Monday, February 25, 2008

Carta a Xavier Flores y Diario El Universo aclarando sobre las posiciones libertarias

Señor Xavier Flores
Articulista
Diario El Universo

De mis consideraciones.-

Hace ocho meses exactos contesté su artículo explicando las ideas libertarias que en resumen defienden las libertades plenas del individuo tanto las económicas como las personales, libertades ambas que son en realidad indisolubles y equivocadamente separadas por ciertos periodistas y catedráticos como si fuesen mundos diferentes.

Identificándome claramente como libertario y como integrante del Movimiento Libertario, empezaba yo mi carta señalando la base de liberalismo libertario: el principio de no agresión, es decir no iniciar el uso de la fuerza. Ello implica necesariamente -y aclaro ahora por si no fuese obvio- que este principio debe gobernar sobre individuos y grupos de individuos, tanto si este grupo de individuos persigue fines económicos con caracter privado o si este grupo se hace del poder para gobernar una sociedad determinada. Es por ello que el párrafo casi al final de su artículo "Autonomía individual" publicado el sábado anterior es inexacto en cuanto dice "O, en esa misma línea de análisis, algunos que se suponen defensores de la autonomía individual en todos sus extremos se ocupan solo de sus aspectos económicos: hace ocho meses exactos publiqué la columna '¿Libertarios?' , para indagar si este movimiento defiende algo distinto a otros grupos de derecha (como el agónico y patético PSC, pongamos por caso) y la respuesta es no. El nombre "libertarios", a ese movimiento, le queda ancho.".

Entre todas las libertades personales que los libertarios defendemos (resumidas en el derecho de propiedad) y que destaqué en mi respuesta, se encuentran la de propiedad privada (los impuestos son una agresión directa a este derecho), la libertad a hacer con nuestros cuerpos lo que consideremos conveniente (sí, incluso abortar, experimentar con drogas o dar por terminada nuestra propia vida), libertad de transitar, libertad de sufragar o de no hacerlo sin esperar castigo por ello, libertad de conciencia y de elegir a nuestros guías espirituales/financieros/académicos/familiares o prescindir de ellos, la libertad de intercambiar propiedad (libre comercio), libertad de tratar o dejar de hacerlo con otros en forma pacífica (libre contratación y asociación), libertad de producir bienes y servicios (libre empresa), libertad para defenderse y contar con los medios para ello (a fin de cuentas el ejercicio del derecho a la vida y a portar armas para garantizar ese derecho), libertad de expresión (y por ende libertad de prensa y a no padecer censura o persecución por una opinión) aunque discrepemos con las ideas, libertad de culto o de no adherirse a ninguno.

Así mismo defendía en mi carta el derecho de las personas a hacer con su cuerpo lo que ellas decidan aún cuando personalmente no estemos de acuerdo con esas decisiones, y el derecho de las personas a formar pareja con otra incluso de su mismo sexo. En fin, si es que debe existir un gobierno, éste sólo debe castigar las agresiones a la vida y la propiedad de las personas y no erigirse como rector moral, de nuevo, implica que el gobierno debe castigar las agresiones a la vida y la propiedad tanto si vienen de individuos, como de grupos de individuos o de un funcionario de gobierno, siendo generalmente el gobierno el primer perpetrador de crímenes contra las personas a través de impuestos, regulaciones, burocracias, monopolios legales, conscripción militar o diversos comportamientos obligatorios.

También hay un craso error en el mismo párrafo de su artículo cuando dice: "Algunos otros (que se supone que defienden la autonomía individual) tienen una visión sesgada de la misma porque, en su opinión, la autonomía individual solo se viola cuando quien la agrede es el Estado (que para el caso guayaquileño, lo representa tanto el Gobierno Nacional como el Gobierno Seccional –léase, Municipio local–) pero nunca cuando quienes violan la autonomía individual son las empresas privadas que (en connivencia con estados débiles, como el nuestro) suelen someter a los individuos menos favorecidos a condiciones de extrema precariedad."

