Por Danny Ayala Hinojosa
Pasada una semana de las elecciones bien vale hacer un análisis recuento de lo que se ha visto en el país en el panorama político.
No ganó Correa perdió Noboa
Esta es la frase con la que muchos explican la derrota del multimillonario candidato Álvaro Noboa frente al izquierdista Rafael Correa con una diferencia de 14 puntos. Y todo parece indicar que fue así, los continuos errores de la campaña de Álvaro Noboa, la falta de apariciones del candidato en entrevistas y los desplantes en tarima que causaron molestia, burla e indignación lograron lo que la campaña de Rafael Correa de por sí no había logrado: revertir la diferencia de 18 puntos al inicio de la segunda vuelta a favor del magnate bananero hacia una victoria clara del candidato izquierdista.
Pero uno de los ingredientes principales de esta campaña fue la intervención de los medios a favor o en contra de alguna de las candidaturas, el problema es que a esta campaña se la titulaba gratuitamente como "periodismo objetivo", lo que a todas luces no era y no es. Ambos candidatos hicieron promesas demagógicas, ambos candidatos hicieron escenas en tarima, ambos candidatos tienen sus aciertos y errores, pero los errores parecían ser monopolio del candidato Noboa según algunos medios, mientras que los errores, actitudes despóticas y falencias en materia económica del otro contendor no eran siquiera presentadas mucho menos analizadas a profundidad.
Los peligros de la Asamblea Constituyente
Pasada una semana de las elecciones bien vale hacer un análisis recuento de lo que se ha visto en el país en el panorama político.
No ganó Correa perdió Noboa
Esta es la frase con la que muchos explican la derrota del multimillonario candidato Álvaro Noboa frente al izquierdista Rafael Correa con una diferencia de 14 puntos. Y todo parece indicar que fue así, los continuos errores de la campaña de Álvaro Noboa, la falta de apariciones del candidato en entrevistas y los desplantes en tarima que causaron molestia, burla e indignación lograron lo que la campaña de Rafael Correa de por sí no había logrado: revertir la diferencia de 18 puntos al inicio de la segunda vuelta a favor del magnate bananero hacia una victoria clara del candidato izquierdista.
Pero uno de los ingredientes principales de esta campaña fue la intervención de los medios a favor o en contra de alguna de las candidaturas, el problema es que a esta campaña se la titulaba gratuitamente como "periodismo objetivo", lo que a todas luces no era y no es. Ambos candidatos hicieron promesas demagógicas, ambos candidatos hicieron escenas en tarima, ambos candidatos tienen sus aciertos y errores, pero los errores parecían ser monopolio del candidato Noboa según algunos medios, mientras que los errores, actitudes despóticas y falencias en materia económica del otro contendor no eran siquiera presentadas mucho menos analizadas a profundidad.
Los peligros de la Asamblea Constituyente
Ganó Correa y junto a él la propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente ¿cierto?, falso. El 22% de los votantes en primera vuelta votaron por el cambio radical que proponía Correa, el 88% restante de votantes mas una inmensa mayoría de ausentes no eligieron esta propuesta. En segunda vuelta, era tanto el desprecio por los errores de Noboa que se prefirió votar contra él y no a favor de Correa, hay que tomar en cuenta que el 82% de ciudadanos desconoce lo que es una Asamblea Constituyente o Constitucional según un estudio de CEDATOS publicado hace un año.
Pero aparte de la mala lectura que estaría haciendo el equipo de Alianza PAÍS sobre los resultados electorales, hay otros peligros asociados a este proyecto sin pies ni cabeza. Primero que nada la convocatoria misma es inconstitucional y la misma podría ser duramente atacada en el Congreso, en el Tribunal Constitucional y en el Tribunal Supremo Electoral. Aún superado este duro escollo, la ANC siendo de ilimitados poderes podría destituir al Congreso cosa que Rafael Correa ha desmentido, pero no puede garantizarnos tal cosa y si lo hace es porque se habrá garantizado a sí mismo de que la ANC cumpla su mandato y así obtenga poderes omnímodos. Se ha dicho también que el Congreso coexistiría con la ANC pero no podría legislar sólo fiscalizar... ¿y en qué parte de la Constitución actual se avala tal cosa?
Asamblea de la Letra Muerta
Pero partiendo del supuesto de que la ANC se cristalice ¿qué es lo que va a cambiar? eso nadie lo sabe pero es interesante el hecho de que la oposición sí sabe que debe reformarse: despolitización de tribunales Constitucional y Electoral, despolitización de la elección de Contralor, Fiscal General y Procurador, voto voluntario, eliminación de empresas militares, destitución del Congreso por una sola vez. Pero ¿alguien puede citar mas de dos propuestas de reformas que haya planteado Alianza PAÍS? muchos periodistas, ex candidatos y analistas ya subidos en esta variopinta camioneta llamada ANC, parecen haber olvidado preguntas importantes relacionadas al contenido mismo de las reformas, nadie las sabe y rara vez se preguntan.
