Por Danny Ayala Hinojosa
¿Que va a pasar mañana? no sé, no hay cosas claras, la gente no pone plata para nuevos negocios, se quiere quitar el dólar y volver a tiempos del sucre cuando las cosas subían de precio cada semana. Y con estas preocupaciones se va la tendera, el lechero, el agricultor y el finquero a dormir. ¿Y ahora que hacemos? los atuneros están marchándose para Perú, los floricultores para Colombia, los que pueden están sacando la plata del país, los constructores están frenando proyectos. Y con estas reflexiones se despiertan por la mañana miles de pequeños y grandes productores. Al medio día a "afilar el lápiz", hacer cuentas y buscar alternativas. Los productores cercanos a Colombia van a vender sus productos a la frontera mas la mayoría no puede hacerlo por el costo del transporte. Los insumos están caros, el gas es escaso , los préstamos son escasos y acceder al 555 parece que es solo para los partidarios del gobierno, la úrea importada de Venezuela es de pésima calidad barata eso sí. No queda de otra que tratar de blindarse hacia el futuro elevando algunos centavos al producto, en parte porque los insumos son caros, en parte porque muchos han tenido malas cosechas por los temporales, en parte porque la producción es escasa con menos manos para cultivar el campo pues muchos han marchado a los capitalistas EEUU, España o Italia.
La competencia en precios llega a su límite hacia la baja y ahora empieza a trepar al alza, el efecto no pasa desapercibido al intermediario que enterándose del movimiento de precios prevee que los productos están escasos y en el futuro cercano habrá menos fletes y más anaqueles vacíos en las bodegas, tienen que subir el precio necesariamente. El producto finalmente llega a tiendas, mercados y cadenas con otros precios, así que el vendedor al consumidor final tiene que reflejar estas alzas en las etiquetas o explicarle a la caserita que el precio está alto.
Desde hace 6 años y gracias a la dolarización los precios no han hecho sino bajar sufriendo breves alzas estacionales, la inflación finalmente llegó a un dígito y con tendencia a disminuir. Los precios resistieron la caída de Lucio Gutierrez y las torpezas de Alfredo Palacio, los precios resistieron el elevado riesgo país a inicios de año, pero todo tiene su límite.
Seis meses de caos político, de ilegalidades cometidas por ejecutivo, legislativo y TSE, de corrupción y especulación de deuda, de enfrentamientos estériles y de demagogia socialista están pasando la factura. La Asamblea Constituyente que cada vez se la ve como peligro mas que como esperanza eriza el pelo a mucha gente. El futuro es incierto y se percibe mucho riesgo, el 2007 ya es un año perdido en inversiones que no se hicieron y empleos que no se crearon, todo por la falta de políticas claras, por la amenaza de implantar el socialismo que todo depreda y todo destruye y por cerrar el país al comercio y a la integración financiera.
Los socialistas, los autores de este caos, se sirven siempre del odio que es una pasión facil de desatar y que no necesita razonamiento ni reflexión, así que han tratado de incentivar y enfocar el odio a otros para salvar el pellejo. Han señalado culpables de la inflación a las cámaras de la producción, a los "pelucones", a los medios de comunicación, como si fuese posible poner de acuerdo a 200 mil voluntades para elevar artificialmente los precios, como si fuese posible convencer a miles de productores de arruinar su propio negocio para quitarse de encima a Correa, como si miles de finqueros, intermediarios y transportistas fuesen obedientes a supuestos dictados de las cámaras de la producción.
En el Chile de Allende pasó exactamente lo mismo, la expropiación de empresas y de haciendas produjo escasez de productos y que los precios treparan en parte por la falta de oferta, en parte por el fraude monetario, en parte porque no hay incentivo para producir si le van a confiscar su medio de subsistencia. Pero los socialistas que además de ladrones son mentirosos le echaron la culpa a la oposición de la escasez y de la inflación. Acá el proceso está empezando y Rafael Correa ha intentado en vano echarle la culpa a la oposición de sus propios errores. No ha faltado claro, el periodista que se ha hecho eco de la versión oficial, sin dar pruebas por supuesto e intentando salvar los muebles buscando distancia del tirano a quien ayudó a llegar al poder.
Como corolario se amenaza con control de precios lo que encarecerá los productos lejos de hacerlos accesibles. El control de precios fomentará el mercado negro a precios mas altos, fomentará la salida de productos hacia las fronteras y que los productos desaparezcan de los estantes regulados por las intendencias. Vender arroz a precio de mercado será delito, y verdadero acto de conspiración comprar nabos fuera de un establecimiento, comprar harina y enlatados para blindarse todo el año sería "delito de acaparamiento" y por tanto acto penado. "Delitos económicos" se llama a esto en Cuba o en la extinta Unión Soviética, cuantos padres de familia fueron deportados a Siberia por cometer el crímen de vender a precios no oficiales o almacenar granos para el futuro.
Esta es la naturaleza del socialismo: robar y mentir, perpetrar y esconder la mano, lanzar la piedra y echarle la culpa al de al lado, encarcelar y deportar, asesinar y confiscar, amenazar y coartar libertades. El socialismo no es otra cosa.
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