Brillante artículo de Francisco Rosales en Diario Hoy que explica el fenómeno de subida de precios del gas y de paso por qué la guerra contra las drogas está perdida.
Especuladores
Por Francisco Rosales Ramos
En lo que va del presente año se han producido al menos tres fenómenos de especulación con el gas de uso doméstico que han exacerbado a los consumidores pues han debido andar de Herodes a Pilatos en busca de un cilindro, o resolverse a pagar precios más altos que el oficial.
El fenómeno especulativo inclusive ha afectado la popularidad o credibilidad del Gobierno, en las cuales el presidente Correa pone tanto énfasis.
Lo singular de este fenómeno especulativo es que el causante ha sido el propio Estado, que a través de Petrocomercial determina el volumen de gas que se coloca en el mercado. Así, mientras el año pasado se entregó un promedio de 2 500 toneladas por día, a partir de enero se bajó a 2 460 con el propósito de que “se racionalice la demanda”. Nadie sabe qué es la racionalización, pero suena moderno y técnico.
La propia Petrocomercial sostiene que el GLP experimenta un crecimiento de la demanda de aproximadamente el 6% anual. Por lo tanto, si se aplica esa tasa al promedio de 2006, en el presente año se deberían haber despachado cuando menos 2 650 toneladas por día, pero lejos de ello se contrajo la oferta por decisión del monopolio estatal.
Cuando en junio pasado se produjo el tercer episodio de escasez, el Gobierno enfrentó una creciente ola de descontento. Correa habría llamado por teléfono al presidente de Petroecuador, Carlos Pareja, quien coincidencialmente se encontraba reunido con los envasadores y le ordenó que despache el volumen de gas que fuese necesario, pero que no quería volver a saber de reclamos por falta de gas. A partir de esa orden, Petrocomercial ha entregado al mercado 2 860 toneladas por día, con lo cual desapareció la escasez. No importa que esa medida aumente el subsidio a cargo del Estado, ni que se favorezca el contrabando por las fronteras norte y sur, ni que prolifere el uso indebido en taxis, industrias y piscinas.
Hay que ganar las elecciones del 30 de septiembre y existen recursos públicos suficientes.
Y, por favor, que no se subestime a la ciudadanía. La aprobación de la llamada Ley de Soberanía Hidrocarburífera no acabará con el contrabando de combustibles subsidiados. Si el endurecimiento de penas fuese suficiente para eliminar los actos delictivos, ya se habría terminado con el tráfico de drogas. Cuando el incentivo económico es muy grande, como en las drogas, el GLP y el diésel, siempre habrá quien se arriesgue a las sanciones a cambio de la paga.
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