Gobierno ecuatoriano ejerce censura

El gobierno ya ha cometido censura antes al no permitir publicar los informes económicos del Banco Central del Ecuador

Noticia en El Universo: La economía ya lleva seis meses sin datos oficiales

Las cuentas del último trimestre del 2007 debieron ser publicadas en marzo pasado y las del primer trimestre del 2008, a finales de junio.
Sin embargo, esas cifras fueron criticadas por el presidente de la República, Rafael Correa, quien considera que los reportes del crecimiento de la economía no son reales.
Eric Neira, funcionario del BCE, admitió que no se puede publicar ninguna cifra. “No estamos autorizados, por obvias razones”, indicó ayer durante el acto de bienvenida al director de Estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Luis Beccaria. El experto llegó al país para revisar la metodología del Banco Central para la elaboración de las Cuentas Nacionales.
Por la mañana, Beccaria se reunió con los especialistas del banco.En una segunda etapa, que empezará la próxima semana, expertos del Banco Central de Chile, encargados de la elaboración de la Cuentas Nacionales, también mantendrán sesiones con el BCE. “La idea es asegurarse que el Banco Central cumpla con la emisión de cifras claras, veraces, totalmente transparente”, dijo Neira.

El Federalista: Si la metodología no ha cambiado desde hace más de 15 años y ha sido revisada hace 3 años sin reparos ¿cómo podría el presidente Rafael Correa afirmar que los reportes de crecimiento no son reales? no, no hay argumento, lo que existe es un afán de controlar la información que llega a los ciudadanos, y ese control se llama censura.

Rafael Correa no solo quiere controlar todos los poderes del Estado y todas las instancias judiciales, quiere además controlar el flujo de información expropiando medios de comunicación como fue el caso de El Telégrafo, persiguiendo a la prensa como en el caso del Diario La Hora, insultando y amenazando a los periodistas, expropiando medios a través del control constitucional de los capitales que sostienen a los medios privados, afirmando que los medios de comunicación son servicio público, y aparentemente, censurando lo que la gente lee retirando libros de las bibliotecas públicas.