La entrevista completa puede ncontrarse aquí: http://www.elmundo.es/magazine/num118/textos/alina1.html
Pregunta.-¿Siente a Fidel Castro como su padre?
Respuesta.-Cuando le necesitaba para aclararme el teorema de Pitágoras, él estaba en la televisión explicándole Genética Vacuna a todo un pueblo durante 12 horas.
P.-¿Nunca estuvo a su lado cuando lo necesitó?
R.-Yo diría que más bien yo estaba a su disposición cuando él necesitaba ejercer de padre.
P.-En el 59 cuando el triunfo de la revolución, usted tenía dos o tres años. ¿Tiene algún recuerdo?
R.-Recuerdo la primera pérdida de mi familia. Mi hermana y el hombre al que consideraba mi padre, desaparecieron de la mesa de las tardes de domingo y por último de mi vida. Desaparecieron convertidos en gusanos.
P.-¿Usted no es revolucionaria?
R.-Si la revolución coincide con el progreso de la humanidad, sí, pero no es el caso. A la Revolución Cubana la llamo la "insurrección interminable", porque vengo de una isla que vive en alerta de guerra permanente.
P.-¿Su madre Nati Revuelta sí es revolucionaria?
R.-Mi madre es fidelista, al igual que otras de su generación, y como consecuencia de una razón de vivir que eligió hace más de 40 años.
P.-¿El hecho de ser hija de Fidel, aunque usted no lo supiera, le concedía algunos privilegios especiales?
R.-Mi madre conservó su automóvil y poco más. Nos empobrecimos. Un privilegio en Cuba puede ser tener un par de zapatos de vestir o 30 dólares al mes. O un poco de leche para el desayuno de tu hijo. La revolución, personalmente, me limitó más. Allí tu vida la eligen los estamentos comunistas, y cualquier iniciativa o hasta la mínima elección de vida, que es emigrar, te está prohibida. Por eso tuve que pasar por la desgraciada experiencia de huir de mi propio país.
P.-¿Por aquellos años también había hambre en Cuba?
R.-Seguro. La libreta de racionamiento es la única institución, junto con el Ballet Nacional, que ha durado en la isla casi 40 años. Creo que en España fueron 13.
La entrevista completa puede ncontrarse aquí: http://www.elmundo.es/magazine/num118/textos/alina1.html
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