Thursday, August 23, 2007

¿En qué lío nos hemos metido?

Si miramos la entrada de Wikipedia sobre el fascismo veremos muchísimas, demasiadas "coincidencias" con el gobierno e ideología que gobierna actualmente al Ecuador.

Características y definición

Exalta la idea de nación frente a la de individuo o clase; suprime la discrepancia política en beneficio de un partido único y los localismos en beneficio del centralismo. Utiliza hábilmente los nuevos medios de comunicación y el carisma de un líder en el que se concentra todo el poder. Aprovecha los sentimientos de miedo y frustración colectiva para exacerbarlos mediante la violencia, la represión y la propaganda, y los desplaza contra un enemigo común (real o imaginario, interior o exterior), que actúa de chivo expiatorio frente al que volcar toda la agresividad de forma irreflexiva, logrando la unidad y adhesión (voluntaria o por la fuerza) de la población. Es expansionista y militarista, utilizando los mecanismos movilizadores del irredentismo territorial y el imperialismo que ya habían sido experimentados por el nacionalismo del siglo XIX.

Orígenes

El fascismo desdeña las instituciones del Estado republicano y sustituye el voto como expresión de la voluntad popular por las expresiones masivas de apoyo al líder. Hitler utiliza el plebiscito como arma en las relaciones internacionales: sus grandes decisiones son apoyadas por plebiscitos de apoyo masivo utilizados como amenaza: el líder fascista se presenta como portavoz de la nación unificada que habla con una sola voz. Esto refuerza otro de sus elementos principales: el "liderazgo carismático". El líder es casi divino y su liderazgo no es racional: "Führer", "Duce", "Caudillo", etc. El Fascismo no considera un valor la libertad de expresión y recurre a la violencia sistemática para obtener el poder o mantenerse en él; la violencia tiene un valor positivo para el movimiento fascista, es una fuerza de cambio, al igual que la juventud, que también es exaltada. Mussolini, fundador del PNF Partito Nazionale Fascista, opuso a los principios de la Revolución Francesa de «libertad, igualdad y fraternidad» la consigna «creer, obedecer y combatir».

El fascismo lleva a cabo una "estatización" de la política: adopta uniformes y lenguaje militar y le da un gran valor a los símbolos y a las grandes concentraciones. Se opone al concepto de razón y quema libros para demostrarlo. El Fascismo es fuerza, vitalidad, energía, violencia y juventud, no pensamiento racional. Los intelectuales son despreciados. El Fascismo manipula las ideas de Friedrich Nietzsche sobre el poder de la voluntad y la creación del hombre superior. Las tesis de Nietzsche, por el contrario, condenan el proselitismo y desprecian a los fanáticos (véase Así habló Zarathustra). En diversos lugares del mundo, los movimientos fascistas surgieron apoyados por sectores ultramontanos de sectores nacionalistas extremos. En general, describieron como su enemigo a una conspiración internacional formada por judíos, comunistas y masones (la sinarquía) (aunque pueden incluir en ese entramado a cualquier organización que juzguen trasnacional) y opuesta a los intereses del Estado-nación, como el capitalismo excesivamente aburguesado y que no reporte beneficios a tal Estado. La oposición a la masonería, que puede parecer anacrónica, responde sin embargo a una lógica de continuidad del tiempo histórico en el que la red de los masones permanece como custodia invisible de las ideas del liberalismo. Los fascistas sustentan una ideología de lucha entre los estados que se resuelve mediante la imposición y expansión del más fuerte.