Desde luego no es la visión del verdadero liberal, quien combate tanto los excesos del Estado como de los grupos económicos que valiéndose del Estado, logran privilegios como protecciones arancelarias (un atentado al libre comercio), regulaciones limitantes del libre ejercicio comercial y profesional (un atentado a la libertad de producir bienes y servicios), monopolios forzados por ley (atentando contra el libre mercado), etc. Pero sobretodo el párrafo es erróneo al señalar que el Estado ecuatoriano sea un Estado débil, eso es una falta a la verdad y a la vez presume como necesario el fortalecimiento del Estado, siendo esta organización la principal promotora de todos los atropellos hacia los individuos basándose en las falacias que usted mismo expone en su artículo: falacia de la autoridad de una mayoría, falacias del "bien común", "moral pública" o "interés nacional". Ya decía Frédéric Bastiat en su tiempo que el "Estado es esa gran ficción por la que todo el mundo pretende vivir de los demás".

El Estado ecuatoriano es de hecho una gigantesca maquinaria que absorbe la mayor parte de las energías y recursos generados por los ciudadanos, pues cada familia debe entregar hasta o más del 60% de su esfuerzo en impuestos para el Estado lo que significa ser un esclavo de esta organización desde enero hasta julio y sólamente luego recibir ingresos para uno y su familia. ¿Cómo es eso posible? pues mediante cientos de impuestos, aranceles, tasas, costos por permisos, costos por trámites e impuestos escondidos como las coimas que los funcionarios públicos forzan a pagar a los ciudadanos. ¿Cómo puede hablarse entonces de un Estado debil si el Estado controla, regula o monopoliza todos los sectores de la economía y lo hace encima con nuestro dinero?

El Estado ecuatoriano actualmente mantiene los monopolios de la importación, generación y comercialización de combustibles; de energía eléctrica en generación (seis empresas), transporte (una, Transelectric) y distribución de (veinte empresas) así como varios entes burocráticos; de telefonía y celular a través de Andinatel, Pacifictel, Etapa y Telecsa y además el Estado se reserva el derecho a robarnos a mano armada mediante los permisos de concesión que deben pagar las empresas celulares privadas y que luego los usuarios debemos afrontar en alto precio del servicio; de la seguridad social del IESS, ISSFA e ISSPOL, siendo el primero un ruinoso monopolio inmoral y los dos restantes, graciosos privilegios pagados por todos. Además el Estado posee bancos, cementeras, navieras, empresas de seguros, ferrocarriles, siderúrgicas, químicas, manufacturas, constructoras, líneas aéreas, etc. ¿Cómo puede hablarse de un Estado débil si el Estado lo constituyen más de 2000 organismos, ministerios y empresas públicas todos pagados de nuestro dinero y encima corrompidos e ineficientes? ¿cómo puede hablarse de Estado débil con más de 500 mil funcionarios públicos que viven de los impuestos que los demás nos vemos forzados a pagar? ¿cómo puede hablarse de Estado débil con más de 170 mil cuerpos legales y regulatorios que asfixian, estorban e impiden el emprendimiento de los ciudadanos?

Ruego una mayor investigación y discernimiento a la hora de publicar una opinión, no hacerlo así, perjudica la imagen del articulista y del medio que publica la opinión.

Para refrescar un poco la memoria sobre mi respuesta a su artículo me permito enviarle el enlace a la misma: http://el-federalista.blogspot.com/2007/06/lo-que-defienden-los-libertarios.html

Y también me permito enviarle el enlace a una refutación al argumento gubernamental de la "larga noche neoliberal" en: http://el-federalista.blogspot.com/2007/02/cul-neoliberalismo.html

Finalmente, cierro esta carta citando de nuevo a Thomas Jefferson: Un buen gobierno es aquel que gobierna menos y el que menos gobierna es aquel que no gobierna en absoluto

4 comments:

Anonymous said...

Cuál es la diferencia entre liberal, libertario y libertariano? En USA ser liberal es de izquierdas, x ej. Tal vez por eso cambiaste el título del libro "Liberal Fascism" a "Fascismo Progresista"? Ya que en Europa los "progres" son de izquierdas.

Danny Ayala Hinojosa said...

En EEUU "liberal" significa ser de izquierda mientras que "libertarian" es lo que acá se conoce como liberalismo clásico: libertades individuales, Estado de Derecho y gobierno limitado.

