Tuesday, October 16, 2007

Tal profesor tal alumno

Entrevista a François Houtart. en El Comercio: 'El consumo es una religión propia del neoliberalismo'

Nació en Bélgica, en 1925. Tiene un PhD en Sociología por la Universidad de Lovaina, dio clases entre 1958 y 1990. Fue profesor de Rafael Correa. Dirige el Centro Tricontinental y participa en el Foro Social Mundial. Su punto de vista. Este sacerdote, ordenado en 1949, identifica la revinidación social con la praxis cristiana.

¿La opción preferente por los pobres es una alternativa contra la pobreza, por una vida alejada del consumo?

No nos interesa conservar a los pobres en la miseria. Los pobres son empobrecidos por el sistema económico, esa es una dimensión. Otra es la oposición a una cultura del consumo, que siembra las desigualdades y corrompe el espíritu, la mente, los valores...

¿Se predica la pobreza?

La idea es construir una sociedad justa, que consuma de manera racional, en base a las necesidades humanas. No se busca el ‘grado cero’ de consumo, sino la vida digna. El consumo es la religión del pueblo en el neoliberalismo.

El avance en los derechos ni la racionalización del consumo no son exclusivos del socialismo. ¿Qué diferencia a un capitalismo avanzado del socialismo del siglo XXI?

En ser una opción a la privatización, que no implica la estatización sino la ‘ciudadanización’. En Bolivia, al revertir la privatización del agua, la gestión al final quedó en manos de los ciudadanos.

El término socialismo no es exacto entonces. ¿No sería mejor acuñar un término nuevo, hablar, por ejemplo, del comunitarismo?

Yo lo he definido como poscapitalismo. El socialismo es ambiguo, igual que la democracia o la tercera vía de Tony Blair. Pero el proyecto es real y no se va a definir de manera dogmática: en ese sentido sí es un proceso en construcción, pero con parámetros claros.

¿Como cuáles?

Primero, la utilización de recursos renovables que no destruyan el ambiente y el clima, bajo control colectivo y con una nueva filosofía de la relación con la naturaleza: simbiosis en vez de explotación. Segundo, privilegiar el valor de uso por el de cambio. Por ejemplo,
construir bienes que tengan una duración de vida más larga significa menos materia prima y energía. El tercer punto es la democracia, generalizada y participativa. Hoy el ciudadano no incide en las decisiones económicas, por ejemplo. Y cuarto, la multiculturalidad, la posibilidad de que todas las culturas participen en esa construcción, sin imponer una mirada dominante.

El Federalista: hay tantísimos errores en cada respuesta de toda la entrevista que no se por donde empezar, vamos por el principio.

Dice que los pobres son empobrecidos por el sistema económico pero se olvida en señalar cual sistema. La verdad es que el capitalismo que se practica en buena parte de Norteamérica, Europa, Oceanía y el Sudeste Asiático, aún con los obstáculos que imponen los gobiernos, sólo ha traído prosperidad, riqueza y bienestar a los ciudadanos. Funciona tan bien el capitalismo se está permitiendo con cierto éxito en Estonia, Perú, Uganda, El Salvador, Chile y Suecia, antes economías colectivizadas. Es el socialismo y sus variantes altermundistas, populistas, neototalitarias e irracionalistas las que han empobrecido parte de América Latina, el Caribe, África y Asia.

En cuanto al consumo, esta no es mas que una actividad humana que busca satisfacer las necesidades presentes y futuras. El consumo no es una religión pese a que algunos la consideran como tal y otros llevan el consumo de forma que suele llegar a lo patológico. Poner límites entre lo que es apropiado como actividad de consumo y su exageración como religión o conducta enfermiza es un debate interminable pero puede terminar con un saludable consejo: cada persona debe ser libre y responsable por qué, cuánto y cómo consume. Que otros impongan políticamente sus ideas sobre las personas acerca del consumo es un acto de intolerancia, de prepotencia y de autoritarismo. El consumo como actividad humana no debe tener mas barrera que el derecho de los demás, así que una verdadera vida digna implica que uno pueda satisfacer sus necesidades personales y esté en libertad de determinar que es lo que va a consumir de acuerdo a sus recursos, así como aprender de los aciertos y fracasos de sus hábitos de consumo.

En cuanto a recursos renovables, cuando se habla de control colectivo de estos se habla de socialismo y no de otra cosa. Hablar de controles colectivos implica quitar de la ecuación al individuo, menoscabar sus derechos y su participación en la actividad económica. Implica que el colectivo tiene supuestos derechos que se sobreponen a los de cualquier persona, por tanto nadie tiene ya derecho sino el colectivo dentro del cual el poder de decisión y el único derecho lo lleva una camarilla privilegiada que se presume representa y que habla por el colectivo, allí necesariamente hablamos de un estado burocrático socialista, hablamos del socialismo soviético o cubano, del populismo totalitario chavista y correísta, no hay por donde escaparse.

En realidad toda la fraseología usada por estos personajes trasnochados es sólo un ejercicio de prestidigitación mental, cuyo objetivo es vendernos la misma miserable receta socialista estatista de toda la vida con ropajes de poscapitalismo, altermundismo, ecologismo, etnocentrismo, economía de equivalencias y otras tonterías sin asidero en la razón.

4 comments:

Anonymous said...

Sacerdotes! El ideal de esos manes es que la población mundial tome los votos de pobreza y castidad para que todos sean igual de miserables. Si hasta la vieja Teresa perdió la fe... Aunque pueden llegar a Cardenales o a Papa y pasar su vida deambulando entre palacios, y de vez en cuando, enseñando a dios el culo dentro de alguna mezquita turca. O dejarse llevar por la carne y abusar de las monjas, los niños del coro y los monaguillos; viajar hasta Africa (Subsahariana por supuesto, es que en el Magreb los matarían por ser kuffar) y desgraciarles la vida a los negros pidiendo que no usen condón; ir hasta India para amarrar la gente a unas camas sucias y matarlos lentamente; o hasta Latinoamerica y predicar la lucha de clases y colaborar con regimenes fascistoides.

Como en Europa no les paran bola (la Edad Negra, la Inquisición, las guerras de la religión, la colaboración con los nazis, las ratlines, etc.), vienen a probar utopías con la gente sencilla que no tiene idea de las consecuencias. Como acá la mayoría es católica, debe pensar que cualquier cosa que diga un cura, un payaso tirado a profeta, o un boyscout tirado a misionero, está bien.

Danny Ayala Hinojosa said...

Te olvidaste los progromos, la persecución de protestantes, la persecución y quema de científicos.

Anonymous said...

No, no me olvidé. La lista de los crímenes de la iglesia es larga, por eso puse et cetera

Chuzo, debe haber gente pensando que soy comunista por ser ateo ¿No? Es chistoso. Cuando de comunismo y otras utopías se trata, soy "reaccionario" a rabiar, aunque admito que menos que tú.

Danny Ayala Hinojosa said...

El problema de las utopías no está en lo imposibles de construir sino en que muchos las imponen a los demás a la fuerza "te meto bala y te robo pero es por tu bien y el bien común".

Digo yo, si los socialistas se sienten felices sin propiedad privada entonces vayan a un cerro, armen una comuna y vivan en tiendas, tippis y yurtas en feliz armonía con la naturaleza creando su paraíso del proletariado y robándole a todo integrante que logre apenas una leve mejora por sobre los demás, compartiendolo todo por las buenas o por las malas hasta sus hijos y mujeres, ok ok háganlo pero dejen en paz a los demás y sus ideas "locas" de respeto a la propiedad y vida privadas, gobierno limitado y economía de mercado.