Tuesday, June 17, 2008

Clints Eastwood -un libertario- manda al demonio a la corrección política

Artículo en El País (Uruguay): Polémica con acusaciones de racismo

Es una de esas polémicas que puede derivar rápidamente hacia el patio del conventillo. En una frase, se resume así: el cineasta "afroamericano" Spike Lee acusa a Clint Eastwood de racista, y el viejo Clint le responde que se vaya al diablo.
Para enmarcar más ampliamente el tema hay que saber que Lee (autor de films valiosos como Haz lo correcto, Fiebre de amor y locura o Malcolm X) acaba de terminar Miracle at St. Anna, una historia sobre soldados negros norteamericanos en el frente italiano durante la Segunda Guerra Mundial.
En lo que cabe entender como parte de una campaña publicitaria, Lee aprovechó una conferencia de prensa de promoción de su película para emprenderla contra Eastwood, objetándole la ausencia de soldados negros en sus dos films sobre la batalla de Iwo Jima (La conquista del honor, Cartas desde Iwo Jima). "Clint Eastwood ha hecho dos películas sobre Iwo Jima que duran más de cuatro horas en total y en las que no sale un solo actor negro, Si ustedes los periodistas tuvieran lo que hay que tener, le preguntarían por qué es así".
Eastwood demoró en responder, pero al parecer las repercusiones de los dichos de Lee han terminado por hartarlo, y en una reciente entrevista concedida también al periódico británico The Guardian recomendó directamente a Lee que se callara la boca. Siguiendo la polémica (o lo que sea), Lee ha respondido desde los Estados Unidos: "No estamos en una plantación de algodón, Clint", equiparando al viejo cineasta con un propietario racista de un establecimiento agrícola del antiguo
Sur.
Lo irritante de todo el asunto es la obvia intención propagandística que parece presidirlo. Si Lee quería discutir en serio el tema del racismo en el cine norteamericano (o en cualquier cine) tenía mejores blancos que elegir que el dueto antibélico de Clint Eastwood. Como el propio Clint lo ha señalado, La conquista del honor (de hecho, la única de las dos películas de las que Lee puede agarrarse, porque en Cartas desde Iwo Jima prácticamente no se ven norteamericanos blancos, negros ni de cualquier otro color: los que aparecen permanentemente en la pantalla son un montón de japoneses) no es una descripción general de la batalla sino la historia de los seis soldados que clavaron la bandera en la famosa colina. Casualmente, ninguno de los seis era negro. Es cierto que hubo una participación minoritaria pero importante de soldados negros en la conquista de la isla, pero la historia concreta de la película no tenía que ver con ellos y podían ser perfectamente suprimidos sin ofensa.

De hecho, las fuerzas norteamericanas en Iwo Jima llegaron a reunir 250.000 hombres, 70.000 de ellos "marines" que intervinieron en el desembarco. Hubo unos 700 negros, la mayoría de ellos no combatientes (en general, los mandos norteamericanos preferían que los negros no empuñaran armas, y los reducían a labores de cocineros o lavaplatos), aunque una parte de ellos cumplió tareas particularmente peligrosas. No hubo ninguno (pero sí un "nativo americano", Ira Hayes, a quien por cierto no le fue muy bien), en la foto de la bandera. Clint lo ha expresado con bastante claridad: "¿Qué quieren que haga? ¿Un anuncio publicitario en pro de la igualdad de oportunidades? Yo no juego a eso, sino que hago una lectura histórica. Cuando hago una película en la que debe haber un 90% de negros como en Bird, utilizó un 90% de negros". Continuando con la idea, Eastwood agrega: "La historia de La conquista del honor es la famosa foto izando la bandera, y ellos no hicieron eso. Si hubiera puesto a un actor afroamericano allí, la gente hubiese dicho 'este tipo perdió la cabeza'. No era correcto".
La referencia a Bird resulta relevante, porque cuando Eastwood realizó en 1988 ese "biopic" sobre el músico negro de jazz Charlie Parker, Lee había dicho que "un cineasta blanco no tenía derecho a hacer una película sobre un artista negro", a lo que Clint respondió que se sentía con todo el derecho, y que también reconocía el de Lee de hacer una película sobre Glenn Miller, Red Nicholls u cualquier otro músico blanco. Ahora Eastwood ha recordado el incidente: "Spike Lee se quejó de que la rodara un blanco. Pero si yo la hice, es porque nadie más la había hecho. Así de simple. Él podría habérseme adelantado, pero no. Estaba haciendo otra cosa".

De todos modos, Lee se aferra a su enojo, al tiempo que reprocha a Eastwood, a quien reconoce empero como "un gran director", que a su vez se haya enojado: "Un comentario así no debería ofenderte, Clint. Vamos, Clint". Sin embargo, insiste en que alguien le observó a Eastwood la ausencia de negros en su film cuando todavía podía haberla corregido, "y no quiso hacerlo". En tono de desafío, Lee agrega "Pregúntenle por qué".
Arriesga que Clint vuelva a mandarlo al diablo, claro. Autodefinido como un "libertarian" (esa línea de pensamiento conservador, antiestatista y extremadamente individualista que suele esgrimir los libros de Ayn Rand como si fueran la Biblia), Eastwood ha dicho alguna vez que estaba dispuesto a matar al documentalista Michael Moore si se metía sin permiso en su casa intentando hacer con él lo que había hecho con Charlton Heston en Bowling for Columbine (esto es, manosear su imagen con total impunidad). Eastwood puede ser muchas cosas, varias de ellas contradictorias, pero no es fácil simplificarlo como un obtuso reaccionario. Tiene detrás suyo toda una abundante filmografía que lo respalda.

El Federalista: Que maravilla, un libertario famoso haciendo puré a los etnocentristas "liberals" cuyo racismo llega a extremos de intolerancia y grosería. Que bien, ya me estaba molestando que nadie saliera a cerrarles la boca con argumentos a los que se creen minorías oprimidas o usan como pretexto atropellos pasados o infrecuentes atropellos presentes (muchas veces no raciales) para vomitar su odio racial contra blancos o judíos que supuestamente encarnan a su odiado hombre-blanco-occidental-capitalista.

Yo no soy ni blanco ni judío; soy mestizo, liberal-libertario y pro-capitalismo y pro-Estado de Derecho. Y creo que la discriminación por raza o color no es algo que me agrade, pero la gente está en su derecho a discriminar (cosa que nunca afirma realmente Eastwood pero yo sí) o en su derecho a rechazar la discriminación, es su facultad, nos guste o no, y para el caso ¿acaso vamos a crear una policía del pansamiento?. Mas allá de esto, los extremos de racismo como el de Lee, promoviendo la alteración de la historia para imponer una determinada agenda, cae en la vil manipulación y la falsedad moralmente condenables. Con el agravante de que Lee busca promover sus películas irresponsablemente mediante argumentos mezquinos.

Que bueno es saber también que algunos periodistas ya no caen en el pueril etnocentrismo, el racismo al revés y la condescendencia y paternalismo hacia el diferente sea mayoría o minoría.

1 comment:

Jaime Izurieta Varea said...

Yo PAGO por ver un video en el que Clint Eastwood le dice GO AHEAD, MAKE MY DAY al imbecil de Michael Moore, y le dispara... y creo que no seria el unico... empezamos una colecta?