En España "Libertario" es anarquista pero en otros lugares como Centroamérica "Libertario" es una traducción de "Libertarian". Yo uso con frecuencia "liberalismo libertario" para distinguir la corriente política que defiende plenamente los derechos individuales del liberalismo de tendencia francesa que otros llaman "socioliberalismo" y que admiten un Estado intervencionista cuyo límite de intervención a menudo es difuso o corresponde a una coyuntura política determinada. En realidad debería llamarse esto último socialdemocracia. A menudo se asocia el Libertarianismo con el anarcocapitalismo desde luego el más consistente estado posible de una sociedad en donde los derechos individuales son plenos en ausencia de todo gobierno incluso de uno limitado, sin embargo, muchos libertarios admitimos la posibilidad de un gobierno mínimo dedicado a administrar justicia, seguridad y cierta administración del espacio público.

Libertario said...

Y este Flores!!! típico ni chicha ni limonada por así decirlo. Fregando la paciencia a los pocos que tienen ideas claras sobre política, economía, derecho. Lo que mas duele es que venga a comparar el PSC con el Movimiento Libertario!!!

Xavier said...

Sr. Ayala:

Su respuesta de hace ocho meses (23.VI.07) la respondí el 08.VII.07. Usted la contestó ese mismo día y yo contesté de vuelta el 10.VII.07 y ante la ausencia de comunicación en respuesta, formulé un comentario el 24.VII.07. Transcribo todas esas comunicaciones a continuación (se pueden consultar en la ciberpágina, http://somosdemocracia.org/dayalaec/2007/06/23/lo-que-defienden-los-libertarios/)

Comunicación de XF, del 08.VII.07

En 12 párrafos Danny Ayala expone en extenso sus ideas sobre lo que es ser libertario. Pero le advierto a D. Ayala un error: se equivoca en el título de su mensaje porque no responde a mi editorial. El mensaje de mi editorial es que los libertarios nos revelen a los ciudadanos si su nombre es un membrete oportunista o si asumen los ideales de la libertad hasta sus radicales (y no económicas) consecuencias. La razón para dudar es que en la ciberpágina del Movimiento Libertario no existe ninguna referencia específica a ámbitos de la libertad que no se refieran a aspectos económicos. En ningún momento D. Ayala hace referencia expresa a este punto.

Yo saludo que D. Ayala nos explique un poco de que se trata ser libertario. Pero me parece mucho más importante y coherente que sea el Movimiento Libertario el que lo exprese con todas sus letras en su ciberpágina. Hacerlo es sencillo: solo hace falta voluntad. Si no lo hacen, podrían tener algunas razones: la primera, que no crean en ese ideario de libertades más allá de lo económico, en cuyo caso no deberían llamarse libertarios porque no se corresponden con la ideología de ese movimiento. La segunda, que no se atrevan a difundirlo (como no sean las opiniones personales de D. Ayala en los blogs). Esta falta de atrevimiento puede ser porque quienes les financian sus actividades no les interesa que se difundan mensajes anticatólicos o porque lo consideran impopular, etc. Ignoro de verdad cuál podría ser la razón, pero en cualquier caso no merecerían llamarse libertarios porque no les da la talla para utilizar ese nombre.

La única manera de que los libertarios sean coherentes con el que se presume que es su credo es que lo difundan en su ciberpágina en extenso y que tengan el valor de defenderlo en toda circunstancia. Si no lo hacen, no merecen utilizar el nombre de “libertarios”. Y si, a pesar de todo, siguen llamándose así, su falta de coherencia nos autoriza al desprecio. Quiero creer que el Movimiento Libertario merece algo mejor que ser despreciable. Ojalá rectifiquen y que su coherencia pueda contribuir a una discusión crítica.

Xavier

Comunicación de DA, del 08.VII.07

Estimados Sres. Flores y Zabala:

Me he comunicado con el director del Movimiento Libertario capítulo Quito para que oficialmente envíe la respuesta apropiada. Sin embargo, siendo parte del Movimiento Libertario pero siempre a nombre personal, ya que de eso se trata el libertarismo: de derechos y responsabilidades individuales, manifestaré que:

Como libertario defiendo la libertad individual que incluye indisolublemente las libertades personales tanto como las económicas que a fin de cuentas son también personales, pues el derecho a comerciar, contratar, consumir o emprender son derechos de propiedad y como tal pertenecen a los individuos tanto como los derechos de conciencia, de expresión o asociación. En sí los derechos individuales tienen siempre consecuencias económicas, pues aún los valores morales y éticos, las tradiciones culturales, el tipo de educación y todo aspecto humano a fin de cuentas tiene consecuencias, todos son sujetos a valoración y comparación, todos se “economizan”. Hasta la danza de la lluvia siendo una manifestación cultural aparece en la historia como un posible camino para obtener un beneficio económico (que las siembras prosperen).

