Se que vienen a matarme

Me refiero a la adaptación cinematográfica de la novela del mismo nombre de Alicia Yánez que viene cargada de ideología y sin el necesario contrapeso de los aspectos positivos de Gabriel García Moreno. Habrá quienes crean que esta novela no es sino una verdad irrebatible olvidando que esto no es sino eso: una novela.

Que García Moreno fue despiadado con delincuentes comunes y con opositores no puede negarse, pero tampoco puede negarse su afán de progreso y de moralidad. Si Gabriel García Moreno viviese hoy en día habría sido blanco de durísimas páginas en El Federalista, se habrían denunciado sus abusos y su falta de respeto a un proceso jurídico limpio, mas se habría reconocido la búsqueda de progreso, de freno a los excesos del clero y la burocracia, de establecer cuentas claras en la hacienda pública y de un inequívoca búsqueda de progreso cultural, frente a una indolente sociedad repleta de perreo, tecnocumbia y mediocres presidentes vociferantes.

Hoy en día no hay déspotas ilustrados sino dictadorzuelos mediocres, pedestres caporales elevados a majestades, gorilas sin lustre que se abalanzan sobre el presupuesto del gobierno cual bestias de rapiña para repartir subsidios y comprar votos. Antes los tiranos caían muertos a manos de hombres libres, hoy los tiranos se regodean en su hediondez y mediocridad, en la ruindad y bajeza que hasta al patíbulo infama.

El tirano, por Fernando Larenas en El Comercio

García Moreno caricaturizado, Por Enrique Valle Andrade en Diario Hoy