Thursday, May 18, 2006

Seguridad privada quiere apoyar seguridad pública

Noticia en La Hora: Seguridad privada quere apoyar seguridad pública

Con el afán de establecer la importancia de la seguridad privada en los ámbitos de la vida ciudadana, se inició ayer en Quito el Cuarto Congreso Internacional de la Federación Panamericana de Seguridad Privada (Fepasep).
Conferencistas de México, Venezuela, Colombia, Perú, Argentina, Brasil, Chile, Bolivia y Ecuador expondrán sus experiencias a los participantes, en los tres días que durará el evento. La convocatoria se extendió a los empresarios y autoridades de seguridad de todo el país.Fernando Freile, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Seguridad Integral y coordinador de la Fepasep, indicó que la seguridad privada debe servir de soporte a la seguridad pública.Sin embargo, resaltó que no pretenden inmiscuirse en un plan de seguridad “en donde se tenga que cumplir funciones que realiza la seguridad pública”.
Y apuntó que respetan el ámbito de las autoridades pero quieren participar como apoyo a la tranquilidad ciudadana.Para el efecto señaló que trabajarán con la recientemente creada Subsecretaría Nacional de Seguridad y con entidades como Corposeguridad.



El Federalista: la realidad nos dice que en el país los servicios de seguridad ya están privatizados en un alto porcentaje. Transporte de valores, guardaespaldas, detectives privados, sistemas de guardianía, sistemas de alarma, agencias de seguros, proveedores de armamento y comunicaciones, etc. son parte ya de los presupuestos de familias y empresas. La razón de ello es sencilla, los servicios que presta el Estado son ineficientes por naturaleza, incluso aquellos servicios que se supone son función natural del gobierno como la defensa, la seguridad y los tribunales de justicia, los ciudadanos por su parte nada mas hacen uso de su dinero para adquirir estos servicios de mejores proveedores: los servicios privados.
Y entonces ¿A quién debe encargarse la seguridad? vale aquí un análisis histórico corto, los seres humanos durante casi toda nuestra evolución vivímos armados para defendernos de fieras y de tribus rivales, la seguridad siempre dependió de cada individuo y por extensión era provisto para la familia y amigos cercanos. Siempre hubo quien usara la fuerza para arrebatar la propiedad de otra u otras personas ...y siempre existieron armas para defenderse o mercenarios que las tenían y hacían de la defensa su forma de vida.
Hoy en día existen formas de gobierno que en teoría poseen el monopolio de la fuerza para hacer cumplir la ley, sin embargo el ideal de República de los griegos se ha convertido en la mas nefasta de las dictaduras: la democracia o el gobierno de las turbas, hay que aclarar que la democracia es un buen método de elección de gobernantes pero de ninguna forma un buen sistema de gobierno. El resultado es que los servicios de seguridad estatales están atados de manos por falta de presupuesto y muchos de los efectivos están ocupados en resguardar la multitud de edificios de entes burocráticos y a sus alegres ocupantes, o vigilando propiedades confiscadas a sus dueños, mientras, los ciudadanos deben seguir pagando las consecuencias y enfrentando el delito solos o destinando su dinero a ello.
Al menos, debería permitirse el derecho a la autodefensa armada -y penalizar el mal uso de las armas- sin embargo, ya hay quienes caen en la autodestructiva lógica del control de armas, como algún inconsecuente concejal de la ciudad de Quito, que pretende desarmar a los ciudadanos. Al señor concejal -y esto va para quienes creen que portar armas es casi delictivo- no le han contado que los primeros controles y requisas de armas los hicieron nazis y comunistas (Una sociedad desarmada es una sociedad reprimible mas fácilmente). Tampoco parece haber leído los informes como el del control de armas en Londres que disparó el índice de asaltos a hogares, lógica simple: un delincuente no entra a una casa en la que sospecha que los ocupantes pueden estar armados.
¿Pero se puede algo de lógica en el país de las confiscaciones?

3 comments:

"buen" hombre said...

Fuera del problema de la seguridad, ¿no será que la crisis social (y económica) sea campo fértil para la delincuencia?

Es obvio que siempre será necesaria la seguridad privada, algo común en el mundo. Es una seguridad personalizada (la policía no va a ser nuestra empleada personal, resguardándonos hora a hora, minuto a minuto).

La seguridad pública primero tendrá que proteger los bienes del estado, constituidos en el patrimonio público, en los edificios estatales y otros bienes. También está obligada a brindarnos seguridad, como ciudadanía.

Sin embargo, en una sociedad donde la corrupción trasciende las barreras del ente público, viéndose muy claramente en las grandes empresas privadas manejadas por los líderes falsos que nos manejan (evasión de impuestos, prácticas desleales, sueldos ínfimos) ¿cómo encargar la seguridad a la mano represora y prepotente de unos pocos?

Danny Ayala Hinojosa said...

Estimado "Buen" Hombre, la mano represora y prepotente ya hace de las suyas pero no es privada sino estatal, basta ver el uso que algunos miembros de las FF.AA. y la Policía Nacional hicieron de armas, vehículos y avionetas pagadas con nuestros impuestos para saquear el dinero guardado por el notario Cabrera de Machala y que debía ser entregado a los acreedores del notario.

De acuerdo, hay quienes privadamente pueden hacer mal uso de las armas y para ello existen tribunales que deben castigar ese mal uso. Mas no por ellos debe penalizarse a todos impidiendo el derecho a la legítima autodefensa como pretende el Concejal Ricaurte al confiscar armas a los pocos quiteños que las portan y que pueden asegurarse su defensa y el de su familia.

Anonymous said...

Querido amigo, lo felicito estoy de acuerdo con su punto de vista, lo que usted manifesto anteriormento ocurrio en Austria y Gran Bretaña, pero lo contrario paso en EE.UU. cuando legalizaron que las personas se armen legalmente, eso bajo el indice de los delitos, la logica es que un delincuente nunca va a delinquir a una persona que se sospeche se encuentre armada, ya que no quiere ser muerto ni herido, eso quien lo quisiera.