento en la apertura comercial en Perú, desde los últimos años de la década de los '80, podría explicar por qué Alan García no pudo ganar la segunda ronda electoral. Son más los peruanos que hoy, en comparación con 1985, tienen una participación económica que sufriría bajo un gobierno retrógrado, gracias a la mayor apertura de la economía.
A lo largo de la historia, las naciones que han expandido el comercio también han ampliado su libertad política y aumentado su prosperidad. Es importante recordar este hecho cuando EE.UU. observa cómo occidente retrocede hacia un socialismo populista. Ni la ayuda internacional ni la retórica del Primer Mundo pueden sustituir la influencia que las fuerzas del mercado, desatadas por un aumento en la actividad comercial, tendrían sobre la formación de gobiernos responsables y limitados en América Latina. Mantener el status quo de proteccionismo y aislamiento prácticamente garantiza la continuación de demagogos populistas, pobreza social e inestabilidad regional.
(*) Nota de la redacción: admítase en este espacio ubicar al mandatario que prefiera.
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Saturday, December 16, 2006
Libertades durante el pre-incario
Vale aclarar los términos, la libertad civil y económica (en realidad son lo mismo) no dependen de organismos internacionales como OMC, FMI, Cepal o BM, tampoco son fruto de imposiciones políticas sino de la falta de estas, como dije en este u otro foro, el capitalismo funciona incluso sin forma de gobierno alguno. El capitalismo primitivo del que hablo o capitalismo laissez faire, encaja en la teoría del orden natural espontáneo y al ser este sistema primitivo huérfano de imposición de ningún Estado lo convierte en un sistema ético porque está libre de la imposición por la fuerza.
Durante la época preincaica los valores comunitarios no eran impuestos a la fuerza, eran mutuamente consentidos entre los individuos, la minga era posible precisamente porque los individuos cooperaban voluntariamente sin el uso de la coerción de Estado alguno. El comercio ciertamente era trueque o utilizando medios de intercambios como el Spondylus lo cual no invalida el hecho de que era libre, no había un Estado que regulara este intercambio ni impusiera cuotas o aranceles a los productores: osea libre comercio, libre trueque o como se lo quiera llamar. La ley de oferta y demanda se cumplía a cabalidad, si por alguna razón la lana de llama escaseaba debido a peste o necesidad del mismo productor, su precio subía en el mercado cotizado como hachas de bronce, vasijas de barro o cuentas de oro. ¿La razón? si la lana era mas necesaria para mi que para venderla me desharé de ella pero solo a un mejor precio, lo mismo si había sobreabundancia de flechas de obsidiana, de nada me sirve guardarlas porque no se venden si mejor puedo reducir el precio y deshacerme de ellas e intercambiarlas por algo que si necesito como madera del oriente. Libre oferta y demanda, donde el concepto equívoco de la plusvalía no cabe en forma alguna.
La libre competencia no depende de la OMC, puede funcionar sin esta como aquí hace centurias, libre competencia es que varias tribus hagan vasijas y las vendan en Quitu o Jambato y compitan por venderlas, o que distintas tribus de agricultores ofrezcan los mismos productos y mejoren sus precios entre uno y otro para vender su producción e intercambiarla con cosas que sus tribus necesitan. Esto es libre competencia para lo cual no existían -ni son necesarios- OMC, Unión Europea, Mercosur o ente estatal regulador. Incluso en esta época ya puede verse división del trabajo, personas y tribus que eran contratadas para llevar los productos que ellos mismos no producían, empresas familiares y tribales de balseros que compraban mercancías y las vendían en mercados tan distantes como las actuales Panamá y Guatemala, talleres que compraban sílex u obsidiana para trabajarlos y los distribuían para su venta (cuando realmente ni siquiera salían a cazar).
Y precisamente para defender este modo de vida libre sin mas gobierno que el de sus ancianos y el consejo de los chamanes es como nuestros ancestros combatieron fieramente a una cultura en extremo estatista como la incaica, cuyo sistema de ingeniería social y diseño vertical (genocidio incluído), explotación, esclavismo, tributos y castas era detestable tanto como nuestros actuales Estados nacionales con su extorsión, corrupción, impuestos y burocracia.
Tuesday, December 12, 2006
El tirano ha muerto
No se justifican los medios para alcanzar un fin mas aún si estos medios incluyen asesinato, violación, confiscación, mentira y destrucción de libertades civiles. TODO tirano merece el justo castigo por sus errores y merece que la historia le pase factura. A propósito del tema mostramos una reseña del libro "Salvador Allende. Antisemitismo y Eutanasia" de víctor Farías.
¿Quién era realmente Salvador Allende?
Por Juan Carlos Girauta
Esta es, textualmente, la enigmática pregunta que un día le hizo Simon Wiesenthal, el célebre cazador de nazis, a Víctor Farías, filósofo, historiador, Catedrático de la Freie Universitat de Berlín, académico en Estados Unidos y Argentina.
Víctor Farías está a punto de regresar a su Chile natal después de cuarenta fructíferos años en Alemania, donde fue alumno dilecto de Heidegger. Con el tiempo, acabaría profundizando en las conexiones de la filosofía de su maestro -y del maestro mismo- con el nacionalsocialismo; Heidegger y el nazismo se convirtió en un acontecimiento editorial e intelectual tras permanecer cinco años inédito. Temor editorial, algo a lo que el autor está acostumbrado: veinticinco años tuvo que esperar a la imprenta La izquierda chilena. Mucho menos ha tardado su última obra, Salvador Allende. Antisemitismo y Eutanasia, a pesar del rechazo de su editorial, Seix Barral, y también de Planeta, que lo consideraron “un libro estupendo, pero impublicable”. Lo mismo que otras catorce editoriales.
Quien sienta algún afecto por la figura de Salvador Allende, es decir, toda la izquierda, está a punto de encontrarse con una desagradable sorpresa, por decirlo suavemente. Recordarán al ex presidente socialista de Chile como el revolucionario mártir que tantos jóvenes lloramos en los años setenta ante las estremecedoras escenas finales de La batalla de Chile, aquella película inacabable que había que ver por trozos. En realidad fue un convencido antisemita, un defensor de la predeterminación genética de los delincuentes que extendió su racismo a árabes y gitanos, consideró que los revolucionarios eran psicópatas peligrosos que había que tratar como enfermos mentales, propugnó la penalización de la transmisión de enfermedades venéreas y defendió la esterilización de los alienados mentales. Ideas rechazadas por la opinión pública mundial en pleno, con una sola excepción: la Alemania nazi. Porque Allende defendía estas posturas precisamente en los años treinta.
Lo tiene muy difícil quien intente negar estos extremos; el mismo Allende lo dejó todo escrito en dos piezas que se han mantenido ocultas hasta hoy y que Farías ha rescatado. Se trata de Higiene mental y delincuencia, la memoria o tesis que Allende presentó en la Universidad de Chile en 1933 para obtener el título de Médico Cirujano, y el Proyecto de Ley que elaboró siendo ministro de Salubridad del gobierno del Frente Popular (1939-1941) de Pedro Aguirre Cerda. Proyecto que no llegó al parlamento por el rechazo de la sociedad en general y de la clase médica en particular, destacando la oposición frontal de las primeras autoridades del momento en psiquiatría y genética, los doctores Vila y Cubillos.
En declaraciones al diario La Nación, Allende explicó su proyecto como “un trípode legislativo en defensa de la raza”: tratamiento obligatorio de las toxicomanías, de las enfermedades venéreas -“transformando en delito su contagio”- y “esterilización de los alienados mentales”. Allende preveía la creación de un Tribunal de Esterilización, inaccesible a la familia del enfermo y competente para dictar sentencias inapelables. Leemos en el Artículo 23 que “todas las resoluciones que dicten los tribunales de esterilización (...) se llevarán a efecto, en caso de resistencia, con el auxilio de la fuerza pública”. Farías subraya las “increíbles analogías entre el proyecto nazi y el de Salvador Allende”, entre la Ley de Esterilización del chileno y la “Ley para precaver una descendencia con taras hereditarias” dictada por el Tercer Reich en 1933. El número y tipo de enfermedades que ambas normas recogen son idénticos; contienen capítulos casi iguales. En cuanto a las diferencias, es más duro Allende: la esterilización de los alcohólicos crónicos es obligatoria en el proyecto chileno, no en la ley alemana.