Como a la Asamblea Nacional Constituyente irán representantes de diversos grupos que pelearán por sus cuotas sin pensar necesariamente en la diversidad de intereses existentes en una nación, bien podríamos amanecer en el 2007 con una Constitución corporativista a la Musolini. Pensando positivamente, también podríamos obtener una Constitución incluso mejor que la de Estados Unidos que podría caber en página y media. ¿Sería motivo de alegría nacional? lo dudo, el caso de Liberia se me viene a la mente, Liberia nació como Estado con una constitución similar a la americana pero sin la formación en valores libertarios que hizo posible el ascenso en Estados Unidos de un gobierno limitado que garantizaba el ejercicio pleno de los derechos civiles, al menos durante los siglos XVIII y XIX.
No, por el contrario es de temerse que en nuestro país padezcamos dos enfermedades que se agravarán con mas fuerza en la ANC: las enfermedades francesa y holandesa. La primera basada en el positivismo jurídico, concepto que entiende que todo derecho es producto de la actividad del Estado cuando por el contrario todo derecho tiene su origen en la naturaleza humana; y la segunda enfermedad que padecemos, ésta la de exprimir a la gallina de los huevos de oro negro hasta que la renta petrolera no de mas. La adicción ecuatoriana a los petrodólares es tal que hasta se ha incurrido en renegociación forzada de contratos y confiscación de empresas como Occidental, todo sea para financiar los "programas sociales" que en realidad terminan en programas de rápido enriquecimiento de la burocracia capitalina.
A propósito de renegociaciones y confiscaciones, estas están prohibidas por la Constitución actual, sin embargo renegociaciones forzadas y confiscaciones se hacen cada vez que el apetito político dispone. Si estas arbitriaridades suceden con la actual Constitución ¿qué garantía nos ofrece la nueva Constitución que postulan los desmemoriados activistas de las revoluciones de papel?
No, no hay garantía, la nueva constitución será tan letra muerta como la actual.
¿Cuál es la solución entonces?
Recordando los sainetes en que muchas asambleas constituyentes se han convertido históricamente y muy a pesar de la necedad de ciertas elites intelectuales que aún esperan al "hombre nuevo" revolucionario y aún apuestan todo al caudillo de moda cuando en realidad siempre gana la casa (léase los intereses tras el caudillo), vale proponer una solución que realmente sea útil en estas circunstancias.
Primero deben precisarse las reformas que se desea para el país y aterrizarlas en la forma de artículos a añadir, reemplazar o eliminar en la Constitución, también puede desempolvarse el proyecto de reformas del ex-presidente Gustavo Noboa y que sea el Congreso Nacional el que las trate y apruebe mediante Asamblea Constitucional o mediante trámite ordinario. Perfecta oportunidad además para llevar a cabo un acuerdo nacional (del que tanto se habla) para establecer funciones del gobierno limitadas a defensa de derechos y delegar a la sociedad civil la competencia de todo lo demás permitiendo una mínima y temporal intervención gubernamental en necesidades como educación y salud.
Este realmente sería un ejercicio de honestidad y democracia en el que todos habrán de destapar sus cartas y harán obligado renunciamiento a ciertos intereses partidarios, que no a todos, pues no es posible eliminar los intereses de nadie ni encontrar mágicamente a los "corazones ardientes por la patria" desprovisto de todo interés incluido el propio. Además, económicamente hablando, una Asamblea Constitucional será mucho menos costosa en tiempo y dinero que una Constituyente, pero sobretodo causará menos incertidumbre e inestabilidad en el país, al menos mucho menor que con una Asamblea de plenos poderes.
Otras amenazas
Además del inútil ejercicio de una Asamblea Constituyente, existen otras amenazas a la estabilidad del país, muchas ya denunciadas por el grupo de voces en el desierto que somos quienes creemos en el respeto a los dineros y bienes ajenos. Primeramente se ha denunciado el peligro serio de que el desmesurado gasto público que ha ofrecido en campaña Rafael Correa nos saque de la dolarización forzosamente si llega a hacer efectivo tanto derroche. El segundo peligro y mas inmediato es la no firma del TLC que supondrá la pérdida del mercado al cual se destina el casi 60% de exportaciones frente a Colombia y Perú que ya han firmado el acuerdo. El tercer gran peligro que acecha al país consiste en una nueva intervención en el mercado financiero mediante una reforma al sistema de corte estatista que implique incautación del dinero de los ahorristas y de las remesas de los emigrantes y de nuevos impuestos al capital que redundarán en mayores costos financieros y reducción de liquidez del sistema financiero. El cuarto peligro que ha venido comentándose es una nueva reforma agraria para regular el latifundismo más allá de que es saludable la iniciativa de titularizar tierras campesinas. Un quinto gran peligro es la posibilidad de una moratoria o reestructuración unilateral de la deuda externa que nada bueno le ha traído al país en otras ocasiones ni a otros vecinos que han incurrido en tal política.
Estas son solo algunas de las amenazas ya formuladas, no sabemos que otras sorpresas guarda Alianza PAÍS en su alforja y eso mismo se teme de la Asamblea Constituyente, que no sea sino un programa de reingeniería social que deshaga el sano equilibrio de poderes pero que atente también contra la economía de las grandes mayorías, fortaleciendo los privilegios de gremios y grupos sociales apalancados, mientras se hace pagar a justos y pecadores el costo de los errores, privatizando beneficios y socializando pérdidas. Las otras propuestas, mantener subsidios, empresas públicas y privilegios sindicales solo es mas de lo mismo que ya padecemos.
Los resultados ya veremos. Tiempo al tiempo
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