El Movimiento Libertario del Ecuador considera un error funesto la regulación de las tercerizadoras laborales

Así lo expresa el Movimiento Libertario del Ecuador en comunicado de prensa llegado a nuestra redacción, sobre las reformas a las leyes de tercerización que se tramitan en el Congreso Nacional.

El comunicado firmado por Juan Fernando Carpio y David Lalama del Movimiento Libertario de tendencia liberal expresa: "En el Ecuador generar empleo está fuertemente castigado. Despedir es difícil, por tanto se tiende a dejar de arriesgar, emprender y contratar nuevos colaboradores en las empresas. Las indemnizaciones son atentatorias contra la armonía obrero-patronal. Y la existencia de un salario mínimo fijado por encima del de mercado causa desempleo permanente, para beneficiar a quienes ya están empleados. En vez de un Código Laboral de inspiración marxista, necesitamos un Código del Empleo de inspiración libertaria, que privilegie el contrato individual y productivo para un entorno de libre empresa. De esa forma se logrará estimular la contratación en general, en particular la de jóvenes, al poderse despedir se motivará el contratar y dar oportunidades de probarse a quienes inician o cambian su actividad laboral, y se premiará la productividad real como forma de generar lealtad y estabilidad laboral. Esto vendrá en beneficio de todos, aunque suene a “pérdida de conquistas sociales”. La mejor conquista social es un sistema de empresa que armonice los intereses de inversionistas, administradores y empleados, subiendo los salarios reales año tras año.

En ausencia de un Código del Empleo moderno que es de todos modos es apenas una segunda mejor opción frente a un real retorno al Código Civil y los contratos individuales, la tercerización laboral ha sido una válvula de escape que alentaba la contratación, la movilidad en el cambio de labores y de trabajadores (la agilidad para despedir) por ende contratar más gente sin desincentivos permanentes, y una cultura de la especialización flexible que tanto necesita este país. Lo menos que necesitan las decenas de miles de desempleados en las principales ciudades, y los miles de jóvenes que se gradúan de bachilleres, tecnólogos y licenciados en nuestro país cada año, es una propuesta que les perjudique en el mediano plazo aunque suene “social” o “reivindicativa” en el corto. Esa miopía y falta de visión característica del populismo económico nos mantiene alejados de las mejores tendencias y frutos del mundo global. Sin embargo, todavía podemos cambiar de rumbo."