El Federalista: no hay nada que hacer, el presupuesto para educación es dinero tirado a la basura, cierren el changarro y dedíquense a otra cosa. El Estado ha demostrado nuevamente su fracaso en la formación de estudiantes y de maestros. El Estado ha demostrado su fracaso en la construcción, mantenimiento y dirección de un sistema educativo. La educación pública estatal es de pésima calidad y un lastre para todo el país.Solo 700 de 17 800 aspirantes a uno de los puestos en el magisterio cumplen con la nota mínima de 42 sobre 70. La mayoría falló en pruebas de razonamiento.
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Milton Luna, director del Contrato Social por la Educación, coincidió. “¿Cómo se están formando los maestros, cuál es el perfil profesional y el pénsum de estudios? Es el reflejo del fracaso de la formación docente y una ratificación de la crisis educativa”. Además, para Luna, las malas notas de los profesores convalidan los resultados negativos de las últimas pruebas Aprendo 2000, donde los niños y niñas sacaron menos de 10 sobre 20 en matemática y lenguaje.
Las soluciones
La solución es que la educación pase primero a ser administrada municipalmente permitiendo el concurso abierto del sector privado, sin privilegios ni regulaciones.
Un sistema de educación pública debe comprometer directamente a los padres de familia tanto en la creación de contenidos educativos, los costos y la dirección de escuelas y colegios. Debe ser la junta de padres de familia la que contrate a un administrador que a su vez contrate maestros calificados y determine la capacitación periódica de estos. El administrador a su vez maneja los costos de operación del plantes y un márgen de ganancia que pueda reinvertirse en mejoras periódicas del edificio y del equipamiento como para ofrecer becas y ayudas a estudiantes pobres. Los padres de familia a su vez mediante un consejo o una empresa calificada pueden definir los contenidos educativos apropiados para los estudiantes e irlos adecuando en el tiempo, también el consejo puede crear las normas de comportamiento en el establecimiento, normas que deberán ser aceptadas por cada padre de familia mediante contrato.
¿Qué puede hacer el municipio?
En realidad no mucho sino ofrecer instalaciones públicas adecuadas para estudiantes, eventualmente -y con aprobación de los contribuyentes- el municipio puede construir y ampliar edificaciones educativas, entregando la administración a la junta de padres de familia y a personal calificado. El municipio también puede -con aprobación previa de los contribuyentes- establecer bonos educativos para familias que comprobadamente son pobres y no puedan acceder a la educación bajo condición de buen uso de los recursos por parte de esas familias.
¿Qué puede hacer el gobierno central?
Cerrar el Ministerio de Educación y devolver el dinero del presupuesto educativo a los padres de familia en forma de cheques, en los años siguientes no formular ningún presupuesto educativo y reducir por ende los impuestos que alimentaban a los monstruos del Ministerio y la UNE.
¿Quién titula a los egresados y quien regula los contenidos educativos?
Los titulan los propios establecimientos educativos y de la misma forma los establecimientos regulan sus contenidos. En el mercado ya existen ofertas educativas que establecen las instituciones privadas, también existen modelos como el Bachillerato Internacional que ofrecen marcos curriculares reconocidos a nivel mundial, existen experiencias probadas y pueden crearse otras aún mejores y más completas, la competencia en el libre mercado de las ideas generará sin duda mejores opciones para los padres de familia, los primeros interesados en una mejor educación y entorno para sus hijos.
Las universidades por su parte, además de considerar el título en el momento de la admisión, puede realizar los exámenes necesarios para efectuar esa admisión. Una universidad de este modo puede señalar las falencias de una institución educativa a los responsables de esta para que existan los correctivos necesarios, algo que ahora no sucede. El constante intercambio de información entre padres de familia e instituciones impulsará una sana competencia entre instituciones y una autoregulación que beneficiará a todos: padres, estudiantes, instituciones educativas, mercado laboral.
Con el tiempo, los profesores mediocres desaparecerán del sistema, los profesores mejor formados en conocimientos y en valores tendrán más oportunidades de capacitación y mejores remuneraciones. El dogmatismo y el adoctrinamiento político en la educación pública tenderá a desaparecer para ser reemplazados por la formación en valores éticos. La competencia enseñará a todos el valor del mérito, el esfuerzo y el trabajo en equipo reemplazando al quemeimportismo y dejadez de los funcionarios públicos. La autofinanciación del sistema educativo eliminará las prebendas de los actuales beneficiarios del sistema estatal: la burocracia pública y las mafias sindicales.