Los vocales del Tribunal Constitucional, TC, serían enjuiciados política y penalmente si declaran la inconstitucionalidad de las reformas a la Ley de Hidrocarburos, así lo advirtió el presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas del Congreso, Salvador Quishpe (PK).
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“No es posible que se deje sin efecto una Ley que permite al Estado acceder hasta el 50% de los excedentes en el precio de venta del barril de crudo, que le significaría más 500 millones de dólares, recursos que serán invertidos en educación, salud, vialidad, entre otras áreas”, manifestó.
El Federalista: Al parecer las fuerzas políticas que actúan de espaldas a las nociones de derecho, base de la civilización, quieren imponer bajo coerción su visión dogmática sobre un tema que debe ser dirimido por un Tribunal cuya misión es garantizar la vigencia de la Constitución.
La institucionalidad no debe ser agredida con pedradas o paros, no debe ser amenazada con presiones para favorecer inconfesables intereses políticos ajenos a la convivencia pacífica. Mas aún, no existe argumento -basado en la racionalidad- para desconocer los atropellos al derecho, causados por las reformas a la ley de Hidrocarburos.
Amenazar al Tribunal Constitucional con levantamientos para forzar un fallo, constituye TERRORISMO, como reza la tercera acepción del Diccionario de la Real Academia Española, pues el uso de la fuerza en la forma de paralización , levantamiento o acciones violentas parece ser de uso cotidiano en ciertos movimiento políticos acostumbrados a privilegiar las demostraciones de fuerza por sobre el respeto a la propiedad de los ciudadanos para forzar una respuesta gubernamental apegada a sus intereses. Terrorismo.
1 comment:
¿Hasta cuándo?
Sí, ¿hasta cuándo nuestro país debe seguir secuestrado por grupos políticos irreverentes y extremistas que a nombre de los 12 millones de habitantes deciden hacer de nuestro futuro plataformas políticas para su provecho? El no querer firmar un tratado de libre comercio beneficioso para todos y el apoderarse de la empresa norteamericana de petróleo Occidental para entregarla a un grupo incapaz y de oscuros procedimientos, por decir lo menos, como es Petroecuador, son apenas dos casos de una ceguera incomprensible y de un misterioso deseo de volver a los años del principio del siglo veinte. Desde que conozco, el Ecuador ha vivido en paros y en una imitación de democracia, donde los presidentes no terminan sus períodos para los que fueron elegidos, donde la educación laica vive años secuestrada por un minúsculo partido político de extrema izquierda y donde desde una cloaca, el ente político más desprestigiado del país, el Congreso Nacional, negocia el futuro de la patria.
Somos un país de exageraciones: una extrema derecha desprestigiada y una extrema izquierda obsoleta y dañina. Deberíamos probar el centro del espectro político. Creo que ha llegado el momento de anular el voto para los diputados y elegir un presidente honesto y conciliador.
Sergio Eguiguren
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