En realidad los precios estarían bajado si no existiesen programas sociales como el bono de la pobreza. La razón es muy simple: los subsidios consumen dinero de las personas de las cuales se toma el dinero vía impuestos, de no ser así ese dinero estaría siendo ahorrado y destinado por los bancos a créditos productivos creando empleos y disminuyendo la pobreza en un mercado abierto y desregulado. Pero no, el dinero es tomado a la fuerza por el Estado y redistribuido a quien no lo merece mediante subsidios. Los beneficiarios de los subsidios destinan el dinero al consumo y raras veces a la producción, lo que incrementa la demanda pero no mejora la oferta en un país que mantiene mercados cerrados, demasiadas regulaciones e impuestos.
Sobre las ferias "libres" que organiza el gobierno, son un verdadero chiste, la fórmula se experimentó durante el gobierno de Rodrigo Borja y fracasó como todo lo que hace el Estado. El dinero gastado en organizar las ferias es mayor que los supuestos beneficios y es dinero que le perteneció a los ciudadanos que lo malgasta los funcionarios organizadores de ferias-fracaso. Las ferias libres funcionan sólo los fines de semana, entregan productos de baja calidad y encarecen y complican la producción, mientras que el mercado funciona todos los días se nutre de un sistema de precios y destina mejor los recursos que cualquier planificador central.
Y es que si se quiere eliminar al intermediario estamos fregados ya que el productor tiene que ir con sus productos al lugar de venta o los consumidores deben ir a donde el productor, y usualmente ocurre lo primero, distrayendo al productor de su labor y distrayendo recursos que se aprovecharían mejor en las labores centrales del propietario. El chiste de ir al mercado con la camioneta de la hacienda y con los trabajadores a vender la producción a un mal precio resulta costoso y el productor sólo puede hacer estos menesteres por poco tiempo o quebrará, incluso las grandes compañías agroindustriales que pueden invertir mucho dinero, prefieren tercerizar el transporte, almacenaje y venta en lugar de mantener flotas de transporte, nóminas e instalaciones.
En otras ocasiones sucede que los productos vendidos son los que están a punto de perderse y su valor en el mercado es bajo, haciendo que ir a venderlos directamente incluso pueda ser rentable, pero el que existan productos en mal estado o a punto de dañarse, es un escenario puntual que no siempre acontece, tampoco les acontece a todos los productores y tampoco es una situación deseable para los productores. Además la calidad del producto en ciertos casos podría ser perjudicial para la salud de los ciudadanos, lo que a su vez empobrece a las personas pues además de alimentos ahora tendrá que gastar en medicina que usualmente no sería necesaria.
Lo que debe hacerse para mantener precios adecuados para productores y consumidores, es que se eliminen las trabas al comercio, que se reduzcan los aranceles e impuestos los cuales afectan el comercio y la industria, que se desregule el sistema financiero para darle estabilidad, competitividad y el crédito sea accesible para los productores, que exista un respeto absoluto por la propiedad privada tanto en la ley como en la práctica, que los precios sean los que se generen en el mercado y no los que imponga un gobierno verticalmente, que las regulaciones desaparezcan porque éstas caotizan la producción, que el mercado laboral se flexibilice para que las empresas puedan contratar más empleados y en el mediano plazo eso redunde en una competencia salarial al alza.
Las soluciones están allí, pero dudo yo que el gobierno y la asamblea tengan la inteligencia y formación suficientes para acometer estas medidas
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