El ser libertario no implica ser ateo, anticatólico o “comecuras”, implica reconocer la libertad de culto o de no tenerlo, y de respetar a las personas y sus tradiciones culturales, religiosas incluidas. Ser libertario no implica estar a favor del aborto, implica defender el derecho de cada persona sobre su propio cuerpo aun cuando personalmente uno reproche el aborto por su naturaleza y por las consecuencias psicológicas y familiares (¿económicas?). Ser libertario no implica estar a favor del consumo de drogas, implica estar a favor de las personas a decidir por su vida y afrontar las consecuencias de sus actos.
Considero personalmente que si el Movimiento Libertario no ha expresado la totalidad de las ideas que defiende probablemente es porque hay un mayoritario consenso entre los ecuatorianos sobre las libertades personales, tanto que las personas comúnmente desobedecen a los políticos en materia de asuntos personales. Quizá es mas bien porque el país afronta momentos difíciles cuando las endebles libertades económicas están amenazadas, es que los libertarios harían más énfasis en promover las libertades económicas que evitarían que millones de familias se suman en la miseria a la que nos está llevando el socialismo del Siglo XXI. Escoger las batallas frente a la coyuntura de ninguna manera es incoherencia, quienes han tratado con nosotros saben exactamente que defendemos, a que nivel de coherencia y de argumentos.

La crítica que se hace a los libertarios, es válida, mas también debe hacérsela a los movimientos y partidos socialistas que abundan en nuestro país, habría que cuestionárseles por no revelar la totalidad de sus ideas, que se conoce y la experiencia demuestra, incluyen la dictadura del proletariado, la destrucción de las libertades personales, el uso de cualquier medio para imponer el igualitarismo, medios que incluyen el robo mediante impuestos, el homicidio, el genocidio, el expolio, la deportación o sencillamente la desaparición en una tumba sin nombre. No digo por cierto que uno de los participantes del foro sea socialista, pero la crítica es válida no solo para unos sino para todos, para que tenga sentido y no suene a crítica con propósito ideológico.

Comunicación de XF, del 10.VII.07

El director del Movimiento Libertario capítulo Quito es Juan Fernando Carpio y ya me respondió, precisamente, el mismo día 23 de junio en que tú lo hiciste. Su respuesta se publicó en las Cartas al Director del Diario El Universo del 5 de julio, la estimo paupérrima y le formulé en dos correos electrónicos (del 25 de junio y del 2 de julio) las siguientes observaciones:

Comunicación del lunes 25 de junio

“[… d]eseo formularte unas observaciones. Como tú comprenderás, el propósito de mi editorial era criticar la ausencia de propuestas en materias que conciernen al ideario de los libertarios, que se refieren a libertades individuales de índole no económica. El único argumento que recibo en tu atenta comunicación a este respecto es que no es “oportuno involucrase en todos los temas coyunturales a la vez”. Con total franqueza te digo, me parece una defensa pobre, porque la posibilidad de expresar opiniones en torno a estos tópicos, cuando menos en la ciberpágina libertaria, no es en absoluto difícil o inoportuna: la expresión de ideas en torno a la eutanasia, el matrimonio homosexual, el derecho a abortar o la legalización de las drogas (que, entiendo, a los libertarians son temas que les preocupan y sobre los cuales escriben a menudo) no demanda tanto tiempo ni esfuerzo como para no mencionarlos siquiera en la ciberpágina de su movimiento. Solo hace falta voluntad. Si no lo hacen, no me parece que sea por una cuestión de falta de oportunidad: dicho sea con respeto, sería, o bien, porque no creen en esos postulados (en cuyo caso no deberían llamarse libertarios, porque no se corresponden con el credo de este movimiento) o porque no tienen el valor de asumir esos postulados (en cuyo caso no merecen llamarse libertarios, porque la asunción de un nombre comporta el compromiso de defender su ideología en todo momento y circunstancia). Quisiera creer, Juan Fernando, que no se trata de ninguna de las dos opciones y ojalá sea, como tú dices, una cuestión de coyuntura. En cuyo caso, les sugiero a los libertarios que (y más aún tomando en cuenta la facilidad para exponerlo en su ciberpágina) reparen esa omisión de inmediato para que aquello que tú me dices no se constituya en una mera excusa de ocasión.