Pero dejemos hablar al Allende de Higiene mental y delincuencia: “Los hebreos se caracterizan por determinadas formas de delito: estafa, falsedad, calumnia y, sobre todo, la usura”. Refiriéndose a los revolucionarios, destaca “la influencia perniciosa que sobre las masas pueda ejercer un individuo en apariencia normal y que, en realidad, al estudiarlo nos demostraría pertenecer a un grupo determinado de trastornos mentales (...) este tipo de trastornos colectivos tienen a veces caracteres epidemiológicos, y es por eso que cuando estallan movimientos revolucionarios en ciertos países, éstos se propagan con increíble rapidez a los estados vecinos.” Curioso pensamiento para un declarado marxista.
En una reciente entrevista para el diario La Segunda, Farías señala que “En Chile hubo y hay una gran cantidad de antijudíos. Lo increíble es que mientras los líderes nazistas González von Marées, Carlos Séller y Tomás Allende, el padre de la escritora Isabel Allende, afirman que los judíos son un daño, pero reconocen la pluralidad de las razas, en su Memoria Allende se muestra como antisemita en el sentido biológico”.
No es extraño que quien defendía las tesis del determinismo racial, la genética del delito para judíos, árabes y gitanos, quien comulgaba con la eugenesia negativa de los nazis, acabara protegiendo en los años setenta, siendo ya Presidente, al criminal de guerra nazi Walter Rauff, residente en Chile. La denuncia procede directamente de Wiesenthal. Él puso a Víctor Farías sobre la pista cuando lo abordó, tras recibir el Gran Collar de la RFA, con la pregunta que nos sirve de título: ¿Quién era realmente Salvador Allende? La respuesta la hemos ido viendo, y se completa contestando a otra pregunta: ¿Quién era Walter Rauff, el protegido de la Unidad Popular?
Walter Rauff fue el inventor del sistema de exterminio con camiones de gas y, por tanto, el responsable de la muerte de medio millón de personas en Auschwitz, un criminal despiadado que asesinó “prácticamente con sus propias manos”, explica Farías, a más de cien mil personas. Simon Wiesenthal deseaba para Rauff un final similar al de Adolf Eichmann. Por eso escribió al presidente socialista narrando las atrocidades del criminal de guerra que su país acogía. En respuesta, Wiesenthal recibió “una carta fría”. Hubo más cartas inútiles. El cazador de nazis autorizó a Farías a publicarlas. Aparecieron en el epílogo de Nazis en Chile, desencadenando una agria polémica entre el filósofo y la hija de Allende, Isabel.
Que decida el lector si hay relación entre esas dos sombras en la biografía de Salvador Allende: la que se cierne sobre el médico y ministro de los años treinta, la que anubla al presidente de los setenta, época en que se forjó el poderoso icono del progresismo. Entre el racista de Higiene mental y delincuencia, pronto ministro responsable de una Ley de Esterilización calcada de la legislación nazi que estaba siendo aplicada en Alemania, y el presidente de la Unidad Popular que entristece y decepciona a Simon Wiesenthal, sembrando la sospecha.
Parece evidente que si Wiesenthal quería que Farías le ayudara es porque creía que la negativa de Allende a entregar a Rauff debía acreditarse en el futuro. El filósofo chileno tardó varios años, pero encontró al fin la correspondencia. Una carta dormía en un archivo italiano, otra en Austria... Y entonces se puso en contacto con Wiesenthal:
Las cartas vieron la luz en el epílogo de Nazis en Chile. Y, efectivamente, fue muy triste, porque revelaban, en palabras de Farías, “la verdadera identidad histórica” de Allende, el líder que se hizo fuerte en el Palacio de la Moneda, que murió tras dejar grabado un mensaje cuya audición todavía nos estremece. La publicación indignó a la hija del mártir, Isabel, quien, “muy alterada”, le gritó a Farías al teléfono: “¡Mi papá no es nazi!” Él respondió que su padre, que se proclamó revolucionario, se había negado a entregar a un criminal de guerra, y de paso apuntó a “dos personalidades que (le) acompañaron muy de cerca en su itinerario político: Eduardo Novoa Monreal y Enrique Shepeler”.
Sabemos que en 1972 le pidió Wiesenthal por primera vez al presidente de Chile que iniciara los trámites oportunos para procesar a Walter Rauff o, más exactamente, para reabrir el proceso contra él. En 1963, la Corte Chilena había zanjado el asunto invocando la prescripción de los delitos imputados. Según el tribunal, el paso de treinta años impedía cualquier actuación penal. Wiesenthal esgrimió ante Allende lo que todos sabemos, que los crímenes contra la Humanidad no prescriben. Pero no se limita a invocar el principio general, sino que se pone en la tesitura de recordarle al presidente de Chile la legislación internacional firmada por su país, y cita hasta tres tratados: de 1948, de 1952 y de 1970. Estas normas, que vinculan a Chile, recogen con claridad la no prescripción de los crímenes contra la Humanidad y la primacía, en estos asuntos, de la justicia internacional sobre la nacional. La conclusión es inevitable: Allende incumple a conciencia tratados vigentes.
A Wiesenthal le parece increíble que el socialista no acepte tan sólida argumentación, que mienta, que afirme que definitivamente no es posible actuar contra Rauff porque hay que acatar las resoluciones de la justicia chilena. Como afirma Farías, “Salvador Allende asume la doctrina anterior a Nüremberg, por lo tanto, de facto, defiende la posición de un criminal de guerra terrible”, o bien “Se trata de un encubrimiento de uno de los peores criminales de guerra que conoce la humanidad.”
No sólo cae un mito –otro- de la izquierda, también hay que enfrentarse a una monstruosa simetría: los argumentos que infructuosamente repite en sus cartas Wiesenthal son exactamente los mismos que se emplean en el juicio elevado por Baltasar Garzón y Joan Garcés, el abogado valenciano que se entrevistó con su correligionario Allende en la Moneda el 11 de septiembre de 1973, unas horas antes de la muerte del presidente, y que un cuarto de siglo después consiguió que el juez Evans dictara orden de detención contra Pinochet a petición de Garzón.
Si nos felicitamos por las actuaciones contra Pinochet, no podemos justificar a un Allende que ignora la misma fundamentación para librar de castigo a Rauff, que había matado ciento cincuenta veces más que el dictador chileno. Si es que la contabilidad pinta algo en el asesinato masivo. Y si aceptamos las razones de Allende, no podemos defender el procesamiento de Pinochet. Escojan.
La polémica reavivará más recuerdos incómodos. Apunta Farías, entrevistado en La Segunda el 18 de marzo de 2005, que existen otros “elementos biográficos lamentables de Allende, como son los dineros que trata de obtener de forma subrepticia de la Alemania Democrática, o los grandes negocios con conocidos personajes del mundo económico, como los Urenda de Valparaíso (...) Existen en él desfases fundamentales, porque afirma que es uno de los fundadores del PS, junto con Grove y otros jerarcas, sobre la base del marxismo-leninismo, al mismo tiempo que escribe textos absolutamente antisemitas y señala a los revolucionarios como sicópatas (...) En la vida de Allende hay casi sólo incoherencias”.
¿Quién era realmente Salvador Allende?
Por Juan Carlos Girauta
Esta es, textualmente, la enigmática pregunta que un día le hizo Simon Wiesenthal, el célebre cazador de nazis, a Víctor Farías, filósofo, historiador, Catedrático de la Freie Universitat de Berlín, académico en Estados Unidos y Argentina.
Víctor Farías está a punto de regresar a su Chile natal después de cuarenta fructíferos años en Alemania, donde fue alumno dilecto de Heidegger. Con el tiempo, acabaría profundizando en las conexiones de la filosofía de su maestro -y del maestro mismo- con el nacionalsocialismo; Heidegger y el nazismo se convirtió en un acontecimiento editorial e intelectual tras permanecer cinco años inédito. Temor editorial, algo a lo que el autor está acostumbrado: veinticinco años tuvo que esperar a la imprenta La izquierda chilena. Mucho menos ha tardado su última obra, Salvador Allende. Antisemitismo y Eutanasia, a pesar del rechazo de su editorial, Seix Barral, y también de Planeta, que lo consideraron “un libro estupendo, pero impublicable”. Lo mismo que otras catorce editoriales.
Quien sienta algún afecto por la figura de Salvador Allende, es decir, toda la izquierda, está a punto de encontrarse con una desagradable sorpresa, por decirlo suavemente. Recordarán al ex presidente socialista de Chile como el revolucionario mártir que tantos jóvenes lloramos en los años setenta ante las estremecedoras escenas finales de La batalla de Chile, aquella película inacabable que había que ver por trozos. En realidad fue un convencido antisemita, un defensor de la predeterminación genética de los delincuentes que extendió su racismo a árabes y gitanos, consideró que los revolucionarios eran psicópatas peligrosos que había que tratar como enfermos mentales, propugnó la penalización de la transmisión de enfermedades venéreas y defendió la esterilización de los alienados mentales. Ideas rechazadas por la opinión pública mundial en pleno, con una sola excepción: la Alemania nazi. Porque Allende defendía estas posturas precisamente en los años treinta.
