En riesgo la vida de Rafael Correa

Al menos eso dice el presidente, olvidando las turbas de matones gobiernistas que amenazaron la vida de cientos personas en el Tribunal Supremo Electoral, el Tribunal Constitucional, el Congreso Nacional, el Hotel Hilton o en las calles del país.

Noticia en El Comercio: Rafael Correa dice que su seguridad está en riesgo

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmó que su seguridad está en riesgo y denunció la intención de “un grupo de adquirir un cohete” para un posible atentado, según una entrevista divulgada la noche de ayer. “Tenemos amenazas. Hay grandes riesgos en cuanto a seguridad, grandes amenazas y ya hemos tenido denuncias de grupos que han intentado adquirir un cohete”, declaró el Mandatario al canal Uno de noticias.Correa se abstuvo de precisar el origen de esas intimidaciones, pero agregó que el gobierno ha afectado a “grandes intereses” que podrían reaccionar atentado contra su vida.

El Federalista: acá la única amenaza a las vidas, las libertades y propiedades en Ecuador Se llama Rafael Correa Delgado, ha amenazado a toda la prensa, ha encarcelado a personas por manifestar su desagrado, ha amenazado los ahorros de todos con su ley financiera, ha utilizado turbas de matones para golpear y amenazar la vida de magistrados, diputados y otras personas olvidando que en un país civilizado toda persona merece un trato digno y un juicio justo si es señalada como autora de delito.

Pero qué decencia puede pedírse a un gobierno formado por ex-integrantes de grupos guerrilleros, que están señalados por diversos delitos incluyendo acoso sexual o por morosos de la banca. Que decencia puede pedirse a un gobierno integrado -sobre todo en mandos medios- por gente de baja estofa y de dudosa honestidad y capacidad. Y viene ahora el verdugo a llorar de que le amenazan la vida, cuando el mismo ha puesto en riesgo la vida y la propiedad de millones de ecuatorianos.

Pero a propósito de tiranos:

El padre jesuita Juan de Mariana, en su obra “Sobre el rey y la institución real” (1598), considera el tiranicidio como un derecho natural de las personas. Cualquier ciudadano –explicaba– puede con justicia asesinar a aquel rey que se convierta en tirano por imponer impuestos a los ciudadanos sin su consentimiento, expropiarles injustamente su propiedad o impedir que se reúna un parlamento democrático. (citado de Analitica.com).

Además, el magnicidio siempre ha estado presente en la cultura popular.