Aceptado por la mayoría en que la propiedad privada funciona mejor que la estatal empezando porque la primera nace de apropiación original y comercio mientras que la propiedad estatal nace de la confiscación arbitraria, existen otros argumentos usados ya a la defensiva por el socialismo y la socialdemocracia. Uno de estos argumentos es que existen espacios que deben ser de todos, es decir públicos y que por tanto deben ser gestionados por el Estado.
Derrotada la teoría bastante traída de los cabellos sobre el
"monopolio natural" que debe ejercer el Estado sobre servicios básicos, los socialdemócratas y socioliberales (otro día veremos que mismo es esto del socioliberalismo) afirman que los parques, las calles y las carreteras no pueden ser privatizados porque son espacios usados por todos.
Lo cierto es que en la práctica incluso en nuestro socializado país, la evidencia refuta tal tesis. Haciendo malabares con los obstáculos regulatorios que el Estado Central y los gobiernos municipales imponen, los ciudadanos han logrado establecer propiedad privada sobre carreteras, calles, parques y plazas. Los ejemplos son muchos.
Las urbanizaciones privadas
Ofreciendo confort, privacidad, seguridad, servicios eficientes, tranquilidad y exclusividad han aparecido las urbanizaciones privadas, en parte porque gracias al cielo los burócratas miserables se olvidaron de regular demasiado el sector de la construcción.
¿Quién pone los servicios y pavimenta las calles? los urbanizadores y constructores, hacen fuertes inversiones para ofrecer cada vez mejores conjuntos habitacionales, que en principio estaban disponibles para familias de altos recursos pero cada vez son más acequibles para nuevas familias. Desde luego que electricidad, agua potable y servicio telefónico y fibra óptica podrían ser más rápidamente instalados si estos fuesen servicios privados bajo libre competencia y su costo de instalación podría ser cada vez menor. Por otra parte la seguridad privada cumple un papel que hace rato dejó de cumplir la Policía Nacional, es común comentar -y perdonen los honestos servidores públicos del órden- que uno se siente más seguro con guardias privados que con un Puesto de Auxilio Inmediato en su barrio.
Jardínes del Batán en Quito, una de decenas de urbanizaciones con servicios básicos y seguridad.
Los parques privados
Las áreas de recreación gestionadas por los municipios se llevan buena parte del presupuesto y sin embargo suelen estar descuidadas, no pasa un día sin una queja en el noticiero de la comunidad porque un parque es nido de ladrones y borrachos o los juegos están en mal estado. Pues bien, el sector privado, y estamos hablando de juntas barriales e incluso sólo familias, están gestionando parques privados. Sí, parques donde sólo los vecinos pueden entrar con su familia y amigos, donde hay cercas y guardianía y se impide beber licor y usar drogas en el parque. Donde los juegos están cuidados y los vecinos hacen mingas para mantener el espacio porque lo sienten suyo. En Quito conozco algunos parques así pero no digo donde están porque los resentidos de siempre son capaces de denunciar "la privatización del espacio público" a algún funcionario municipal sin nada mejor que hacer.
Parque administrado por el Sindicato de Sales en la ciudad de Salinas, desconozco la historia del parque pero muestra que empresas, fundaciones, organizaciones civiles e individuos pueden y hacen una mejor gestión de áreas recreativas.
Calles y carreteras.
Sobre las calles debemos volver al punto sobre urbanizaciones que demuestra que las calles al interior de una urbanización se encuentran en mejores condiciones que las calles que mantiene directamente el municipio.
Sobre el tema de carreteras volvamos a la historia. Las carreteras en nuestro país surgieron las vías ya existentes en la época preincaica, vías que fueron construidas por las comunidades en ausencia de un estado central, si, ya saben, cuando antes de los incas teníamos monedas de emisión privada (spondylus y hacha de cobre), comercio libre (tianguez), ausencia de burocracia y política, división del trabajo, instituciones de justicia comunitaria (caciques y curacas), todos portaban armas para la defensa y ya existían rudimentos de capitalismo, especulación, etc.
Chaquiñanes, tambos y puentes fueron adoptados por los incas y luego por los españoles, pronto durante la colonia aparecen las juntas de caminos y de aguas que tenían por objeto mantener las vías y resolver la distribución del agua. La nobleza indígena frecuentemente era parte de estas juntas, pues lejos de lo que nos adoctrinaron en la escuela, los nobles indígenas no fueron exterminados, de hecho sus descendientes nos acompañan hasta hoy bajo apellidos como Paucar, Tambo o Quizpe. Recordemos también que de su propia cuenta Pedro Vicente Maldonado construyó la vía Quito-Esmeraldas, un ejemplo -no el único- de gestión totalmente privada de grandes vías que incluían fuertes sumas y riesgos. La intervención estatal fue muy posterior y dadas las evidencias, muy pobre.
Así llegamos al día de hoy con las carreteras que tenemos, algunas de las más caras del mundo por lo invertido por kilómetro aunque su estado sea pésimo, puentes que no se terminan y ferrocarriles que luego de nacionalizados ya no le sirven a nadie. Aparte tenemos la inversión privada entregándonos obras como las fantásticas vías del Gran Guayas o la lujosa autopista al Valle de los Chillos cuya concesión fue cancelada a Tribasa Colisa por el Gobierno de Pichincha (y ahora su calidad da mucho que desear).
Autopista al Valle de los Chillos, antes un ejemplo de la inversión privada generadora de empleos y un orgullo para los quiteños, hoy ejemplo de la incompetencia gubernamental-provincial.
3 comments:
Acepto la concesion de carreteras, y la ventaja de una urbanizacion privada. 'pero los parques?? depende cual sea la propuesta respecto al acceso a los mismos.
Estimado Ludovico:
La propuesta variará de acuerdo a las políticas que delibere la junta barrial o la fundación, probablemente muchos parques privados generarán mecanismos como pases, tarjetas de admisión, cortesías, etc. obviamente con un costo que variará de acuerdo a la demanda de quienes quieran ingresar, lo recaudado serviría para mantener el parque e innovar los atractivos, así funcionan los clubes campestres que no son más que espacios de esparcimiento más complejos, más completos y con mayor valor agregado que el parque promedio.
Ludovico: El acceso debe ser para niños, familias y parejas antes que para pandillas, borrachos y asaltantes. Debe ser muy discriminatorio, como un centro comercial lo es.
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