En los seis años previos a la implantación de la dolarización, 1994-1999, el país recibió por exportación de petróleo y derivados $8 544 millones. Entre 2000 y 2005, el flujo de dólares a la economía por este concepto fue de unos $19 000 millones.
A partir de 2000 han ingresado más de $10 000 millones adicionales. A pesar de la sistemática declinación de la producción de Petroecuador, el país se ha beneficiado de los altos precios del barril de petróleo, cuyo promedio de $14,4 entre 1994 y 1999 se duplicó en los seis años siguientes.
De estos recursos adicionales se han beneficiado con mayores ingresos ($4 100 millones), el Presupuesto del Gobierno Central y los diversos partícipes y entidades del sector público no financiero (SPNF). La diferencia se ha diluido en más de $3 000 millones de subsidios, costos de Petroecuador, importaciones petroleras y recompra de deuda interna.
El informe del Observatorio va más allá. Los gastos corrientes del SPNF, cuya sumatoria de los años 1994 y 1999 fue de $21 389 millones, aumentaron en el período 2000-2005 a $28 859 millones. Es decir, el Estado incrementó sus gastos corrientes en un total de $7 470 millones.
Por otra parte, los ingresos de capital crecieron entre los dos períodos apenas $1 626 millones, valor muy inferior a los $4 100 millones de ingresos adicionales que recibió el sector público por la renta petrolera. “Es decir, los dólares petroleros se han esfumado en gasto corriente del Estado, subsidios e ineficiencia de Petroecuador”, concluye.
El Federalista: El título del informe de Diario Hoy lo resume muy bien: el dinero proveniente de los ingresos petroleros han ido a parar a la "alcantarilla" del gasto público, esto es, a financiar subsidios que favorecen a propietarios de vehículos y piscinas calentadas con gas, a los bolsillos de las infames burocracias y sindicatos dorados, a costear empresas estatales en quiebra que brindan servicios pésimos.
Mas a los ministros y ex-ministros de economía de este incapaz gobierno, no se les ha ocurrido mejor idea que destinar el dinero -malhabido- del saqueo de Oxy y la renegociación forzada de los contratos petroleros, a financiar un mayor gasto público. Nuevos dineros mismos vicios.
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