Lo tiene muy difícil quien intente negar estos extremos; el mismo Allende lo dejó todo escrito en dos piezas que se han mantenido ocultas hasta hoy y que Farías ha rescatado. Se trata de Higiene mental y delincuencia, la memoria o tesis que Allende presentó en la Universidad de Chile en 1933 para obtener el título de Médico Cirujano, y el Proyecto de Ley que elaboró siendo ministro de Salubridad del gobierno del Frente Popular (1939-1941) de Pedro Aguirre Cerda. Proyecto que no llegó al parlamento por el rechazo de la sociedad en general y de la clase médica en particular, destacando la oposición frontal de las primeras autoridades del momento en psiquiatría y genética, los doctores Vila y Cubillos.
En declaraciones al diario La Nación, Allende explicó su proyecto como “un trípode legislativo en defensa de la raza”: tratamiento obligatorio de las toxicomanías, de las enfermedades venéreas -“transformando en delito su contagio”- y “esterilización de los alienados mentales”. Allende preveía la creación de un Tribunal de Esterilización, inaccesible a la familia del enfermo y competente para dictar sentencias inapelables. Leemos en el Artículo 23 que “todas las resoluciones que dicten los tribunales de esterilización (...) se llevarán a efecto, en caso de resistencia, con el auxilio de la fuerza pública”. Farías subraya las “increíbles analogías entre el proyecto nazi y el de Salvador Allende”, entre la Ley de Esterilización del chileno y la “Ley para precaver una descendencia con taras hereditarias” dictada por el Tercer Reich en 1933. El número y tipo de enfermedades que ambas normas recogen son idénticos; contienen capítulos casi iguales. En cuanto a las diferencias, es más duro Allende: la esterilización de los alcohólicos crónicos es obligatoria en el proyecto chileno, no en la ley alemana.
Pero dejemos hablar al Allende de Higiene mental y delincuencia: “Los hebreos se caracterizan por determinadas formas de delito: estafa, falsedad, calumnia y, sobre todo, la usura”. Refiriéndose a los revolucionarios, destaca “la influencia perniciosa que sobre las masas pueda ejercer un individuo en apariencia normal y que, en realidad, al estudiarlo nos demostraría pertenecer a un grupo determinado de trastornos mentales (...) este tipo de trastornos colectivos tienen a veces caracteres epidemiológicos, y es por eso que cuando estallan movimientos revolucionarios en ciertos países, éstos se propagan con increíble rapidez a los estados vecinos.” Curioso pensamiento para un declarado marxista.
En una reciente entrevista para el diario La Segunda, Farías señala que “En Chile hubo y hay una gran cantidad de antijudíos. Lo increíble es que mientras los líderes nazistas González von Marées, Carlos Séller y Tomás Allende, el padre de la escritora Isabel Allende, afirman que los judíos son un daño, pero reconocen la pluralidad de las razas, en su Memoria Allende se muestra como antisemita en el sentido biológico”.
No es extraño que quien defendía las tesis del determinismo racial, la genética del delito para judíos, árabes y gitanos, quien comulgaba con la eugenesia negativa de los nazis, acabara protegiendo en los años setenta, siendo ya Presidente, al criminal de guerra nazi Walter Rauff, residente en Chile. La denuncia procede directamente de Wiesenthal. Él puso a Víctor Farías sobre la pista cuando lo abordó, tras recibir el Gran Collar de la RFA, con la pregunta que nos sirve de título: ¿Quién era realmente Salvador Allende? La respuesta la hemos ido viendo, y se completa contestando a otra pregunta: ¿Quién era Walter Rauff, el protegido de la Unidad Popular?
Walter Rauff fue el inventor del sistema de exterminio con camiones de gas y, por tanto, el responsable de la muerte de medio millón de personas en Auschwitz, un criminal despiadado que asesinó “prácticamente con sus propias manos”, explica Farías, a más de cien mil personas. Simon Wiesenthal deseaba para Rauff un final similar al de Adolf Eichmann. Por eso escribió al presidente socialista narrando las atrocidades del criminal de guerra que su país acogía. En respuesta, Wiesenthal recibió “una carta fría”. Hubo más cartas inútiles. El cazador de nazis autorizó a Farías a publicarlas. Aparecieron en el epílogo de Nazis en Chile, desencadenando una agria polémica entre el filósofo y la hija de Allende, Isabel.
Que decida el lector si hay relación entre esas dos sombras en la biografía de Salvador Allende: la que se cierne sobre el médico y ministro de los años treinta, la que anubla al presidente de los setenta, época en que se forjó el poderoso icono del progresismo. Entre el racista de Higiene mental y delincuencia, pronto ministro responsable de una Ley de Esterilización calcada de la legislación nazi que estaba siendo aplicada en Alemania, y el presidente de la Unidad Popular que entristece y decepciona a Simon Wiesenthal, sembrando la sospecha.
¿Quién era realmente Salvador Allende? -preguntó Wiesenthal a Víctor Farías,
invitándole tácitamente a investigar.Pero si es tan conocido...
No, no. Déjeme contarle: Yo le escribí a Allende relatándole las atrocidades del
criminal de guerra Walter Rauff, residente en Chile.¿Y qué le respondió?
Recibí una carta fría. Como Salvador era un icono en el mundo
entero, una víctima, lo dejé ahí. Pero quizás usted me pueda
ayudar.¿Cómo?
Me podría ayudar a buscar las cartas, porque las perdí.
Parece evidente que si Wiesenthal quería que Farías le ayudara es porque creía que la negativa de Allende a entregar a Rauff debía acreditarse en el futuro. El filósofo chileno tardó varios años, pero encontró al fin la correspondencia. Una carta dormía en un archivo italiano, otra en Austria... Y entonces se puso en contacto con Wiesenthal:
¿Puedo publicarlas?
Sí, aunque es triste.
Las cartas vieron la luz en el epílogo de Nazis en Chile. Y, efectivamente, fue muy triste, porque revelaban, en palabras de Farías, “la verdadera identidad histórica” de Allende, el líder que se hizo fuerte en el Palacio de la Moneda, que murió tras dejar grabado un mensaje cuya audición todavía nos estremece. La publicación indignó a la hija del mártir, Isabel, quien, “muy alterada”, le gritó a Farías al teléfono: “¡Mi papá no es nazi!” Él respondió que su padre, que se proclamó revolucionario, se había negado a entregar a un criminal de guerra, y de paso apuntó a “dos personalidades que (le) acompañaron muy de cerca en su itinerario político: Eduardo Novoa Monreal y Enrique Shepeler”.
Sabemos que en 1972 le pidió Wiesenthal por primera vez al presidente de Chile que iniciara los trámites oportunos para procesar a Walter Rauff o, más exactamente, para reabrir el proceso contra él. En 1963, la Corte Chilena había zanjado el asunto invocando la prescripción de los delitos imputados. Según el tribunal, el paso de treinta años impedía cualquier actuación penal. Wiesenthal esgrimió ante Allende lo que todos sabemos, que los crímenes contra la Humanidad no prescriben. Pero no se limita a invocar el principio general, sino que se pone en la tesitura de recordarle al presidente de Chile la legislación internacional firmada por su país, y cita hasta tres tratados: de 1948, de 1952 y de 1970. Estas normas, que vinculan a Chile, recogen con claridad la no prescripción de los crímenes contra la Humanidad y la primacía, en estos asuntos, de la justicia internacional sobre la nacional. La conclusión es inevitable: Allende incumple a conciencia tratados vigentes.
A Wiesenthal le parece increíble que el socialista no acepte tan sólida argumentación, que mienta, que afirme que definitivamente no es posible actuar contra Rauff porque hay que acatar las resoluciones de la justicia chilena. Como afirma Farías, “Salvador Allende asume la doctrina anterior a Nüremberg, por lo tanto, de facto, defiende la posición de un criminal de guerra terrible”, o bien “Se trata de un encubrimiento de uno de los peores criminales de guerra que conoce la humanidad.”
No sólo cae un mito –otro- de la izquierda, también hay que enfrentarse a una monstruosa simetría: los argumentos que infructuosamente repite en sus cartas Wiesenthal son exactamente los mismos que se emplean en el juicio elevado por Baltasar Garzón y Joan Garcés, el abogado valenciano que se entrevistó con su correligionario Allende en la Moneda el 11 de septiembre de 1973, unas horas antes de la muerte del presidente, y que un cuarto de siglo después consiguió que el juez Evans dictara orden de detención contra Pinochet a petición de Garzón.
