Monday, April 14, 2008

A Rafael Correa le espera un destino peor que el de ser derrocado

...y ese destino es terminar su periodo presidencial.

Pese a mantener una alta popularidad, los problemas internos y externos agobian al destartalado gobierno de Rafael Correa, el malestar crece en las filas de las Fuerzas Armadas, el desempleo avanza cual locomotora con la Asamblea Constituyente como maquinista, la inflación es imparable, las tasas de interés se mantienen altas y los créditos escasean, la confianza sobre la economía cae y este será un nuevo año de poco crecimiento según lo reconoció Pedro Páez. En el frente externo el país está seriamente comprometido en su credibilidad, los ya obvios nexos entre el gobierno y el terrorismo ha puesto en alerta a todas las agencias de inteligencia de Occidente que ahora examinan a cada funcionario de gobierno y cada actuación gubernamental. La prensa internacional ha mostrado en sus páginas impresas y electrónicas la connivencia del gobierno ecuatoriano con grupos terroristas a los que permite que organicen foros bolivarianos y tours hacia campamentos terroristas, muchos afirman que el gobierno protegió activamente al terrorista Raúl Reyes impidiendo acciones militares en su contra.

Por otra parte, la política económica del gobierno de más impuestos, más trabas, mercados cerrados, monopolización estatal de sectores económicos, regulación de los sectores privados, alto gasto público, etc. está logrando que rápidamente se deteriore la economía familiar y el rechazo popular aumente contra el gobierno. Sin oposición política visible ni líderes alternativos a la visión izquierdista y de alcance nacional, Rafael Correa se encuentra solo enfrentado contra fantasmas inasibles, queriendo poner a la prensa como contendiente y sacando a la CIA como supuesto insidioso confabulador. ¿Las pruebas? ninguna por supuesto. Sólo tenemos la palabra del mandatario que cada vez tiene menos credibilidad, ¿o acaso se han presenciado marchas a favor del mandatario y sus tesis? casi nadie salió a respaldar al mandatario durante la crisis con Colombia, menos gente saldrá ahora a respaldar al régimen. Horror de horrores, la costosa campaña goebbeliana de propaganda y culto a la imagen de Correa es cada vez menos efectiva.

Sin Congreso en funciones, con una Asamblea Constituyente con pésima imagen, con un presidente de la Asamblea con aún menos aceptación que el mandatario, con un vicepresidente sin aparición pública y sin opciones de liderazgo nacional en la oposición, la ciudadanía harta ya de tanto despropósito no parece buscar el derrocamiento del mandatario como ha sido costumbre.

No hay opositores reales, , ya no hay a quien culpar del desastre económico institucional actual, hay más chivos expiatorios en las Islas Galápagos que en la escena política.

Por tanto, a Rafael Correa le quedan dos opciones. La primera, si quiere recomponer la economía y la institucionalidad del país, el mandatario debe enviar al basurero su ideología y abrir mercados, reducir impuestos, eliminar o reducir subsidios, desmantelar el caos legal-laboral, vender empresas públicas, despedir burocracias y desregular la economía. Pero esto significa un alto costo político y darle la espalda a las organizaciones que lo apoyaron; implica pelearse con las mafias de toda la vida: empresarios proteccionistas, sindicatos rateros, burócratas parásitos, activistas matoniles, periodistas "comprometidos", tirapiedras y bichos varios.

La segunda opción es continuar testarudamente su agenda socialista estatizante y presenciando como el país se desmorona económicamente pese al alto precio mundial del petróleo y de las materias primas. Tras la institucionalidad derribada a manos de los políticos gobiernistas y turbas callejeras vociferantes, la economía enfrenta el ataque directo de la Asamblea Constituyente que ha hecho de todo excepto para lo que se la eligió, en lugar de promover una Constitución que garantice libertades y derechos, la Asamblea ha aprobado sendos mandatos que han aumentado impuestos, liberado delincuentes, perdonado funcionarios corruptos y ahora se apresta a perjudicar al sector privado creando la ola de desempleo más grande desde la crisis de 1999-2000. Continuar con esta opción será políticamente menos costoso en el corto plazo para el mandatario, pero altamente costoso para todos en el mediano plazo.

