En los últimos días se ha comenzado a sentir un fenómeno que, hasta hace poco, parecía impensable. El populismo nacionalista de izquierda empieza a perder su encanto. En Bolivia, empiezan a preguntarse por qué su nuevo presidente -que llegó al poder con un discurso nacionalista de respeto a la soberanía por sobre la vida y la muerte- parece estar entregándose en cuerpo y alma a Hugo Chávez. Es irónico que un “soberano” vaya acompañado de asesores venezolanos para negociar los intereses nacionales con empresas locales y extranjeras, que utilice un avión venezolano para viajes oficiales y que lo llame a Chávez cariñosamente “el Padrino de Bolivia”. ¿Será que por soberanía se debe entender únicamente lo pro Chávez y anti-Bush?Los líderes del Brasil y España, que inicialmente respaldaron a Evo Morales en su campaña y primeros días de gobierno, vieron atónitos como su hombre nacionalizó agresiva y unilateralmente activos de empresas brasileñas y españolas. Ahora, enfrentados al alto costo que las medidas populistas y nacionalistas de Morales implican para sus países, empiezan a presionar al Gobierno de La Paz. No resultó tan encantador el nacionalista boliviano.
En el Perú y México, la asociación de Humala y López-Obrador con Chávez ha causado que pierdan preferencia de voto en las próximas elecciones presidenciales. El Perú ha retirado su embajador en Venezuela acusando a Chávez de una grave interferencia en el proceso electoral. Por su parte, México y Nicaragua han expresado su descontento por la influencia ilegítima de Chávez y su populismo zurdo en los procesos democráticos de sus países.
Un dato revelador: según la prensa internacional, el nivel de aceptación de Chávez en América Latina -quien personifica el populismo nacionalista de izquierda- es de apenas 17%. Hasta en el Ecuador hemos sentido un cambio repentino en el ambiente. Hace pocos días cualquiera que no clamaba por la caducidad del contrato de la Oxy prácticamente estaba vendiendo la patria.
Declarada la caducidad y entregados a la burocracia de Petroecuador, muchos se preguntan, ¿y ahora? Con la firma del TLC cada vez más lejana, muchos empresarios empiezan a ver los altos costos que tendrán que pagar y muchos empleados empiezan a sentir la probabilidad de perder su puesto. Y nos preguntamos ¿y ahora? Por otro lado en Colombia, el candidato pro libre comercio y libre empresa y firmemente antigrupos extremistas de izquierda -es decir todo lo que no es Chávez y su populismo nacionalista- ha sido reelegido con el 62% de los votos; un amplio reconocimiento a su gestión y políticas de derecha.
El discurso sonoro y vacío de la izquierda irresponsable pierde terreno.
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