Hace poco leí detenidamente en el diario Expreso las opiniones de cada precandidato presidencial. Sentí mucha pena ver que el debate de ideas ha muerto. Parece que nos va a tocar escoger de entre 10 o 12 candidatos, todos con las mismas ideas que ya se aplicaron y no funcionaron.
Todas las propuestas son ambiguas y son una expresión de populismo:
1. Todos los precandidatos reescribirían la Constitución y prometen respetar a la Constitución y "al pueblo". En nombre del pueblo los políticos han engordado el presupuesto central para luego saquearlo y en nombre del pueblo también vienen componiendo ya 18 constituciones, ninguna de ellas respetada en la práctica.
2. En cuanto al manejo del presupuesto van desde una nacionalización de la deuda externa para obtener mayores fondos (Villacís) hasta aumentarles los desembolsos a los municipios para que no hagan paros (Viteri). Todas las propuestas resultarían en más gasto público y, por lo tanto, más botín para los pipones de Quito y de los municipios.
3. Casi todos quisieran que la AGD sea reemplazada por una agencia "nueva y mejor" y casi todos muestran una tendencia hacia mayor protección y regulación del sector financiero. Todos quieren "obligar a que la plata se quede en el país" (Correa) y canalizar los créditos hacia "el desarrollo" (Roldós). Esta "canalización", proponen que la realice el Estado, es decir, los políticos.
4. En cuanto a la deuda soberana las respuestas van desde "pagamos cuando podamos" (Correa) a "la vamos a nacionalizar" (Macas) y a "la vamos a renegociar" (Viteri). Ninguno reconoce que el incumplimiento de contratos tiene un costo muy alto.
5. Sobre el TLC casi todos están en contra, y los que no, tampoco parecen estar a favor.
6. En cuanto a los costosos subsidios y la reforma del sector energético todas las opiniones son una variante de "el Estado tiene que invertir en desarrollar mayor capacidad de producción y tiene que controlar más la distribución". Todos están de acuerdo con la renegociación de los contratos petroleros. Ninguno cree que la participación estatal en este sector es culpable de nuestra dependencia de las importaciones y nuestro bajo nivel de producción.
7. Todos están a favor de un modelo de autonomía "a la ecuatoriana" (quién sabe qué significará eso) y "solidario" (lo cual es distinto al modelo centralista actual solo en nombre).
Ecuador ya no está para más de lo mismo. El país necesita un líder que vea a la presidencia como un medio para permitir que cada ecuatoriano mejore su situación y no como un fin en sí. Necesitamos un líder que al llegar a la presidencia cree oportunidades para la creación de riqueza mediante la eliminación de trabas y privilegios y no uno que se autoasigne la tarea ambigua de "refundar la nación".
Es hora de que aquellos ecuatorianos con ideas nuevas y prácticas ocupen ese vacío para que pueda comenzar nuevamente el debate de ideas.
Como se ven las cosas hasta ahora, de él o la ganadora de las elecciones este año podemos esperar más de lo mismo.
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