Continuando con la disección de este bicho colorado que es el Socialismo del Siglo XXI, utilizaré un post de María Paula Romo colgado en su blog dentro de Alianza PAÍS: Socialismos del siglo XXI (mis comentarios en azul)
¿Qué es el socialismo del siglo XXI?
1. Radicalmente democrático: No la democracia instrumental de la izquierda ortodoxa; sino la democracia como convicción profunda, como principio de relación y de vida; “democracia en la casa y en la cama” decían las feministas chilenas cuando luchaban contra las dictaduras.
Este es un lirismo, preferiría menos poesía y más propuesta, al menos en Internet existe un mercado más crítico que el que sólo espera la fundita de Quaker, así que esperamos más contenido y menos Neruda.
2. El socialismo del siglo XXI, la nueva izquierda, también se caracteriza por pensarse a sí mismo como opción de gobierno y de poder. El proyecto de izquierda no es un proyecto vencido; algunas de sus formas fracasaron, pero la búsqueda de la igualdad y la justicia están hoy más vigentes que nunca; es nuestra tarea la de buscar nuevos caminos para lograrlo.
Lamentablemente es cierto: los pueblos no aprenden de la historia. Pero más que nada justicia e igualdad son mal entendidos, la igualdad no es posible porque cada persona es una individualidad y si verticalmente se busca igualdad lo que tendremos es cualquier cosa menos justicia. La equidad -no la igualdad- es la medida de la justicia.
3. El socialismo del siglo XXI debe rescatar la tradición libertaria de la izquierda. Esto es muy importante, los neoconservadores son tan o más peligrosos que los neoliberales. El socialismo del siglo XXI no coarta las libertades; las busca, construye las condiciones para lograrlas; pero no se confunde: libertad no puede ser una palabra que se use sólo para los capitales y los mercados. Libertad para las personas y las sociedades, libertad para expresarse, para emprender, para desenvolverse; libertad para decidir y construir nuestro presente y futuro.
El proyecto PAÍS es todo menos libertario, en 8 meses ha demostrado prepotencia e intolerancia, acoso a la prensa y ciudadanos comunes, socapamiento de acosadores sexuales y ministros corruptos que juegan con el precio de los bonos de deuda. El proyecto de gobierno incluye controles de precios, manipulación de la oferta y control de la demanda medidas autoritarias implementadas en su tiempo por LFC.
Mercados y capitales son, los constituyen y crean personas, entonces es redundante hablar de libertades personales y sociales cuando hablamos de libertades económicas.
4. El socialismo del siglo XXI no es un socialismo totalitario, pero es un socialismo organizado. Esa es otra de las grandes preguntas: ¿cómo se organizan hoy los actores políticos?: las mejores respuestas las aprenderemos sobre la marcha, pero debemos tener la voluntad de organizarnos con una lógica de una ciudadanía informada, deliberante, una organización horizontal, no burocrática. Organizaciones políticas en donde sean flexibles las fronteras entre militantes y no militantes. El reto no es unir la izquierda que tenemos, lo verdaderamente urgente es reinventarse la izquierda para que sea capaz de representar y articular los intereses de la gran mayoría de ecuatorianos y ecuatorianas, aún de los que no son nuestros militantes.
Socialismo organizado es sólo un robo mejor planeado y cuando hablo de robo también hablo de la derecha que ha usado el Estado (siempre el Estado) para privilegiar sus intereses, el socialismo lo usa de igual forma para privilegiar su filosofía imponiéndola a la fuerza.
5. El socialismo del siglo XXI no tiene como objetivo la destrucción del mercado sino su domesticación (como dicen algunos autores), su subordinación al objetivo último de garantizar condiciones de vida digna para la población.El debate no es la oposición Estado – Mercado; el debate es cómo hacer que el estado y el mercado permitan una vida mejor para los seres humanos y las sociedades. Que el estado y el mercado aseguren la conservación y el manejo responsable del medio ambiente.
En otras palabras aborregar a la gente a lo que el capataz quiera, porque el mercado no es más que individuos interactuando social y económicamente mediante acciones voluntarias.
6. Y, aunque muchos temas se quedan todavía fuera, quiero terminar diciendo que el socialismo del siglo XXI es uno que no olvida que las diferencias económicas y de clase marcan las relaciones de poder; pero esa categoría es insuficiente; por eso el socialismo del siglo XXI es ecologista porque la solidaridad es también con las próximas generaciones; el socialismo del siglo XXI es joven, no por la edad de sus actores sino por su capacidad de cuestionar, de ser parricida, de apostar por ideas refrescantes y reconocer que hoy vivimos en un mundo distinto al de hace 50 años; el socialismo del siglo XXI es un socialismo negro, indio, montubio, andino; el socialismo del siglo XXI tiene respuestas conectadas con la vida cotidiana, está comprometido con las luchas de los pobres, de los excluidos, de los sectores rurales, de la comunidad GLBT; el socialismo del siglo XXI es liberador y feminista; y es nuestra tarea que el socialismo del siglo XXI sea capaz de actuar a su interior con tanta libertad, democracia, solidaridad y tolerancia como la que promulga.
Nuevamente, las diferencias económicas son intensificadas por los privilegios que concede el Estado a ciertos grupos, las naciones donde hay más capitalismo son las menos desiguales, y en donde la desigualdad existente tiende a reflejar más la capacidad creadora individual. A menos intervención del Estado mayor aumento de bienestar general y equidad: quien hace un mayor trabajo creativo y asunme riesgos usualmente recibe una mayor renta, los mejores emprendedores sirven de ejemplo para las siguientes generaciones transmitiendo conocimientos, experiencias hacia el futuro, los pobres se benefician inmensamente de la experiencia de los más adinerados, aumentan su calidad de vida en menor tiempo que generaciones pasadas porque pueden quemar etapas que costaron mucho tiempo e inversión a generaciones pasadas. Pero esto es sólo posible donde hay libertades y un gobierno responsable y limitado en funciones, pequeño pero eficiente y no el armatoste que tenemos de mil ministerios, consejos, secretarias, corporaciones, unidades y direcciones, y que quiere mantener y potenciar Alianza PAÍS.
Otra cosa, el tema racial ya debe ser superado, científicamente no se habla de razas sino de poblaciones, además es un argumento demagógico cuando debiera pensarse en igualdad ante la ley no importa cuan tostado sea el color de uno. El socialismo del Siglo XXI es un proyecto intolerante y autoritario, tanto como ineficiente y hambreador.
1 comment:
Yo le puse un par de comentarios directamente en el blog, como era de esperarse nunca los publicaron. Lo más gracioso es que se auto proclaman "radicalmente" democráticos y defensores de la libertad de expresión. Pura farsa poética.
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