Opinión: Cleptocracia es institucionalización de la corrupción

Sobre la institucionalización de la corrupción, la corrupción empieza por la mente de las personas pero florece en sistemas que la permiten. Esto es, que la función del gobierno se ha corrompido cuando el gobierno se desentiende sus únicas funciones de protección física y jurídica de sus ciudadanos e interviene en asuntos que deberían ser propiedad exclusiva de las personas.

Corrupción ocurre por ejemplo cuando el gobierno no defiende el derecho a la propiedad y mas bien agrede este derecho con impuestos excesivos, expropiación/confiscación de propiedad, gasto público, fijación gubernamental de precios/matrículas/tasas de interés, reglamentación de cupos de producción/comercio/transporte, monopolización/devaluación de la moneda, endeudamiento de sus ciudadanos mediante endeudamiento fiscal (futuros impuestos), creación de barreras comerciales arancelarias y no arancelarias o regulación de cualquier tipo de negocio, profesión u ocupación.

Corrupción ocurre cuando el gobierno violenta la libertad de los ciudadanos impidiéndole ejercer profesiones salvo con licencia o título, regula el funcionamiento de negocios/comercios/servicios/industrias, reglamenta los contenidos/horarios/costos/requisitos/principios de los establecimientos educativos o de otra índole, cuando impide que los ciudadanos emprendan ciertos negocios o comercien con ciertos artículos.

Corrupción ocurre cuando el gobierno violenta la vida de los ciudadanos, es decir cuando ha violentado los derechos de propiedad y libertad mencionados y cuando finalmente el gobierno violenta la existencia misma de los ciudadanos mediante guerra injusta o creación de miseria (leer de nuevo los dos párrafos anteriores).Clientelismo, nepotismo, peculado, burocracia, confiscación de empresas o renegociación forzada de contratos petroleros son solo los males específicos o coyunturales que florecen cuando el gobierno olvida sus funciones y se entromete en asuntos que no son de su competencia.

La corrupción en la esfera privada se combate muy eficazmente con múltiples mecanismos internos nacidos precisamente por el interés de gerentes y propietarios de mantener ganancias y reducir pérdidas por mal uso de recursos. Mas esto no es posible en la función pública porque la propiedad no es de el gerente o propietario sino "de todos" y lo que es de todos...es de nadie, sin dueño a la vista el funcionario con mas poder e influencia hará de su cargo su coto de privilegios.

Queda a criterio del lector definir si nuestros actuales representantes son o no cleptócratas por acción u omisión y además, si vivimos realmente en una cleptocracia.