Friday, October 03, 2008

El contrabandista: nuestro héroe local

Mis buenos amigos lectores, hay que decirlo, el socialismo es para aniñados que gustan de sentirse moralmente superiores pontificando sobre la solidaridad, la renuncia, el desprecio al materialismo, al individualismo y al espíritu emprendedor, eso mientras degustan caviar en una galería sobre Andy Warhol y leen la última obra de Isabel Allende, otra parte de los socialistas son simplemente resentidos o personas que de buena fé a las que no les ha llegado las noticias del fracaso del sistema explotador llamado socialismo.

Criollamente, y muy lejos de los debates de la academia y de los cafetines, existe una gama de héroes anónimos que se la juegan en el mercado asumiendo muchos riesgos y trayéndonos a todos muchos beneficios mientras obtienen alguna utilidad para sus familias. Uno de estos héroes de nuestro tiempo, son los contrabandistas, personajes incomprendidos, vilipendiados, perserguidos y encarcelados, personajes que sin embargo le prestan grandes servicios a las sociedades, personajes dotados de coraje y valor que en otras circunstancias y bajo mejores leyes y gobiernos, serían grandes capitanes de la industria socialmente reconocidos y ensalzados.

No es inmoral no pagar impuestos, es inmoral cobrarlos

A estas alturas de la historia, nos queda claro que los impuestos son el mecanismo de financiamiento de las mafias, tanto de las de mediopelo como las que se arropan tras la supuesta legitimidad del poder estatal. Siempre ha sido así. Una de las primeras tareas de faraones, reyes, pontífices, zares y demás detentadores de poder absoluto es cobrar impuestos a sus sometidos y a los pueblos vencidos en batalla. Con la introducción del constructo llamado Estado Nacional y santificados con la supuesta legitimidad de las democracias plebiscitarias, los impuestos o tributos se convirtieron en la forma de financiamiento del poder político, tanto de los regímenes democráticos representativos como de las democracias populares (socialismos) plagadas de estados intervencionistas que buscan reinventar las sociedades al antojo de un líder y su camarilla. Siendo así, los impuestos no dejaron -ni dejarán- de ser un expolio a los pueblos sometidos para beneficio de monarcas absolutos, dictadores electos y políticos; así como de beneficio para gente de negocios y gremios que lucran con los privilegios obtenidos de estos detentadores del poder.

Sin embargo, los individuos, organizados o no, siempre han luchado contra estos poderes fácticos que les han impuesto regulaciones, impuestos y sistemas de censura de sus libertades. Es así como se han sucedido, y seguirán sucediéndose en la historia, rebeliones, revoluciones, magnicidios, ajusticiamientos populares; en búsqueda siempre de sacudirse de las imposiciones de los poderosos. De la misma forma, ciudadanos comunes y corrientes con familia, deudas y necesidades; recurren al comercio libre evadiendo las regulaciones e impuestos de los estados y sus burocracias, esto es, se convierten en contrabandistas, rebeldes anónimos cuya causa es satisfacer las necesidades de sus semejantes mientras obtienen ingresos para sus familias.

El contrabandista es doblemente heróico en una nación donde se le ha impuesto pesadas cargas tributarias a los ciudadanos. El contrabandista no solo es un hombre o mujer de empresa que asume un riesgo empresarial que comparte con otros empresarios "formalizados", es también un hombre o mujer con los suficientes cojones u ovarios como para asumir el riesgo adicional de parar en la cárcel, ser confiscado y hasta arriesgar su vida en la empresa de comerciar libremente haciendo caso omiso de las vergonzosas trabas e impuestos del Estado.

Juan Pueblo, el contrabandista, usualmente posee un vehículo, un celular y algún dinero como todo capital de riesgo. Juan Pueblo no tiene dinero para registrar su empresa y pagar a abogados, patentes, registros y mil regulaciones estatales para poner un negocio formal. Juan Pueblo no es aniñado, ni estudió administración de empresas, ni hizo artículos sobre como desdolarizar la economía y tampoco tiene un blog ni el tiempo para escribir defendiendo su labor. Pero Juan Pueblo sabe algunas cosas: la gente tiene necesidades, el mismo tiene que ganarse el pan para su familia y sabe que uniendo ambas necesidades todos pueden ganan: Juan Pueblo puede alimentar a su familia si satisface las necesidades de sus semejantes mediante el comercio.