Si nos felicitamos por las actuaciones contra Pinochet, no podemos justificar a un Allende que ignora la misma fundamentación para librar de castigo a Rauff, que había matado ciento cincuenta veces más que el dictador chileno. Si es que la contabilidad pinta algo en el asesinato masivo. Y si aceptamos las razones de Allende, no podemos defender el procesamiento de Pinochet. Escojan.
La polémica reavivará más recuerdos incómodos. Apunta Farías, entrevistado en La Segunda el 18 de marzo de 2005, que existen otros “elementos biográficos lamentables de Allende, como son los dineros que trata de obtener de forma subrepticia de la Alemania Democrática, o los grandes negocios con conocidos personajes del mundo económico, como los Urenda de Valparaíso (...) Existen en él desfases fundamentales, porque afirma que es uno de los fundadores del PS, junto con Grove y otros jerarcas, sobre la base del marxismo-leninismo, al mismo tiempo que escribe textos absolutamente antisemitas y señala a los revolucionarios como sicópatas (...) En la vida de Allende hay casi sólo incoherencias”.
Monday, December 11, 2006
Muhammad Yunus: un Capitalismo mas generoso
Por Danny Ayala Hinojosa
Alguien dijo una vez sobre la parábola del buen samaritano, que este bienhechor no solo tenía buenas intenciones, también tenía dinero. De allí que sólo se puede ser un buen samaritano si primero ha creado suficiente riqueza para destinarla a un uso compasivo. Pero para crear riqueza debe usarse la mente en pos de generar utilidades basándose en el racional auto-interés. Sea dicho de paso el auto-interés no contradice el espíritu de solidaridad, se complementan.
Mamad Yunus ganó el premio Nobel de la Paz (a mi forma de ver debieron quitarle el premio Nobel de Economía a Stiglitz y dárselo a este benefactor) precisamente por su genial idea de crear un Banco de los Pobres, institución basado en micro-créditos de bajo interés para quienes por sus condiciones de pobreza no pueden acceder a crédito y un Banco de Lucha para mendigos cuyo interés es cero y el préstamo solo se paga cuando sea posible.
¿Tienen sentido estas iniciativas? Por supuesto, de hecho la banca nació así hace mas de dos mil años en oriente medio, los préstamos se hacían bajo palabra a menudo sin avales y con la confianza como concepto. Usualmente un exitoso latifundista, comerciante o manufacturero -o sus herederos- usaban sus excedentes monetarios en préstamos a un interés determinado como compensación al uso de ese dinero en otra actividad. Posteriormente, la consideración de los factores que pueden afectar la puntualidad de los pagos de los deudores como la posibilidad de perder sus ingresos por guerras, hambrunas, desastres naturales, confiscación por las veleidades de los gobernantes, etc. hizo que se considere el factor riesgo como una variable a manejar en el negocio crediticio. Con la evolución de las distintas actividades humanas las finanzas también fueron adquiriendo mayor complejidad y a veces se privilegié el acceso al crédito a sectores mas rentables, mas tarde las imposiciones gubernamentales mediante regulaciones, leyes y convenios fueron encareciendo el crédito y muchas veces cartelizando al sector financiero minando además la posibilidad de acceso al crédito a sectores de menos recursos.
No solo Yunus sino también aquí mismo en nuestro país, las personas han encontrado la forma de burlar cárteles y regulaciones para ofrecer y obtener crédito a sectores de escasos recursos, tal es la función de mutualistas, cooperativas y cajas de crédito campesino que no reguladas tanto como la banca tradicional, logran ofrecer dinero a bajo interés a sus socios. Como dato, una sola cooperativa campesina ha pasado en 9 años a manejar activos mayores 36 millones de dólares con intereses menores a 12% anual.
Yunus es partidario de la libre empresa y defiende al Capitalismo que considera debe cambiar de perspectiva, desprecia el asistencialismo pues su argumento es que cuando se dan limosnas, se impide que la gente tenga iniciativa. Considera también que la empresa no puede consistir sólo en hacer dinero, sino en enriquecer la vida de la gente. Todo esto está muy bien pero deben eliminarse las trabas a la libre empresa, pues de nada servirá crédito de bajo costo a emprendedores si no se permite un sistema de seguridad jurídica que propenda a la igualdad ante la ley y un sistema gubernamental que garantice la vigencia de este sistema. Yunus partió de créditos que adquirió con el sistema financiero formal, pero estos primeros créditos no serían posibles si antes no hubo ahorro logrado en base a riqueza obtenida buscando las mas altas ganancias.
De ello está conciente Yunus pero añade que sería igualmente satisfactorio poder destinar parte de esta riqueza a mejorar la calidad de vida de la gente. Allí entra precisamente la sociedad civil organizada en cajas de ahorro, cooperativas y mutualistas. Pero también es responsabilidad de la sociedad civil exigir a las autoridades respeto a la iniciativa empresarial ofreciendo seguridad jurídica, estabilidad política, bajos impuestos y eliminación de regulaciones. Sólo permitiendo estas mínimas condiciones se libera el potencial que cada persona tiene en sí para crear riqueza material y cultural, para ayudar a sus semejantes y crear una sociedad libre y próspera, no dictada ni dirigida desde la camarilla en el poder sino surgida espontáneamente en el mercado de bienes, servicios e ideas que es la sociedad misma.
Alguien dijo una vez sobre la parábola del buen samaritano, que este bienhechor no solo tenía buenas intenciones, también tenía dinero. De allí que sólo se puede ser un buen samaritano si primero ha creado suficiente riqueza para destinarla a un uso compasivo. Pero para crear riqueza debe usarse la mente en pos de generar utilidades basándose en el racional auto-interés. Sea dicho de paso el auto-interés no contradice el espíritu de solidaridad, se complementan.
Mamad Yunus ganó el premio Nobel de la Paz (a mi forma de ver debieron quitarle el premio Nobel de Economía a Stiglitz y dárselo a este benefactor) precisamente por su genial idea de crear un Banco de los Pobres, institución basado en micro-créditos de bajo interés para quienes por sus condiciones de pobreza no pueden acceder a crédito y un Banco de Lucha para mendigos cuyo interés es cero y el préstamo solo se paga cuando sea posible.
¿Tienen sentido estas iniciativas? Por supuesto, de hecho la banca nació así hace mas de dos mil años en oriente medio, los préstamos se hacían bajo palabra a menudo sin avales y con la confianza como concepto. Usualmente un exitoso latifundista, comerciante o manufacturero -o sus herederos- usaban sus excedentes monetarios en préstamos a un interés determinado como compensación al uso de ese dinero en otra actividad. Posteriormente, la consideración de los factores que pueden afectar la puntualidad de los pagos de los deudores como la posibilidad de perder sus ingresos por guerras, hambrunas, desastres naturales, confiscación por las veleidades de los gobernantes, etc. hizo que se considere el factor riesgo como una variable a manejar en el negocio crediticio. Con la evolución de las distintas actividades humanas las finanzas también fueron adquiriendo mayor complejidad y a veces se privilegié el acceso al crédito a sectores mas rentables, mas tarde las imposiciones gubernamentales mediante regulaciones, leyes y convenios fueron encareciendo el crédito y muchas veces cartelizando al sector financiero minando además la posibilidad de acceso al crédito a sectores de menos recursos.
No solo Yunus sino también aquí mismo en nuestro país, las personas han encontrado la forma de burlar cárteles y regulaciones para ofrecer y obtener crédito a sectores de escasos recursos, tal es la función de mutualistas, cooperativas y cajas de crédito campesino que no reguladas tanto como la banca tradicional, logran ofrecer dinero a bajo interés a sus socios. Como dato, una sola cooperativa campesina ha pasado en 9 años a manejar activos mayores 36 millones de dólares con intereses menores a 12% anual.
Yunus es partidario de la libre empresa y defiende al Capitalismo que considera debe cambiar de perspectiva, desprecia el asistencialismo pues su argumento es que cuando se dan limosnas, se impide que la gente tenga iniciativa. Considera también que la empresa no puede consistir sólo en hacer dinero, sino en enriquecer la vida de la gente. Todo esto está muy bien pero deben eliminarse las trabas a la libre empresa, pues de nada servirá crédito de bajo costo a emprendedores si no se permite un sistema de seguridad jurídica que propenda a la igualdad ante la ley y un sistema gubernamental que garantice la vigencia de este sistema. Yunus partió de créditos que adquirió con el sistema financiero formal, pero estos primeros créditos no serían posibles si antes no hubo ahorro logrado en base a riqueza obtenida buscando las mas altas ganancias.
