El gobierno atropella los derechos más fundamentales de los ciudadanos al cobrar impuestos y confiscar su legítima propiedad, este video es evidencia de ello. Burócratas mafiosos rodeados de agentes armados del gobierno proceden a confiscar los productos de los pequeños comerciantes del país con el fin de "combatir el contrabando".
El libre comercio es un derecho natural de cada persona que proviene del derecho de propiedad, pues cualquier ciudadano debe estar en libertad de intercambiar su propiedad con otros ciudadanos siendo esta una actividad perfectamente legítima por ser pacífica y voluntaria. Sin embargo la mafia llamada Estado ve en el contrabando un "delito" pues el libre comercio erosiona la cantidad de dinero que el gobierno roba a los ciudadanos y la posibilidad de que el gobierno malgaste ese dinero en subsidios, en armamentos, en pagos a sus turbas matoniles, en sueldas y prebendas de la burocracia, en pagos de los contratos colectivos sindicales, en subvención y logística de grupos subversivos que se reunen en Quito impunemente, etc. Si el contrabando es un delito ¿dónde está la victima? no existe víctima por tanto no es delito pues no se puede describir como víctima al funcionario público parásito del esfuerzo ajeno.
Así que mientras la frontera es una coladera donde entran y salen terroristas como si fuese hotel, el gobierno lanza agentes, perros, armas y vehículos para robar a mano armada a los comerciantes confiscando sus productos, utilizando la fuerza, el cierre forzado de locales, la amenaza de prisión y el pago de multas. Todo por qué ¿por ganarse legítimamente el pan diario buscando satisfacer las necesidades de los consumidores con productos locales o extranjeros?
Esta es la naturaleza del socialismo, mientras se destina recursos a alojar y conversar con terroristas y criminales, se utiliza la fuerza contra personas pacíficas para arrebatarles su propiedad, coartar sus libertades y limitar el comercio libre. Pero casi siempre, Rafael Correa al igual que otros imbéciles llegan a los mercados a comer ceviche o guatita y pedirles el voto a los comerciantes, pero ya en el poder, los políticos los atropellan, los confiscan, les imponen impuestos, controlan los precios y coartan sus libertades y mutilan su futuro y el de sus hijos. Lamentablemente por estos pequeños comerciantes casi nadie sale en su defensa y casi siempre ellos mismos eligen a sus verdugos que se aprovechan de su poco conocimiento del aparato de violencia y corrupción que es el Estado y sus funcionarios.
Mi indignación ha superado a mi paciencia. Y es que lo vivido hoy en Quito es la misma violencia y estupidez vivida en las épocas de los controles de precios durante la presidencia de León Febres Cordero. Es la misma violencia con el mismo motivo: coartar el libre comercio y buscar bajar los precios como si con violencia y decretos se pudiese hacer eso. Ahora son policías nacionales y no Escuadrones Volantes, son camionetas y no camiones del ejército, pero son los mismos desgraciados funcionarios de aduanas o intendencias los que golpean a la gente, irrumpen en su negocio, confiscan mercadería y violentan los derechos de propiedad de los comerciantes. Costumbres bárbaras de los gobiernos autoritarios que se presumen refundadores de la república pero no son más que refundidores de esta.
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