Por Vicente Albornoz Guarderas
Derrocar un edificio es fácil si se sabe dónde colocar las cargas de dinamita. Desdolarizar puede ser aún más fácil, porque las cargas de dinamita pueden colocarse 'sin querer queriendo', sin siquiera decir que se está tratando de terminar con la dolarización. Como el Gobierno es el único capaz de colocar esas cargas, es importante saber las intenciones (expresas o secretas) de los candidatos.
Imaginemos el siguiente escenario. Algún político con tendencia a aumentar el gasto público, de los que andan proponiendo que no se pague la deuda externa y que secretamente odia a la dolarización, llega a la Presidencia. Inmediatamente, aumentará el gasto público y, como el precio del petróleo está tan alto, lo podrá pagar. Y seguirá pagando la deuda externa, mientras tenga recursos.
Pero un día, el precio del petróleo cae. Si consideramos que desde comienzos de agosto el precio del crudo ha caído en 23%, es probable que algún momento caiga más. El problema es que para ese momento, el Gobierno habrá aumentado enormemente su gasto y le faltará dinero.
Primero dejará de pagar la deuda externa, lo que tendrá como efecto colateral que muchos capitales salgan del país, que haya menos dólares en el sistema, que suban las tasas de interés y que se contraiga la economía, reduciendo los impuestos recaudados.
Y le seguirá faltando plata porque adquirió compromisos con municipios por aquí, aumentó sueldos de burócratas por allá y accedió a las exigencias del sindicato público X. Entonces, cuando enfrente la huelga de la UNE por no haber pagado cuatro meses de sueldos, recurrirá a la única salida posible: endeudarse. Como nadie le querrá prestar, tendrá que pagar los sueldos atrasados con bonos y, siguiendo el ejemplo argentino, podría emitir bonos con tamaño de billete y de montos pequeños, lo que en Argentina se conoció como ‘patacones’. Ese bono dirá “El Estado ecuatoriano pagará 10 al portador” y el Gobierno lo entregará en lugar de 10 dólares. Pero para que le acepten el pago de sueldos con bonos, el Gobierno deberá darles algún uso a sus patacones y autorizará que se paguen los impuestos o la electricidad con patacones y de golpe tendremos dos monedas circulando en el país: el dólar y los bonos.
Un día alguien le propondrá a usted ‘cámbiame este patacón de diez dólares por $10’ y usted le dirá ‘no, no, te doy ocho, quién sabe cuándo pueda pagar el Gobierno esos bonos’ y ya tendremos un tipo de cambio de $0,8 por patacón. Poco después, y para mejorar su reducida liquidez, los bancos abrirán cuentas en patacones y usted podrá endeudarse y ahorrar en patacones. Y mientras más patacones emita el Gobierno, más empeorará el tipo de cambio (devaluación, inflación, devaluación, etc. ¿Se acuerda?)Lo que vendría después es fácil de imaginarse. El Gobierno dirá que la dolarización está colapsando porque siempre fue perversa para el país y que es el momento de recuperar la soberanía y de tener una moneda propia. Y rebautizarán a los patacones en Nuevos Sucres y dirán que le hemos dado una bofetada al imperialismo. Y la inflación se ubicará en 70%.
Y eso que este supuesto Gobierno oficialmente no quería terminar con la dolarización. ¿Feo, no?
No comments:
Post a Comment