De ello está conciente Yunus pero añade que sería igualmente satisfactorio poder destinar parte de esta riqueza a mejorar la calidad de vida de la gente. Allí entra precisamente la sociedad civil organizada en cajas de ahorro, cooperativas y mutualistas. Pero también es responsabilidad de la sociedad civil exigir a las autoridades respeto a la iniciativa empresarial ofreciendo seguridad jurídica, estabilidad política, bajos impuestos y eliminación de regulaciones. Sólo permitiendo estas mínimas condiciones se libera el potencial que cada persona tiene en sí para crear riqueza material y cultural, para ayudar a sus semejantes y crear una sociedad libre y próspera, no dictada ni dirigida desde la camarilla en el poder sino surgida espontáneamente en el mercado de bienes, servicios e ideas que es la sociedad misma.
Friday, December 08, 2006
Las regulaciones generan privilegios y empobrecen a las sociedades
Por Danny Ayala Hinojosa
Las regulaciones aparecieron en la historia como imposiciones que reyes, emperadores y nobles instituyeron en los pueblos que gobernaban o sojuzgaban con el fin de recaudar impuestos o privilegiar a los amigos y coidearios con el fin de mantener un control político sobre el territorio del soberano y al mismo tiempo impedir que señores adversarios logren lograr ese control. Regulaciones e impuestos solían ir de la mano y luego también solían ir de la mano las hambrunas y rebeliones posteriores que éstas generaban. Con el advenimiento de los estados nacionales el panorama cambió muchas veces para bien, mas no tardaron en aparecer las regulaciones gubernamentales que en el fondo no cambiaron su naturaleza retaliatoria / privilegiadora de épocas feudales pero esta vez envueltas en ropajes de legitimidad republicana.
La economía no es un auto que alguien deba conducir merced a postulados ideológicos o principios presuntamente utilitaristas, por tanto no le son necesarios a la economía ni aceleradores ni frenos ni cajas de cambios. La economía es el resultado de complejas relaciones entre ofertantes y demandantes cuyas decisiones no se ajustan a modelos matemáticos salvo aplicando la teoría del caos, el sistemas de precios son un sistema de información que refleja la abundancia o merma de los bienes existentes en el mercado y este sistema de precios se ve influido por las valoraciones que hacen los individuos de esos bienes. En suma, la economía funciona en base a la acción humana, a valoraciones y acciones hechas por las personas.
Estos principios económicos deben funcionar en base a una sola ley, el principio de no-agresión que expresa simplemente que los ciudadanos deben ser libres para interactuar con la única prohibición de que sus acciones no atenten contra la vida, la libertad y la propiedad de los demás actores. Las regulaciones violan este principio pues imponen sobre los ciudadanos prohibiciones sobre el libre uso de su vida y su propiedad y comúnmente los ciudadanos son forzados a financiar de sus bolsillos a este sistema de reglamentaciones a través de impuestos, tasas, aranceles, cánones, estampillas y demás formas de expoliación de sus recursos.
Se dice comúnmente que el modelo de Estado de Bienestar funciona bien con sus regulaciones, sus impuestos y sus políticas sociales, el caso paradigmático es Suecia. Bueno, esto no es cierto y lamentablemente se hace una lectura equivocada de la realidad, pues Suecia debe sus éxitos a las reformas liberales de mercados abiertos, pocas regulaciones y bajos impuestos, ocurridas durante mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX que permitieron un capitalismo popular e incluyente que alimentó un crecimiento de ingresos de salarios de 25% por década con regulaciones laborales prácticamente inexistentes, durante el mismo periodo Suecia no rebasó su gasto público mas allá del 10% de su PIB.
Solo cuando Suecia fue una economía próspera gracias a las reformas liberales, se instaló el Estado de Bienestar que pareció funcionar pero no lo hizo realmente pues de haber llegado a tener el cuarto lugar en ingreso per cápita Suecia cayó al lugar decimocuarto para el año 2000. El sistema de regulaciones y altos impuestos limitaron el crecimiento social y empresarial, de modo que Suecia ostenta un desempleo real del 20% al mismo tiempo que desde 1970 –cuando se aumenta la presión regulatoria- no se ha creado sino una sola gran empresa mientras que las grandes firmas suecas existentes habían sido creadas enteramente antes de la I Guerra Mundial muchas de ellas de hecho han migrado a otras naciones incluso a países de la otrora esfera comunista.
Proponer entonces mas regulaciones para nuestro país es básicamente intentar apagar el incendio con gasolina. No, los libertarios proponemos la eliminación de las regulaciones, tanto las que favorecen a los monopolios públicos como las que favorecen cárteles privados que se benefician precisamente de controles de precios, subsidios, barreras arancelarias, limitación de competencia vía imposiciones legales, "técnicas" o gremiales.
Para citar casos de lo que acarrean las regulaciones, baste señalar al sector energético ecuatoriano que padece de controles de precios de generación y comercialización, regulaciones que limitan o desincentivan el ingreso de competidores privados y que resulta en pésimo servicio, pérdidas negras y corrupción. El caso de las telecomunicaciones es otro ejemplo, leyes y regulaciones impiden la sana competencia y opciones en precios y servicios para el consumidor, la intervención estatal corrompe las empresas existentes y los costos son altos en comparación a la región. La seguridad social está en crisis debido precisamente a las regulaciones que impiden la competencia de administradoras privadas de pensiones, debido a la politización del monopolio estatal y la falta de incentivos para que los dineros de los cotizantes sean bien invertidos. Se puede señalar los mismos problemas en los sectores estatales de petróleos, en el abastecimiento de gas, en los servicios básicos de muchas ciudades, en la educación pública, en los servicios de salud, en la administración de puertos estatales, en las aduanas, en el registro civil, en el sistema financiero estatal o mal llamada "banca de desarrollo", y sí efectivamente también en los sectores privados que padecen altas regulaciones como en el sector financiero privado, en la educación privada, en el comercio minorista, en la industria harinera, en el mercado laboral, en los servicios profesionales, etc.
Las propuestas libertarias de eliminación del sistema de privilegios y retaliaciones basado en regulaciones e impuestos que las financian, están de hecho basadas en el reconocimiento de la realidad, que es la que todos los ciudadanos deben ser iguales ante la ley. Es por ello que las regulaciones violenta la igualdad ante la ley creando renglones de privilegiados que pueden sobrepasar monetaria o políticamente las regulaciones de entrada al mercado y permanencia en el mismo , mientras que extensas mayorías no pueden acceder a ingresar al mercado a competir ofreciendo los mismos servicios. Las regulaciones no solo crean estos privilegios, empobrecen a los ciudadanos porque estos, nosotros, debemos pagar servicios caros y malos y encima no podemos optar por los servicios de otros ofertantes o convertirnos nosotros mismos en proveedores de estos servicios precisamente por las regulaciones estatales. Las regulaciones dañan a la economía, empobrece a las sociedades y solo benefician a unos pocos.
Thursday, December 07, 2006
Ecuador se queda sin preferencias andinas
Noticia en EcuadorInmediato: EE.UU. NIEGA PRÓRROGA DE LAS ATPDEA A ECUADOR
El Congreso de Estados Unidos acogió hace pocos momentos el informe presentado por el presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes norteamericanos, Bill Thomas, quien presentó una propuesta para prorrogar las ATPDEA por seis meses a Perú y Colombia, países que ya habían firmado un acuerdo de Libre Comercio con EEUU, sin embargo la resolución deja de lado de las preferencias arancelarias a Ecuador y Bolivia.
El Federalista: debemos agradecer este infortunio a la incompetencia y corrupción del gobierno del Dr. Alfredo Palacio, su estupidez e ignorancia en cuanto a los temas petroleros que le tocó derimir ha derivado en las consecuencias que estamos presenciando. El Ecuador acaba de perder los incentivos tributarios que le permitían acceder al mercado norteamericano, miles de empresas se encuentran en riesgo al igual que cientos de miles de empleos.
Principalmente dos asuntos perjudicaron a nuestro país y su credibilidad: la confiscación de la empresa Occidental y la reforma a la Ley de Hidrocarburos, reforma que permitió la renegociación de contratos petroleros. Con estos precedentes y junto a la negativa ecuatoriana de continuar con el arbitraje en el caso Oxy poco márgen quedó para la continuidad de este beneficio unilateral que otorgó Estados Unidos.
