Opinión: Sindicalismo y pobreza

Editorial en Diario Correo: Sindicalismo y Pobreza Por Jhon Campuzano Vásquez

Sabe usted amigo lector que en el Ecuador tienen asegurados sus empleos 303.896 burócratas, que ganan en promedio $ 668 mensuales, que hay 472.000 desempleados, que representan el 10.99% de la población económicamente activa (PEA) y 2.084.000 subocupados (48.47% de la PEA) y que además tenemos casi dos millones y medio de ecuatorianos que han salido a buscar trabajo en el exterior.
La pregunta que rápido se viene a la mente, ¿qué ha provocado que tanta gente no tenga empleo y porqué sólo unos pocos privilegiados gozan de una buena remuneración?
Sin lugar a dudas, que han sido los malos gobiernos que hemos tenido y los falsos y vendidos líderes sindicales que ahora aparecen en las pantallas de televisión y en la prensa escrita clamando por mejoras en los empleos no de todos, sino de los que se deleitan del Estado.
Basta recordar los excesos de la década de los setenta y ochenta, las famosas huelgas solidarias, los lesivos contratos colectivos, las famosas horas extras que nunca se cumplían, los viajes a los paraísos comunistas del sindicalismo para una aparente capacitación.
Estas exageraciones, aunadas a una perversa concepción de la empresa privada por parte de grupos de la izquierda extremista.
Y, a la falta de visión de futuro por parte del Estado, nos han llevado a un deterioro de la inversión privada, con la consecuente pérdida de empleo, cierre de negocios, suspensión de inversiones y traslado de fábricas a otros países vecinos como Colombia y Perú.
Estos antecedentes, han provocado que la empresa privada no quiera saber nada del sindicalismo, problema ocasionado por sus propios dirigentes, que a propósito son los mismos de hace 30 años.
¿Qué sucede con las personas que no tienen un empleo fijo y que trabajan más de las 40 horas semanales?
De ellas no se dice nada, son los eternos relegados que tienen que mirar fuera de sus fronteras la oportunidad de encontrar un empleo en las empresas Norteamericanas, Españolas, Italianas,

¡Sí así como se lee!

En los países que nos tratan de enseñar a odiar los izquierdosos radicales y retrógrados, por ser las cunas del capitalismo opresor según manifiestan en los paros.
Valdría la pena preguntarles a nuestros compatriotas que opinan de estos desalmados países que los explotan, que les obligan a vivir tan mal o peor que en el Ecuador
. Que les dan seguridad social y asistencia a sus hijos.
Que les permiten comprar casas a 25 años plazo, obtener créditos para adquirir carro con tasas de interés del 3 o 4 por ciento anual.
¡Qué malos son con nuestra gente! Mejor sería que vengan a trabajar al Ecuador, bajo la protección del sindicalismo ecuatoriano y de sus longevos dirigentes.