Por lo demás, Juan Fernando, recuerdo que en una ocasión te entrevisté en mi programa de radio Juguete Rabioso (puede que te acuerdes porque pusimos la canción Money de Pink Floyd) y tuve la impresión de que eras una persona de trato afable, coherencia y de madura sensatez. Solo me restaría esperar que, en atención a estos últimos atributos y en razón de la naturaleza, entiendo transitoria y fácilmente reparable, del argumento que me ofreces, el Movimiento Libertario al cual representas actúe en consecuencia y formule la defensa de estos postulados de libertad que le hagan justicia a su nombre”.

Comunicación del lunes 2 de julio

“Me agradaría recibir una contestación a mi anterior comunicación. Te hago una observación sobre tu correo electrónico que me agradaría que me la aclares. Tu ejemplo se refiere a la educación sexual, dice textual “es sabido que en Buenos Aires el socialismo logró colocar textos escolares que hasta en Europa fueron rechazados y que enseñaban prácticas de altísimo nivel de polémica a jóvenes mentes en formación, y que la respuesta conservadora fue buscar toda clase de educación sexual, cosa que tal vez siempre quisieron para empezar. Bueno, en una polémica en que otros definieron los términos, a veces es mejor dejar que dos males se anulen, a tener que elegir uno entre ambos”. No me parece un ejemplo claro (empezar con una generalización, “es sabido”; no mencionar el contenido de los textos, ni definir cuál es este “altísimo nivel de polémica” al que hace referencia) pero sobre todo, me parece que adolece de una falta de argumentación de por qué eventualmente la educación sexual es un mal, el aborto es un mal, la eutanasia es un mal, el matrimonio homosexual es un mal u otras expresiones de la libertad individual deben estimarse como “males”. Al respecto, tú solo pareces dar por sentado que esto es así y no argumentas de qué manera estos pretensos males pueden constituir una excepción al principio libertario de que la libertad individual es el valor fundamental que debe subyacer a todas las relaciones sociales, intercambios económicos y sistema político. De verdad, me gustaría escucharlo y te hago expresión de mi interés en debatirlo”.

Carpio no me ha contestado ninguno de estos correos electrónicos. [Nota: JFC finalmente respondió el …] Ojalá que tu incentivo lo anime a debatir el ideario libertario del Movimiento local. Con relación a tu respuesta, te formulo las siguientes observaciones:

1) Coincido en que todo aspecto humano puede valorarse de manera económica; solo deseo aclarar (aunque tú no lo hayas afirmado así expresamente) que esta posibilidad, por supuesto, no convierte a esas valoraciones económicas en el único elemento para entender lo deseable para una sociedad. Lo social, cultural y político influyen en lo económico y viceversa y todos esos elementos son útiles para realizar este tipo de análisis.

2) Coincido y saludo la aclaración acerca de que ser libertario implica el derecho de una persona a decidir y no implica una imposición de esa libertad (cosa, como es evidente, contradictoria en sus términos). Pero la aclaración es saludable porque los mismos que creen que su ideario (católico en particular, fanático en general) debe imponerse a todos, sean de su grey o no, suelen entender que una posición que promueva la libertad de elegir en temas como el aborto, el matrimonio homosexual, el uso de drogas, la eutanasia, etc., se traduce en una imposición hacia ellos que, pobrecitos, en circunstancias tales se verían compelidos a actuar en contra de su voluntad. Es evidente que no es así: a mí, como quisiera entender que a ti tampoco, te molestaría que un católico prácticamente decida no optar por algunos de los temas señalados: es una decisión absolutamente respetable, tanto como la de otra persona que sí decida hacerlo. Lo que ambos deseamos (ojalá no me equivoque) es una sociedad que permita esa posibilidad de decidir, tanto del católico practicante como de quienes no lo son y desean actuar de manera distinta.