De nada servirán los subsidios que ha propuesto el gobierno entrante de Rafael Correa, de nada servirán excepto para corromper aún mas a la sociedad otorgando un privilegio indebido a un sector determinado a costa del dinero de todos cuando lo que debió hacerse es no violentar el derecho y la legítima propiedad de las empresas petroleras.
Es de temerse que peores consecuencias estén esperándonos tras la esquina. Es lamentable no obstante que los perjuicios los padezcamos todos y no el grupo de políticos cleptócratas que sobrevivirán a la debacle económica merced a sus abultados salarios.
Monday, December 04, 2006
Tiempo al tiempo
Por Danny Ayala Hinojosa
Pasada una semana de las elecciones bien vale hacer un análisis recuento de lo que se ha visto en el país en el panorama político.
No ganó Correa perdió Noboa
Esta es la frase con la que muchos explican la derrota del multimillonario candidato Álvaro Noboa frente al izquierdista Rafael Correa con una diferencia de 14 puntos. Y todo parece indicar que fue así, los continuos errores de la campaña de Álvaro Noboa, la falta de apariciones del candidato en entrevistas y los desplantes en tarima que causaron molestia, burla e indignación lograron lo que la campaña de Rafael Correa de por sí no había logrado: revertir la diferencia de 18 puntos al inicio de la segunda vuelta a favor del magnate bananero hacia una victoria clara del candidato izquierdista.
Pero uno de los ingredientes principales de esta campaña fue la intervención de los medios a favor o en contra de alguna de las candidaturas, el problema es que a esta campaña se la titulaba gratuitamente como "periodismo objetivo", lo que a todas luces no era y no es. Ambos candidatos hicieron promesas demagógicas, ambos candidatos hicieron escenas en tarima, ambos candidatos tienen sus aciertos y errores, pero los errores parecían ser monopolio del candidato Noboa según algunos medios, mientras que los errores, actitudes despóticas y falencias en materia económica del otro contendor no eran siquiera presentadas mucho menos analizadas a profundidad.
Los peligros de la Asamblea Constituyente
Pasada una semana de las elecciones bien vale hacer un análisis recuento de lo que se ha visto en el país en el panorama político.
No ganó Correa perdió Noboa
Esta es la frase con la que muchos explican la derrota del multimillonario candidato Álvaro Noboa frente al izquierdista Rafael Correa con una diferencia de 14 puntos. Y todo parece indicar que fue así, los continuos errores de la campaña de Álvaro Noboa, la falta de apariciones del candidato en entrevistas y los desplantes en tarima que causaron molestia, burla e indignación lograron lo que la campaña de Rafael Correa de por sí no había logrado: revertir la diferencia de 18 puntos al inicio de la segunda vuelta a favor del magnate bananero hacia una victoria clara del candidato izquierdista.
Pero uno de los ingredientes principales de esta campaña fue la intervención de los medios a favor o en contra de alguna de las candidaturas, el problema es que a esta campaña se la titulaba gratuitamente como "periodismo objetivo", lo que a todas luces no era y no es. Ambos candidatos hicieron promesas demagógicas, ambos candidatos hicieron escenas en tarima, ambos candidatos tienen sus aciertos y errores, pero los errores parecían ser monopolio del candidato Noboa según algunos medios, mientras que los errores, actitudes despóticas y falencias en materia económica del otro contendor no eran siquiera presentadas mucho menos analizadas a profundidad.
Los peligros de la Asamblea Constituyente
Ganó Correa y junto a él la propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente ¿cierto?, falso. El 22% de los votantes en primera vuelta votaron por el cambio radical que proponía Correa, el 88% restante de votantes mas una inmensa mayoría de ausentes no eligieron esta propuesta. En segunda vuelta, era tanto el desprecio por los errores de Noboa que se prefirió votar contra él y no a favor de Correa, hay que tomar en cuenta que el 82% de ciudadanos desconoce lo que es una Asamblea Constituyente o Constitucional según un estudio de CEDATOS publicado hace un año.
Pero aparte de la mala lectura que estaría haciendo el equipo de Alianza PAÍS sobre los resultados electorales, hay otros peligros asociados a este proyecto sin pies ni cabeza. Primero que nada la convocatoria misma es inconstitucional y la misma podría ser duramente atacada en el Congreso, en el Tribunal Constitucional y en el Tribunal Supremo Electoral. Aún superado este duro escollo, la ANC siendo de ilimitados poderes podría destituir al Congreso cosa que Rafael Correa ha desmentido, pero no puede garantizarnos tal cosa y si lo hace es porque se habrá garantizado a sí mismo de que la ANC cumpla su mandato y así obtenga poderes omnímodos. Se ha dicho también que el Congreso coexistiría con la ANC pero no podría legislar sólo fiscalizar... ¿y en qué parte de la Constitución actual se avala tal cosa?
Asamblea de la Letra Muerta
Pero partiendo del supuesto de que la ANC se cristalice ¿qué es lo que va a cambiar? eso nadie lo sabe pero es interesante el hecho de que la oposición sí sabe que debe reformarse: despolitización de tribunales Constitucional y Electoral, despolitización de la elección de Contralor, Fiscal General y Procurador, voto voluntario, eliminación de empresas militares, destitución del Congreso por una sola vez. Pero ¿alguien puede citar mas de dos propuestas de reformas que haya planteado Alianza PAÍS? muchos periodistas, ex candidatos y analistas ya subidos en esta variopinta camioneta llamada ANC, parecen haber olvidado preguntas importantes relacionadas al contenido mismo de las reformas, nadie las sabe y rara vez se preguntan.
Como a la Asamblea Nacional Constituyente irán representantes de diversos grupos que pelearán por sus cuotas sin pensar necesariamente en la diversidad de intereses existentes en una nación, bien podríamos amanecer en el 2007 con una Constitución corporativista a la Musolini. Pensando positivamente, también podríamos obtener una Constitución incluso mejor que la de Estados Unidos que podría caber en página y media. ¿Sería motivo de alegría nacional? lo dudo, el caso de Liberia se me viene a la mente, Liberia nació como Estado con una constitución similar a la americana pero sin la formación en valores libertarios que hizo posible el ascenso en Estados Unidos de un gobierno limitado que garantizaba el ejercicio pleno de los derechos civiles, al menos durante los siglos XVIII y XIX.
No, por el contrario es de temerse que en nuestro país padezcamos dos enfermedades que se agravarán con mas fuerza en la ANC: las enfermedades francesa y holandesa. La primera basada en el positivismo jurídico, concepto que entiende que todo derecho es producto de la actividad del Estado cuando por el contrario todo derecho tiene su origen en la naturaleza humana; y la segunda enfermedad que padecemos, ésta la de exprimir a la gallina de los huevos de oro negro hasta que la renta petrolera no de mas. La adicción ecuatoriana a los petrodólares es tal que hasta se ha incurrido en renegociación forzada de contratos y confiscación de empresas como Occidental, todo sea para financiar los "programas sociales" que en realidad terminan en programas de rápido enriquecimiento de la burocracia capitalina.
A propósito de renegociaciones y confiscaciones, estas están prohibidas por la Constitución actual, sin embargo renegociaciones forzadas y confiscaciones se hacen cada vez que el apetito político dispone. Si estas arbitriaridades suceden con la actual Constitución ¿qué garantía nos ofrece la nueva Constitución que postulan los desmemoriados activistas de las revoluciones de papel?
No, no hay garantía, la nueva constitución será tan letra muerta como la actual.
¿Cuál es la solución entonces?
Recordando los sainetes en que muchas asambleas constituyentes se han convertido históricamente y muy a pesar de la necedad de ciertas elites intelectuales que aún esperan al "hombre nuevo" revolucionario y aún apuestan todo al caudillo de moda cuando en realidad siempre gana la casa (léase los intereses tras el caudillo), vale proponer una solución que realmente sea útil en estas circunstancias.
Primero deben precisarse las reformas que se desea para el país y aterrizarlas en la forma de artículos a añadir, reemplazar o eliminar en la Constitución, también puede desempolvarse el proyecto de reformas del ex-presidente Gustavo Noboa y que sea el Congreso Nacional el que las trate y apruebe mediante Asamblea Constitucional o mediante trámite ordinario. Perfecta oportunidad además para llevar a cabo un acuerdo nacional (del que tanto se habla) para establecer funciones del gobierno limitadas a defensa de derechos y delegar a la sociedad civil la competencia de todo lo demás permitiendo una mínima y temporal intervención gubernamental en necesidades como educación y salud.
