El tema del aeropuerto de Quito continúa siendo objeto de conversación al interior del Consejo Municipal de la capital. Hoy el concejal Gonzalo Ortiz aseguró que Macarena Valarezo miente sobre los costos de la construcción de la nueva terminal aérea de la capital.
Según Ortiz, entrevistado en Radio Democracia, la concejala Macarena Valarezo trata de hacer crecer los $413 millones del costo total de la construcción del nuevo aeropuerto de Quito, y precisó que no se pueden sumar los costos ya previstos por los bancos, ya que ellos no se pueden confabular para hacer un mal negocio contra Quito.
El concejal sostuvo que Quito no puede vivir sin un nuevo aeropuerto y que sin la construcción de este, la capital podría pasar a ser una ciudad de tercer orden, además indicó que la terminal aérea es de gran interés para la actividad productiva y para todo el centro norte de la Sierra, además puntualizó que a Quito llega la mayor afluencia de turistas.
El Federalista: el tema de la inversión pública en proyectos productivos siempre estará sujeto a polémica porque implica el uso de dinero de los contribuyentes para financiar obras que en muchos casos se han convertido en elefantes blancos o en fuente de corrupción y burocracias privilegiadas.
Aunque es claro que Quito necesita de un aeropuerto internacional, el debate debería centrarse en si realmente el gobierno municipal o el estatal deben intervenir directamente en la construcción de estas instalaciones. Lo adecuado es que sea el sector privado el que gestione la creación y manejo de aeropuertos rigiéndose únicamente a normas y certificaciones internacionales suscritas por el país. La Dirección de Aviación Civil y el Consejo Nacional de Aviación Civil serían innecesarios siendo reemplazados por certificadoras privadas que fiscalicen los parámetros de funcionamiento y seguridad de aeropuertos, aerolíneas e instalaciones accesorias.
De esta manera, emprendedores con visión podrían formar consorcios para construir y gestionar aeropuertos y pistas donde sean necesarios sin obstáculos burocráticos. ¿Por qué no habilitar las pistas de Ibarra, Ambato y Latacunga para la exportación de flores y productos de la sierra? ¿por qué no ampliar las pistas de empresas camaroneras, bananeras y petroleras de la costa y oriente para que funcionen como terminales de pasajeros? porque no existe seguridad jurídica y la inversión puede ser confiscada en nombre de la "soberanía y el bien común" par de falacias esgrimidas como verdades absolutas.
Es hora de privatizar los aeropuertos o al menos concesionarlos como bien lo está haciendo la Ilustre Muncipalidad Guayaquil en lugar de burocratizarlos y encarecerlos.
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