Así que nuestro contrabandista, emprendedor a la criolla, obtiene algunos teléfonos y hace contactos con otros informales como él: propietarias de almacenes en el lugar de destino y pequeños productores y comerciantes del otro lado de la frontera. Pero el comercio es de dos vías, así que comúnmente ayuda a sacar los bienes de los productores locales a pasar del otro lado, y ya allá, trae los productos que sabe se necesitan acá. Las transacciones se llevan con registros simples, con contabilidad básica, es un negocio basado más que nada en la confianza, aunque en algunos casos más sofisticados existen mediadores informales cuando hay diferencias, de hecho más eficientes que los tribunales estatales.

Los productos llegan más baratos y rápido al lugar de destino que si hubiesen pasado por aduanas, verificadoras y agencias de impuestos. Gracias al contrabandista, los estratos más populares pueden vestirse mejor, alimentarse mejor, divertirse como sólo los aniñados podían y hasta educarse mejor. El beneficio que los contrabandistas hacen a la sociedad al traer productos a menor precio -sin pago de impuestos- es incuantificable. Cuántos padres han podido nutrir mejor a sus pequeños gracias a los contrabandistas, es una pregunta que difícilmente puede responderse ya que no hay estadísticas serias de un sector que no presenta balances al fisco ni reporta nada a la mafia estatal.

¿Y nuestra sacrosanta industria nacional? ¿nuestros trabajadores? bla bla bla

Algunos de nuestros industriales hicieron fortuna cuando el gobierno los protegió con altos aranceles, algunos de los hijos de estos son los zoquetes aniñados que estudian en universidades caras y pontifican sobre la bondad del socialismo y fruncen la nariz si pasan por un mercado popular o le tienen que dar la mano a Juan Pueblo para pedirle su voto en elecciones. Los industriales honestos, aquellos que viven de su negocio y no de los privilegios que pueden obtener con el gobierno, no le temen a la competencia de fuera, y el peso de los impuestos es lo que los arruina. Pero la chispa de la rebeldía suele ser contagiosa, por lo que algunos industriales se las ingenian para evadir impuestos e importar maquinaria y materia prima de contrabando, bien por ellos, si no lo hicieran así, tendrían que cerrar la fábrica y despedir a toda su plantilla de trabajadores, dejando sin sustento a miles.

Así que si el gobierno quisiera hacerle un favor a los industriales locales (y a todos) debería dejar de quitarle dinero a las personas vía impuestos y limitarse a brindar seguridad interna y externa, labor que de paso ahora hace muy mediocremente. Si el comercio se liberaliza, nuestro héroe local, el contrabandista, sería otro empresario más, dejaría de ser informal e integraría a su negocio a mucha más gente, beneficiando a miles de familias e industrias con productos y materias primas más baratas y haciendo posible colocar los productos de la industria nacional en mercados distantes.

¿Cómo financiar a un gobierno limitado? pues que nos envíe un estado de cuenta con los rubros de justicia, defensa y seguridad, estado que podamos pagar sin problemas o fiscalizar y pedir reenbolso si esos servicios no son cubiertos eficazmente.

En próximas entregas, más sobre nuestros héros locales: el chulquero, el blanqueador de dinero, el acaparador y el especulador.

12 comments:

Juan Montalvo said...

Excelente Post. Y estoy deseando leer la serie completa. Por favor, no te olvides del tramitador, ese incomprendido que facilita el flujo de ciudadanos por las penosas y laberinticas trastiendas del estado. Sin ellos, las filas serian aun mas largas, y el costo en horas desperdiciadas esperando ser atendidos sumaria millones a la ya abultada cuenta de dinero malgastado en la sociedad. Lastima que, en su quehacer, salgan beneficiados los burocratas, principales culpables y causantes voluntarios del problema.

En cualquier caso, una vision acertada. Saludos.

Carlos A. said...

Muy acertado análisis. Hace un mes fue la última vez que traje un paquete por la vía legal. Ya que los señores de aduanas ahora le colocan el valor que desean. Por un articulo que me costó 120 usd incluido envio, me tocó pagar 190 usd. Increible. Pese a traer factura. Pero como lo necesitaba urgente tuve que pagar. Ahora recurro al contrabandista que ofrece este mismo producto en 180, gran diferencia. Bien dicho un héroe por evitarnos abusos como este.

andresHC said...

aparte de todo lo que ya expusiste, el contrabandista también es quien nos hace llegar productos o servicios cuyo acceso tenemos prohibido

Quitu_shiry said...

"por lo que algunos industriales se las ingenian para evadir impuestos e importar maquinaria y materia prima de contrabando, bien por ellos, si no lo hicieran así, tendrían que cerrar la fábrica y despedir a toda su plantilla de trabajadores, dejando sin sustento a miles."

jaja eso para un empresario honesto y que cumple las leyes es ser sapo, "vivo", corrupto, en pocas palabras un bellaco.

