Thursday, March 27, 2008

¿Dios en la Constitución? Dios no, ¡Satán!

Al parecer al partido Alianza País acordó en que la Constitución no evoque a Dios por tanto la nueva constitución prescindirá de cualquier referencia en ese sentido (los partidos de oposición no pintan nada frente a los alzamanos), y es algo que puede ser visto con naturalidad pues una Constitución debe ser lo más objetiva posible y no rodearse de lirismos o conceptos cuya validez esté en duda. Pero esto es lo único en ese sentido que la nueva constitución exhibirá.

La nueva constitución reemplaza al dios judeo-cristiano por el dios estado-paternalista, se cambia a Jehová por el Baal moderno al cual se sacrifican generaciones enteras a las que se empobrece, y todo para que ese estado y su sacerdocio-burocrático administre los asuntos de todos los ciudadanos en un ejercicio de absolutismo propio de un cacique bárbaro. Se erosionan las libertades civiles para reemplazarlas por "democracia directa", o lo que es lo mismo, por gangsters que regularán todas las actividades privadas tanto en precios como en presentación, disponibilidad, horarios, cuotas, formas de contrato, distribución, reparto. Su vida ya no es su vida ni depende de las relaciones voluntarias con otros sino que depende de los dictados de otros, de su imposición, usted ya no tiene alguna garantía de freno al gobierno, es el gobierno quien lo tendrá frenado a usted.

Positivismo jurídico mediante, el Estado convertirá a la sociedad en una masa mendicante de favores y permisos, pues sólo se permitirá a los ciudadanos hacer lo que conste en la ley, subvirtiendo el principio del derecho civil donde todo lo que no está prohibido por la ley es permitido. Los ciudadanos dejarán de ser tales para convertirse en rehenes donde habrán de esperar el designio burocrático para poder emprender negocios novedosos o adoptar nuevas tecnologías foráneas (sólo en las sociedades libres se inventan tecnologías).

El Estado seguirá monopolizando grandes reglones de la economía y regulará todos los demás, y hará esto último de una manera que practicamente el sector privado no existirá, existirá el sector estatal y el "concesionado" pues los asambleístas gubernamentales pretenden imponer en la Constitución una planificación estatal que incluirá en sus fines, metas y propósitos la dirección del sector privado, y si no se obedece los dictados... cárcel, confiscación, intervención del negocio por un delegado del gobierno o de un sindicato mafioso.

Un Dios etéreo ha sido reemplazado en la Constitución por un Satán muy real.

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