Este realmente sería un ejercicio de honestidad y democracia en el que todos habrán de destapar sus cartas y harán obligado renunciamiento a ciertos intereses partidarios, que no a todos, pues no es posible eliminar los intereses de nadie ni encontrar mágicamente a los "corazones ardientes por la patria" desprovisto de todo interés incluido el propio. Además, económicamente hablando, una Asamblea Constitucional será mucho menos costosa en tiempo y dinero que una Constituyente, pero sobretodo causará menos incertidumbre e inestabilidad en el país, al menos mucho menor que con una Asamblea de plenos poderes.
Otras amenazas
Además del inútil ejercicio de una Asamblea Constituyente, existen otras amenazas a la estabilidad del país, muchas ya denunciadas por el grupo de voces en el desierto que somos quienes creemos en el respeto a los dineros y bienes ajenos. Primeramente se ha denunciado el peligro serio de que el desmesurado gasto público que ha ofrecido en campaña Rafael Correa nos saque de la dolarización forzosamente si llega a hacer efectivo tanto derroche. El segundo peligro y mas inmediato es la no firma del TLC que supondrá la pérdida del mercado al cual se destina el casi 60% de exportaciones frente a Colombia y Perú que ya han firmado el acuerdo. El tercer gran peligro que acecha al país consiste en una nueva intervención en el mercado financiero mediante una reforma al sistema de corte estatista que implique incautación del dinero de los ahorristas y de las remesas de los emigrantes y de nuevos impuestos al capital que redundarán en mayores costos financieros y reducción de liquidez del sistema financiero. El cuarto peligro que ha venido comentándose es una nueva reforma agraria para regular el latifundismo más allá de que es saludable la iniciativa de titularizar tierras campesinas. Un quinto gran peligro es la posibilidad de una moratoria o reestructuración unilateral de la deuda externa que nada bueno le ha traído al país en otras ocasiones ni a otros vecinos que han incurrido en tal política.
Estas son solo algunas de las amenazas ya formuladas, no sabemos que otras sorpresas guarda Alianza PAÍS en su alforja y eso mismo se teme de la Asamblea Constituyente, que no sea sino un programa de reingeniería social que deshaga el sano equilibrio de poderes pero que atente también contra la economía de las grandes mayorías, fortaleciendo los privilegios de gremios y grupos sociales apalancados, mientras se hace pagar a justos y pecadores el costo de los errores, privatizando beneficios y socializando pérdidas. Las otras propuestas, mantener subsidios, empresas públicas y privilegios sindicales solo es mas de lo mismo que ya padecemos.
Los resultados ya veremos. Tiempo al tiempo
Saturday, December 02, 2006
Mal pálpito
Por Gustavo Ramírez Amat
Felizmente la elección del nuevo presidente se dio con una indiscutible diferencia. Ello otorga claridad al proceso y nos impide caer en la senda laberíntica en que pudimos habernos enredado. Una elección arrojará siempre ganadores y perdedores. Pero lo que unos y otros deben entender es que en la democracia, en la guerra y en la vida, ganar puede ser perder y perder puede ser ganar; de tal suerte que es aún muy pronto para hacer valo-raciones definitivas. El único que nunca debería perder, gane o pierda quien sea, es el país, y de eso debemos estar vigilantes: que Ecuador nunca salga perdiendo. Para ello se cuenta con preciosos recursos democráticos: oposición patriótica, prensa inteligente y libre -bien escaso en estos últimos tiempos-, veedurías y participación ordenada de la ciudadanía.
Rafael Correa llega a la presidencia tras una campaña que tuvo características de conflagración. Con una incuestionable alta votación en el momento final, pero con tendencias oscilantes en el favor popular en diversos momentos de la agitada campaña, que demuestran la fragilidad, labilidad y escasa consistencia de su triunfo. Igual habría sido la situación de Álvaro Noboa en caso de haber ganado. Correa no gana porque convenció a los ecuatorianos, gana porque Noboa no convenció a la mayoría. También por la extraordinaria dirección de marketing. Por la rapidez, pers-picacia y sentido de oportunidad en la generación de reacciones y respuestas a los vaivenes del proceso electoral. Por los muchos millones de dólares que tuvo a su disposición durante la campaña -más que aquellos que quedaron en el campo de batalla tras la primera vuelta-, y por el desembozado apoyo de ciertos sectores de la gran prensa, dispuesta a llegar hasta donde antes nunca se había llegado. Nada de eso -excepto lo último- quita legitimidad y valor a su triunfo, más bien son fortalezas. Pero todas las fortalezas y oportunidades del mundo no suprimen por sí mismas las debilidades y amenazas.
Desde diversas parcelas de la prensa le han recordado a Correa que una cosa es con guitarra y otra con violín. Una la campaña y otra el gobierno. Se lo dijeron fundamentados en la capacidad -demostrada durante la campaña- de modificar el discurso inicial adaptándolo a las circunstancias y exigencias del momento y las nuevas situaciones. Si supo ser radical y hasta extremista cuando se trató de presentarse como nuevo producto político, atrayendo la atención y el favor de los sectores en que inicialmente se apoyó, callarse luego cuando el primer discurso no le favoreció, jugar a populista, tan populista como el candidato populista que enfrentaba, sonreírle a la embajadora del "imperio", declararse nebotista en Guayaquil, ¿por qué no va a poder durante su gobierno mostrar la misma maleabilidad y capacidad de ajuste para gobernar para todos, incluso para la enorme mayoría que no votó por sus pro-puestas, sino que dijo no a las arrodilladas de Noboa, a su escaso don de palabras y a la imagen de millonario explotador que forjaron?
Es ahí cuando a mí me da un mal pálpito. No ha pasado una semana y el elegido presidente endurece su discurso nuevamente. Pero por otro lado no tiene inconveniente en entenderse con la "partidocracia", cuyo enfrentamiento fue el caballo de batalla de la campaña (¿o caballo de Troya que le metieron al pueblo?): MPD, Pachacutic, PSFA (Partido Comunista), PSP, ID y la más reciente maravilla, el PRE, que en menos de 2 ó 3 días pasa de la oposición (como lo anunció Jairala) al contubernio. Mal pálpito que se insista en romper el sistema Constitucional para dar paso a una Constituyente de "plenos poderes", pero al mismo tiempo aclara que la Constituyente no va a disolver el Congreso. ¿Cómo sabe el presidente electo Correa lo que va a hacer la Asamblea Constituyente de "plenos poderes"? ¿O es que habla su incons-ciente que le dice que por la forma como se plantea constituirla, él va a controlar la Asamblea y por lo tanto ya sabe lo que hará y lo que no?
Y serán 6 meses o más hasta constituir la Asamblea. O sea 6 meses de clima político estremecido, de campaña electoral que ya creíamos atrás, de agitación, de forajidos movilizados. Ello les permitirá aplazar la verdadera tarea: gobernar, enrumbar el país al crecimiento y continuar indefinidamente la siembra de clisés, de eslóganes y vacías consignas: distraer la atención.
Mal pálpito tengo.
Friday, December 01, 2006
El gobierno no puede crear el paraíso pero sí puede instituir el infierno
Por Danny Ayala Hinojosa
La experiencia muestra que cuando el gobierno interviene menos en la sociedad menos daño causa le causa. Los gobiernos que aumentan su poder mermando las libertades de los ciudadanos crean pobreza general y pequeños grupos de privilegiados y cuando el gobierno se encuentra en retirada, los ciudadanos gozan del ejercicio de sus derechos y este ejercicio motiva y garantiza la creación de riqueza material y cultural.
En Ecuador ha ganado las elecciones una corriente de estatismo que no cambiará los cimientos del sistema sino que presionará el acelerador para reducir las libertades económicas de los habitantes de estas tierras, es probable que en unos meses nos encontremos creando una nueva Constitución que ofrecerá mil maravillas y no cumplirá ninguna, ya que las constituciones no son herramientas para la construcción del paraíso, deberían ser límites a la intervención del gobierno, porque el Estado no es el soberano, lo son los ciudadanos. Mientras esto sucede, el gobierno quizá iniciará la marcha de la reingeniería social anunciada, lo cual en realidad no cambia el sistema, lo agrava. Pero esperemos lo mejor, esperemos que las nuevas autoridades abracen la sensatez y se dediquen a fortalecer las instituciones en lugar de disolverlas, esperemos que ofrezcan un marco de respeto a la ley y los contratos y no insistan en los errores de la historia reciente, esperemos que desmembren al monstruo estatista y no lo sigan alimentando con mas burocracia, regulaciones e impuestos.