Hay que defender al ecuatoriano bellaco...por eso estamos como estamos..o estan como estan.

"aparte de todo lo que ya expusiste, el contrabandista también es quien nos hace llegar productos o servicios cuyo acceso tenemos prohibido"

Si, en esta semana se desacurtilo una banda de pederastras en Espana.

Blogletario said...

Yo creo que tu tienes un concepto demasiado errado del socialismo, creo que alguien te lo conto y paso algo como el telefono descompuesto y tellego la información mal, que tal si echaas un ojo de lo que es el socialismo claro y desde el punto de vista de los que impulsamos este sistema, y creo los que mas sabemos de socialismo.

acaecuador

http://www.scribd.com/doc/3280190/Que-es-el-socialismo

Libertario said...

Coincido con Juan Montalvo el tramitador se lo debe destacar. Hace apenas un mes en plena "Revolución Ciudadana" pague USD 50 por sacar la licencia sin tener que desperdiciar un día entero en la Jefatura de Tránsito.

Danny Ayala Hinojosa said...

Gracias a los comentarios, y sí, en su momento aparecerá la defensa del tramitador, del chulquero, del mercenario, el cazador de recompensas, el coyotero y de otros personajes, que no cometen delitos sino que sus actividades han sido condenadas por los moralistas conservadores o por los estatistas que se ven abrumados por la eficiencia empresarial y buscan tapar sus propias incompetencias burocráticas.

Quitu Shiry, deberías estar avergonzado, los primeros contrabandistas de nuestras tierras fueron los indígenas que evadiían las alcabalas y los estancos de la corona. Antes de los incas y españoles, eran las tribus de yumbos y en general los cutirpas quienes comerciaban y especulaban en el tianguez (mercado).

Blogetario: leí parte del bodrio que enviaste, lleno de eufemismos como "revolución del proletariado" que enmascaran esta realidad: el socialismo en busca de la "redistribución de la riqueza" sólo puede emplear métodos violentos ya que la redistribución sólo puede hacerse mediante asesinato, impuestos y confiscación, acciones distributivas voluntarias como las donaciones y la beneficencia son todas instituciones liberales, primeras víctimas de las revoluciones socialistas.

Ernesto Yitux said...

algo muy interesante que trata sobre este tema http://www.jorgevalin.com/artic/heroes_libertad.htm

Danny Ayala Hinojosa said...

Gracias Yitux, ciertamente se me escapó el hecho de que Valin ya ha hecho algunos trabajos de desmitificación, aunque siempre se pueden agregar más héroes a la lista: el mercenario, el falsificador de moneda (falsificar algo ya de por sí falso no entraña crímen), el profesional sin licencia, el taxista o el radiodifusor pirata, el comerciante o minero informal, el proxeneta... ¿ya dije mercenario? todas estas actividades son legítimas mientras no exista fraude o uso de la fuerza.

El caso del falsificador de dinero es algo gris, su actividad realmente sería ilegal si la moneda falsificada fuese 1.) privada y 2.) con respaldo en algún metal. Mientras las monedas emitidas por los estados no tienen casi ningun respaldo y el poco que tienen fue producto de atraco (la expropiación de los depósitos de oro de la banca privada en los años 30), las monedas privadas bajo libre competencia son la solución ética a la necesidad de medios de intercambio y contabilidad, su emisión corre por cuenta del banquero capitalista de sus propios activos.

Ernesto Yitux said...

todos los emprendedores en ecuador: el comerciante informal, el taxi pirata, el restaurant sin permiso, todxs lxs que no tributamos, quien contrata sin las obligaciones estatales y quien trabaja sin las mismas, quien se salta la aduana, el que vende droga, las prostitutas autonomas etc, etc...

por eso me gusta ecuador!

justamente estamos realizando un documental acerca del comercio informal en guayaquil (centrandonos en el problema "libre mercado vs restricciones del municipio" y "comerciantes vs policía metropolitana")... cuando esté listo para que me den su opinión.

Danny Ayala Hinojosa said...

Hola Yitux, en horabuena por el documental, gracias de antemano por compartir esta producción. Por cierto, también podría ser interesante incluir no solo las restricciones del municipio sino las del Conatel, Suptel y otras para poner estaciones de radio o un simple café net, sin hablar de los inspectores y registros de sanidad y el sinfin de trámites para poner negocios en Guayaquil y en el país.

Ernesto Yitux said...

Esperamos de a poco ir con otras temáticas (de echo esa era la idea original) pero ahora por logística y porque es lo que tengo mas a la mano y veo día a día, estamos tratando netamente el trabajo de los comerciantes informales en las calles