El problema de fondo es que la educación pública durante años ha convencido a los ecuatorianos de que la solución a los problemas es la intervención del gobierno a través de su burocracia y políticos. De paso esta nociva enseñanza ha servido para fomentar la vagancia, ya que los vagos delegan su responsabilidad a los políticos y exigen a estos (y no a sí mismos) las soluciones de la vida diaria desde la educación hasta la energía.
Entonces la mayoría ignorante vota por políticos que "le den haciendo las cosas", políticos que ofrecen todo hasta construir banquitas en el parque. Y, cuando estos políticos populistas fallan el dedo acusador facilmente va hacia los mismos que eligió el pueblo, sí, los políticos actuales son abusivos oportunistas, pero no estarían allí si las mayorías no les diesen la oportunidad.
Ahora aparece la opción de un masivo voto nulo, voto que sería un rechazo masivo a esta forma maniquea de política, pero también es un autorechazo, porque esos políticos los puso la gente en las urnas, esque también votamos nulo porque nuestras decisiones son equivocadas y solo estamos cosechando lo que hemos sembrado. El voto nulo no es solo contra nuestros políticos de los cuales somos socios mediante nuestro voto en las urnas (¡nadie se me baje de la camioneta!), es contra nuestra propia estupidez e ignorancia, es contra nuestra propia inmoralidad de pretender que otros tomen decisiones por nosotros, por la mediocridad de pensar que el Estado debe ser padre y madre y garantizar nuestra vida desde la cuna hasta la tumba, cuando las decisiones y responsabilidades son nuestras como individuos, es contra nuestra ruin bajeza de vivir unos de otros a través de privilegios obtenidos con dinero ajeno.
¿Yo no fui? ¿no tengo la culpa? ¡pamplinas! ahí están los subsidios al gas, gasolina y electricidad, subsidios que nos cuestan a todos, ahí están el Codenpe una organización para servir a una etnia frente a otras, ahí está la ley de cine que pretenden financiar proyectos fílmicos con plata de otros, ahí están los aranceles y controles de precios que protegen a certos productores, ahí están las leyes petroleras que benefician a la burocracia que jamás ha puesto un centavo para arrancar riquezas al suelo, ahí están las leyes laborales que elevan a derecho el chantaje sindical, ahí están los contratos colectivos de la burocracia pública.
Levante la mano quien no ha pretendido que el Estado le arrope, le arrulle y le proteja con el dinero ajeno. Pero a mi no me pidan levantar la mano, que ambas las tengo ocupadas en el teclado denunciando esto.
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