De continuar con la segunda opción, Ecuador tardará dos décadas para recuperarse y sólo si se toman correctivos luego de la era Correa. Porque mientras que la economía ecuatoriana se recuperó relativamente pronto de la última crisis gracias a la dolarización, la construcción del OCP y la firma del acuerdo de paz con el Perú, hoy no hay posibilidades de salidas fáciles y rápidas, muchos son los problemas, difíciles las medidas para solucionarlos y poco el valor e inteligencia del mandatario para reconocer las causas de estos problemas y tomar al toro por los cuernos para solucionarlos.

5 comments:

Alfredo said...

Cuanta razon tienes, y eso es para mi facil medirlo y debe de serlo para la mayoria de los ecuatorianos, te voy a poner mi ejemplo:
Todas las semanas mi esposa y yo hacemos las compras, y siempre compramos los mismos productos y cantidades, con raras excepciones, pues al trabajar los dos, solo necesitamos hacer comida en las noches. Pues el asunto es que antes gastabamos un promedio de 28 - 30 dolares semanales, el dia de ayer haciendo la compra de los mismos productos y en las mismas cantidades, el valor a pagar fue de 42 dolares y no aumentamos nada ni compramos ninguna marca diferente.
Simplemente subio de precio y ya.
Tengo los comprobantes del pago y la factura detallada del supermercado desde enero y me he tomado la molestia de revisarlos y la diferencia de precios marcada hacia el alza es en pollo, carne, leche, yogourt, azucar, aceite, arroz y jugos en envase.
Eso lo entiende todo el mundo, no se necesita una maestria en economia para saber que compro menos con los mismos dolares o pago mas para poder mantener el mismo nivel de vida.
Asi de simple y sencillo dijo la cucaracha bajandose del grillo.
Saludos

Libertario said...

Todo sube como la popularidad de Correa, el pueblo adormecido parece adolecer del sindrome de Estocolmo. Cada vez más pobres pero cada vez mas contentos. Es increible como un ignorante que crea desempleo y pobreza sea recibido como salvador a donde va.

Danny Ayala Hinojosa said...

yo no diría que la popularidad de Correa sube

Anonymous said...

La popularidad de Correa subió porque se peleó con Uribe. La popularidad de cualquiera sube si de repente salta un enemigo de otro país, no importa si tiene razón o no. Pregúntale a Bush, que nadie daba tres atados por el man hasta que Osama parqueó dos aviones en Nueva York. Después Bush la cagó, pero eso fue después.

Igual, tengo una teoría de que la pobreza de ciertos paises es autosostenida. Los pobres son tan pobres que casi no pueden ser más pobres, en cuyo caso les importa un carajo la economía porque no pueden estar peor. Como no tienen más, lo que importa es el circo y la telenovela, de lo cual Correa tiene bastante. Mira a Chavez, después de todos los desastres de su gestión, su popularidad sigue entre 30% y 40%.

Hay Correa para largo.

Danny Ayala Hinojosa said...

De hecho tu teoría es acertada Batiduende, los pobres no encuentran incentivos para emprender negocios y muchos terminan contentos con el bono de la pobreza, les vale un pimiento si la inversión no crece o el desempleo campea, sólo los pobres con más sentido de emprendimiento son los que hacen algo y eso significa migrar por lo que cada vez sólo la peor gente se queda en el país, los más talentosos y adinerados se ponen a buen recaudo y los más pobres y emprendedores huyen del país. Sólo quedan masas grises de mendigos orgánicos, serviles chupamedias del régimen y la abultada burocracia que vive del menguante sector productivo. En un futuro con esfuerzo y con el socialismo con una bala en la cabeza, todo se podrá recuperar, pero cuánto tiempo y recursos habremos perdido.