Presentamos esta nueva sección semanal de El Federalista, en la cual las cartas enviadas a la edición del periódico serán analizadas, comentadas y expuestas para el público. El Federalista agradece la retroalimentación y valora los comentarios de sus lectores.
El Ombudsman es un término usado por primera vez en el parlamento sueco para designar al oficial que iba a fiscalizar la acción del cuerpo colegiado, y canalizar las denuncias de la ciudadanía ante el organismo. Se utiliza ahora como algo parecido al "defensor del lector" que tienen algunos diarios para canalizar cartas, denuncias, desmentidos e inquietudes de la comunidad y de sus lectores.
Queremos empezar esta sección de El Federalista con dos cartas que han llegado a la edición. La primera, del Lic. Galo Benítez, periodista petrolero. En una investigación bastante extensiva y exhaustiva, el Lic. Benítez expresa sus puntos de vista personales acerca de la terminación del contrato de Occidental, que él llama "caducidad" y denuncia que las empresas privadas se están repartiendo la riqueza petrolera de nuestro país. El Federalista considera a esta comunicación un texto emitido a título personal como individuo y no como Licenciado periodista Benítez, debido a que la objetividad que debe caracterizar al periodista está algo ausente en comentarios tales como la acusación (en realidad lo hace sonar como tal, pero no lo es) de "socialcristiano" al ministro Rodríguez, "vendepatrias" a quienes ahora intentan paliar las consecuencias de la confiscación y de "deshonestos" a los trabajadores de la PDVSA pre-Chávez que el gobernante venezolano intervino.
Adicionalmente, el periodista no entiende el funcionamiento de la empresa, ni pública ni privada, cuando critica los sueldos de los empleados de las petroleras y sus beneficios. La empresa privada puede repartir sus ganancias como a bien tuviere y debe responder únicamente a sus accionistas, quienes son los únicos perjudicados con el mal manejo. La empresa pública responde ante sus dueños también, es decir en el caso de Petroecuador, a 12 o 13 millones de ecuatorianos. Sin embargo no lo hace. Evidentemente, el periodista acusa intereses o ignorancia al intentar deslindar la responsabilidad de los sindicatos petroleros en el mal manejo y los beneficios que obtienen a costa de una empresa que es más privada que cualquier otra.
Ante esta comunicación hemos recibido una carta del lector Fausto Acosta, quien menciona el texto referente a la confiscación escrito por el Dr. Edgar Terán, disponible en www.cambiemosecuador.com, así como la entrevista radial al Sr. Fernando González Williams, Presidente de Petroecuador, en la cual se queja de la situación laboral, de la burocracia y de la ineficiencia que no le permiten trabajar y clarifica los números provistos por el licenciado Benítez, con cifras acordes con la realidad y sin acomodos, suministradas por el Dr. Terán y por el Ing. René Ortiz, representante de las empresas petroleras, así como de varias fuentes tanto gubernamentales como independientes.
Es grave que exista desinformación, pero es más grave que los propios profesionales del periodismo que deben mostrar su imparcialidad al exponer los hechos, respondan a intereses lesivos para el ciudadano común que no ha visto ningún beneficio del petróleo mientras los sindicatos continúan con sus "conquistas laborales" en perjuicio de la ciudadanía.
Continuaremos la próxima semana con las cartas e inquietudes de los lectores.
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