El Federalista: Aunque el fascismo es catalogado como "de derechas" debido a ciertos nexos con grupos conservadores en Alemania y España durante el siglo XX, el fascismo, sobretodo en su variante nazi (nacional socialista) es una versión de socialismo estatizante y dirigista, económicamente se presenta como una "tercera vía" y coincide en mucho con las propuestas de la social-democracia.
Siempre los discursos de Rafael Correa y de sus principales ideólogos y colaboradores integra los términos "patria", "nación", "pueblo" dejando de lado la noción de individuo. La idea de libertades individuales como la de expresión, empresa y comercio son calificadas como "bobo aperturismo" y dejadas de lado por supuestos derechos colectivos. El gobierno califica a todos los partidos y movimientos no afines como "partidocracia" enviando al incauto a la trampa de asumir que el partido correcto es el único, el del gobierno. Ciertamente Rafael Correa utiliza hábilmente los medios de comunicación pese a que los condena en forma general cada vez que puede, hace propaganda al mejor estilo goebbeliano aun cuando la ley le impide hacerlo y lo hace corruptamente con dinero de los ciudadanos. Aprovecha los sentimientos de miedo y frustración colectiva para los fines gubernamentales, y sí, ello incluye catalizar esos sentimientos para volcarlos en la violencia verbal, la intimidación y en varias ocasiones en la violencia callejera a manos de garroteros.
También utiliza un enemigo común señalado con diversos calificativos: oligarquía, pelucones, partidocracia, bancocracia. Términos que los utiliza como sinónimos de un mismo ente inmaterial, como una Hidra de varias cabezas genéricamente denominada neoliberalismo. Los medios de comunicación también son señalados como parte de esta figura, similar a la confabulación "judeo-masónica" que utilizaba Hitler. El expansionismo y militarismo es un elemento faltante para completar el cuadro, elemento que sin embargo no ha sido del todo descartado pues a falta de un real espíritu militarista -por fortuna ausente en el Ecuador- se está utilizando el revanchismo contra Colombia y EEUU, (aspersiones de Glifosato, Base de Manta) que sin embargo tampoco ha dado resultado como elemento aglutinante de la población.
En cuanto a los orígenes, efectivamente el proyecto Alianza PAÍS que lidera Rafael Correa desdeña las instituciones nacidas del liberalismo, inteligentemente no las desdeña directamente sino utilizando un intermediario: la partidocracia. El discuro se construye así: la decisión de cerrar el Congreso y gobernar por decreto con una Asamblea Constituyente (idealmente similara a las asambleas bolcheviques), se vende como una medida contra la partidocracia pero en realidad oculta el desprecio del gobierno por el sistema de pesos y contrapesos de las democracias liberales, porque el poder sin límites es lo que se persigue en el fondo.
Sobre la utilización del plebiscito. De nuevo, Adolfo Hitler, Hugo Chávez o Rafael Correa utilizaron, utilizan o pretenden utilizar el plebiscito como forma de gobierno, que baste nada mas el "liderazgo carismático" como toda prueba de legitimidad de cualquier acción política, atropello incluídos, es más, los autoritarismos fascistoides utilizan el plebiscito para "documentar" esta supuesta legitimidad para "que no quede duda". Con plebiscito se pasa por encima del concepto de que una idea popular no significa que sea buena, que es inmoral que 99 personas de 100 decidan robar al individuo restante, que no importa si una mayoría está de acuerdo en confiscar propiedad ajena, ese es un acto aberrante.
Ciertamente la libertad de expresión no es un valor compartido por Rafael Correa, quien ha señalado que "la libertad de prensa solo es libertad de empresa" buscando erosionar ambos derechos ciudadanos: la libertad de expresión y la libertad de crear empresa. No ha dudado en confiscar el diario El Telégrafo, retirar la frecuencia de Radio Morena, enjuiciar al director de Diario La Hora, arrestar arbitrariamente a ciudadanos por manifestar su desagrado, descalificar a toda la prensa y retirar al periodista Emilio Palacio de una rueda de prensa. Evidentemente la violencia tiene un valor positivo para el movimiento fascista, lo tiene ciertamente para Alianza PAíS que no ha dudado en sacar garroteros para golpear magistrados, diputados e insultar y amenazar periodistas. Cada fin de semana, Carondelet se convierte en plataforma de violencia verbal contra cualquier grupo no simpatizante del gobierno y peligrosamente nos estamos acostumbrando al ejercicio autoritario del poder.
El fascismo y el socialismo viven de las conspiraciones, Hugo Chavez arma con rifles de francotirador a simpatizantes en respuesta a una improbable invasión norteamericana, Rafael Correa se ha victimizado con el fiasco de una supuesta conjura para matarlo con un cohete. Todo es conspiración, si suben los precios es conspiración de los pelucones, las marchas en favor de los tiburones también son conspiración, los bancos conspiran con las tasas de interés, las cámaras de la producción conspiran, la oposición conspira para matarlo. La verdad los incautos que creen en el gobierno van siendo cada vez menos pero queda manifiesto el uso y abuso de la retórica de las teorías de la conspiración por parte del actual gobierno.
En serio ¿En qué lío nos hemos metido?

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