3) Tu defensa de la actitud incoherente del Movimiento Libertario me parece paupérrima. Decir que el Movimiento Libertario “no ha expresado la totalidad de las ideas que defiende es porque hay un mayoritario consenso entre los ecuatorianos sobre las libertades personales” es un pésimo argumento para defenderlo. El ideario libertario, tú lo has dicho, se fundamenta “en la premisa fundamental de no-agresión” y que exista un supuesto consenso para que esta premisa no se respete en una determinada sociedad en materia de libertades individuales no económicas, como las referidas en el punto 2, no me parece fundamento válido para no defenderlas en público. Suponer que así fuera, haría que los idearios de los partidos o movimientos dependan de que exista un consenso favorable para su defensa (la sola idea convertiría a ese partido o movimiento en una sociedad patética o Sociedad Patriótica). Las ideas, si forman parte de un credo, se defienden con argumentos y valor, así sean contramayoritarias e, incluso, me atrevo a decir, con mayor razón porque lo sean (en una sociedad como la nuestra, de pensamiento casi nada ilustrado, mucho más aún). También afirmas que los momentos que vive el país hacen que los libertarios pongan “más énfasis en defender las libertades económicas”, lo cual es falso, porque los libertarios nunca las han defendido: en la ciberpágina del Movimiento Libertario hay varias referencias al Gobierno del Sr. Palacio (una definición burocrática de la modorra) cuando las circunstancias eran propicias (o, para seguir tu argumento, mucho más propicias que las actuales) para difundir este aspecto vital del ideario libertario y nunca lo hicieron. Que al final digas que “escoger las batallas frente a la coyuntura de ninguna manera es incoherencia” es una frase absurda, porque como argumenté en una anterior entrada y bien apunta J. H. Zavala, “no es ninguna campaña mediática que deban priorizar según la coyuntura” sino “un mínimo ejercicio de transparencia ideológica”, que se traduce, para decirlo en pocas palabras y en estos tiempos de ciberpáginas y ciberbitácoras, en quince minutos de coherencia ideológica frente al monitor.

Por lo demás, tu posición personal me parece respetable. La que no me lo parece, insisto, por sus silencios y sus incoherencias, es la del Movimiento al que te perteneces. Ojalá rectifiquen, para que merezcan diferenciarse de la mediocridad del resto de actores políticos de este país y enriquecer el debate, que tanta falta hace.

Comunicación de XF, del 24.VII.07

Hace un mes y un día publicaste en esta bitácora tu primera respuesta a mi editorial y ese mismo día me remitió su única respuesta el Sr. Juan Fernando Carpio. A éste le remití dos correos electrónicos (que en lo medular, se hallan transcritos en mi comentario del 10.VII.07) solo para que esta “autoridad” del Movimiento Libertario haga penoso mutis por el foro. Pensé que este intercambio podía enriquecer el debate crítico en una sociedad que tanto lo necesita, pero tal parece que la única manera del Movimiento Libertario de rebatir (es un decir, claro) las críticas que se le formulan a su incoherencia es el silencio, que solo puede entendérselo como una suerte de resignación ante la angustiosa pobreza de sus argumentos. (Formulo expresa constancia que el término “argumentos” es una concesión de mi cortesía)

Esos “quince minutos de coherencia ideológica frente al monitor” todavía no suceden (basta revisar la ciberpágina del Movimiento Libertario para comprobarlo). La constatación de este hecho motiva mi referencia al Movimiento Libertario en mi editorial.

Corrijo, de paso, una equivocada interpretación de su parte. Cuando me refiero a que el Estado ecuatoriano es débil me refiero a su debilidad institucional, la misma que permite su captura por grupos económicos o militares que manipulan el aparato estatal en procura de su interés particular (como ha sido el caso ecuatoriano). El caso de las violaciones a la autonomía individual que realizan las empresas privadas “en connivencia con Estados débiles” se ejemplifica con las maquilas de empresas transnacionales que operan en países del Tercer Mundo en condiciones miserables que no se tolerarían en los países de origen de su capital. En consecuencia, en vista de que utilizo el término “débil” en un sentido diferente al que usted lo interpretó, la crítica que usted desarrolla sobre mi uso de ese término carece de fundamento.

Su ruego, en razón de todos los antecedentes expuestos, fue (en realidad, nunca sucedió que no lo sea) atendido. Reciba mis mejores y más atentos saludos,

Xavier