Ya se ha advertido suficientemente lo que el aumento del poder estatal implica, se ha advertido de los resultados de incautar los bienes ajenos, se ha anunciado los males que suceden cuando se pone obstáculos al mercado, se ha denunciado los privilegios que suponen los subsidios y reglamentaciones y la corrupción que plaga organismos y empresas públicas. Esperemos que no se insista en lo mismo.
Si el nuevo mandatario dice ser revolucionario dice querer brindar crecimiento económico al país cambiando las reglas del sistema, entonces que sea realmente revolucionario y haga reformas importantes. De acuerdo, no firme el TLC pero concesione aduanas y abra el comercio con todo el mundo con un arancel único del 4% y de cero para los bienes que ya nos llegan si impuestos. Si no le gusta la base de Manta, entonces que sean los manteños los que se expresen en las urnas sobre su permanencia. Si no le gusta la deuda externa entonces establezca constitucionalmente que el gobierno no puede endeudarse pero honre los acuerdos ya existentes. Si quiere fomentar la educación entonces suprima al gobierno en su administración y delegue a los municipios esta tarea, lo mismo sea en salud. Si no le gustan las reducciones de impuestos, entonces delegue la facultad de instituirlos y cobrarlos a los municipios y que un porcentaje de éstos financie al gobierno central. Si dice que no favorecerá privilegios entonces suprima la agremiación forzosa, elimine la contratación colectiva, las legislaciones sectoriales, los subsidios y los ingresos forzosos de los gremios. Si no le gustan las privatizaciones entonces emita acciones y entregue a cada ciudadano acciones de las petroleras, energéticas, seguridad social y empresas del ejército y policía. Si dice ser solidario con los ancianos entonces convierta el sistema de pensiones a cuentas de ahorro individual con libre elección y que los jubilados actuales reciban mejores rentas a través de acciones de las empresas ahora estatales. Si dice que manejará responsablemente el presupuesto entonces elimine la pléyade de ministerios, secretarías y entidades autónomas que merman el dinero que debe destinarse a un gobierno eficiente.
Instituya no un infierno ni un paraíso, instituya un gobierno responsable respetuoso a la legítima propiedad de los ciudadanos, eso esperamos del nuevo gobierno.
Tiempos de renuncia, grandeza y generosidad
por Enrique Arosemena Baquerizo
Solo por citar unos pocos aspectos del Plan, éste propone por vía normativa obligar la fusión de las Bolsas de Valores, lo cual, complementado con otras declaraciones respecto de su interés de eliminar el artículo 34 de la Ley de Descentralización, que impone que las inversiones financieras públicas se hagan con equidad regional: 50% en la región Costa-Galápagos y 50% en la región Sierra Amazonía, evidencia el interés del Presidente Rafael Correa por eliminar la Bolsa de Valores de Guayaquil y exterminar la posibilidad de las empresas, bancos y entes seccionales de esta región de obtener financiamiento de largo plazo para su desarrollo.
Además, propone el fortalecimiento de la banca pública: CFN, BEDE, BEV, CFN, BNF y su participación activa al por menor en el sistema económico privado, por medio de una cadena de Cooperativas de Ahorro y Crédito y Bancos comunitarios (que mirado con ingenuidad pudiere ser sano). Esto lo complementa con la decisión que el IESS entregue al Banco del Pacífico los ahorros previsionales para que este sea el agente de inversión de esos recursos, lo cual traerá una competencia desleal. Innegablemente estas decisiones, la del inciso anterior y este, van a destruir el mercado de dinero y de capitales de Guayaquil, a potenciar el centralismo y el estatismo y a concentrar el poder económico en los grupos económicos capitalinos.
Esto y otros aspectos adicionales que constan en el Plan, como eliminar la tercerización laboral, que resucitará el sindicalismo en el sector productivo privado, debe hacernos entender que Guayaquil nunca ha estado en tan alto riesgo como ahora bajo el gobierno del Presidente Correa.
Se hace necesario entonces en los líderes sociales, económicos y políticos de Guayaquil y Guayas, por conveniencia o no, demostrar su grandeza y generosidad de espíritu y olvidar rencillas personales que han llevado a la desunión y al debilitamiento socioeconómico y político de esta región.
Se hace necesario entonces que los líderes de los otros partidos políticos, el PSC, el PRE, el PRIAN, de origen guayaquileño, entiendan que solo fortalecidos y unidos podremos enfrentar los desafíos que nos esperan. Igual para con las organizaciones sociales: las ONGs, los movimientos sociales, las Universidades, y para con los líderes gremiales.
Se hace necesario el nacimiento en Guayaquil de otros movi-mientos políticos, a convertirse en partidos políticos, que convoquen gente que haya o no tenido participación política, joven, empresarios, líderes barriales, líderes sociales, que le den robustez política a Guayaquil y Guayas.
Líderes de Guayaquil, dejemos a un lado todo lo que nos desune, los odios, las rencillas, la vanidad, y concentrémonos en crear los medios para impedir nos sea impuesto un sistema económico y político socialista-estatista-centralista ajeno a la forma de ser, trabajar y vivir en libertad del guayaquileño, del guayasense y de los habitantes de las regiones productivas.
Es tiempo de unión por una causa común, la supervivencia de un sistema de vida, de nuestras creencias, de nuestra libertad.
Si antes tenía dudas respecto de los objetivos y orientación del gobierno del candidato Rafael Correa, después de haber leído su Plan de Gobierno, que se encuentra en el sitio Web de Alianza País, ahora no tengo ninguna duda que va a ser un gobierno socialista-centralista-estatista, que va a intentar elevar a la enésima potencia la intervención del Estado en la economía pública y privada, lo cual debería ser preocupante para Guayaquil y las regiones productivas privadas.
Solo por citar unos pocos aspectos del Plan, éste propone por vía normativa obligar la fusión de las Bolsas de Valores, lo cual, complementado con otras declaraciones respecto de su interés de eliminar el artículo 34 de la Ley de Descentralización, que impone que las inversiones financieras públicas se hagan con equidad regional: 50% en la región Costa-Galápagos y 50% en la región Sierra Amazonía, evidencia el interés del Presidente Rafael Correa por eliminar la Bolsa de Valores de Guayaquil y exterminar la posibilidad de las empresas, bancos y entes seccionales de esta región de obtener financiamiento de largo plazo para su desarrollo.
Además, propone el fortalecimiento de la banca pública: CFN, BEDE, BEV, CFN, BNF y su participación activa al por menor en el sistema económico privado, por medio de una cadena de Cooperativas de Ahorro y Crédito y Bancos comunitarios (que mirado con ingenuidad pudiere ser sano). Esto lo complementa con la decisión que el IESS entregue al Banco del Pacífico los ahorros previsionales para que este sea el agente de inversión de esos recursos, lo cual traerá una competencia desleal. Innegablemente estas decisiones, la del inciso anterior y este, van a destruir el mercado de dinero y de capitales de Guayaquil, a potenciar el centralismo y el estatismo y a concentrar el poder económico en los grupos económicos capitalinos.
Esto y otros aspectos adicionales que constan en el Plan, como eliminar la tercerización laboral, que resucitará el sindicalismo en el sector productivo privado, debe hacernos entender que Guayaquil nunca ha estado en tan alto riesgo como ahora bajo el gobierno del Presidente Correa.
Se hace necesario entonces en los líderes sociales, económicos y políticos de Guayaquil y Guayas, por conveniencia o no, demostrar su grandeza y generosidad de espíritu y olvidar rencillas personales que han llevado a la desunión y al debilitamiento socioeconómico y político de esta región.
Se hace necesario entonces que los líderes de los otros partidos políticos, el PSC, el PRE, el PRIAN, de origen guayaquileño, entiendan que solo fortalecidos y unidos podremos enfrentar los desafíos que nos esperan. Igual para con las organizaciones sociales: las ONGs, los movimientos sociales, las Universidades, y para con los líderes gremiales.
Se hace necesario el nacimiento en Guayaquil de otros movi-mientos políticos, a convertirse en partidos políticos, que convoquen gente que haya o no tenido participación política, joven, empresarios, líderes barriales, líderes sociales, que le den robustez política a Guayaquil y Guayas.
Líderes de Guayaquil, dejemos a un lado todo lo que nos desune, los odios, las rencillas, la vanidad, y concentrémonos en crear los medios para impedir nos sea impuesto un sistema económico y político socialista-estatista-centralista ajeno a la forma de ser, trabajar y vivir en libertad del guayaquileño, del guayasense y de los habitantes de las regiones productivas.
Es tiempo de unión por una causa común, la supervivencia de un sistema de vida, de nuestras creencias, de nuestra libertad.
Publicado originalmente en El Telégrafo
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