Thursday, October 18, 2007

Rafael Correa el falangista

En realidad Rafael Correa coincide con muchas de las ideologías totalitarias de diversa vertiente, en Correa, su partido e ideario pueden encontrarse desde la lucha de clases de Marx, el fascismo nacionalista y hasta el fascismo católico de Franco, pasando obviamente por el socialismo ambientalista, teología de la liberación, el anticapitalismo altermundista y toda serie de vericuetos ideológicos.

Wikipedia: Ideología del falangismo
  • La ideología de Falange es el nacionalsindicalismo, un concepto basado en una interpretación del sindicalismo revolucionario, con componentes tomados del catolicismo. Aunque con más que amplias similitudes con el fascismo, en principio a diferencia de este, que perseguía un ideal imperialista, José Antonio pretendía una unidad de destino en lo universal (una idea que había sido enunciada con un sentido diferente, aunque no opuesto, por José Ortega y Gasset) como expresión de una comunidad de intereses y hermandad con las
    naciones hispanoamericanas.
    Esta idea espiritual de la patria serviría para superar la disgregación social que, a su juicio, el individualismo liberal y capitalista había sembrado en la sociedad europea de entonces y, en particular, en España.

    A modo de resumen, se puede condensar la ideología falangista en los puntos siguientes:
  • Creación de un Estado Sindical en el que la lucha de clases sería superada por el Sindicato Vertical, que juntaría en un mismo organismo a patronos y trabajadores organizados por ramas de la producción. Era un intento de entroncar con la tradición gremial medieval que todavía permanecía vigente en España. En todo caso la propiedad de los medios de producción se sindicaliza, siendo administrada de forma autogestionaria.
  • Nacionalización de la banca y reforma agraria manteniendo el respeto a la propiedad privada, pero sometida a los intereses de la comunidad (Patria, pan y justicia era el lema falangista en lo económico y lo social).
  • Las unidades fundamentales de la organización social son aquellas a las que se pertenece de manera natural. Este es el caso de la familia, el municipio o el sindicato. Esta idea se reduce a la primacía de las relaciones comunitarias sobre las de asociación. Esta sería la definición del Comunitarismo falangista frente al Comunismo marxista.
  • Catolicismo romano, pero sin admitir injerencias de la Iglesia. El estado debía ser laico.
  • Orgullo de la historia del Imperio Español, en especial del período de España regido por los Reyes Católicos que inauguraron el, para los falangistas, período de grandeza imperial de España.
  • El anticomunismo, anticapitalismo y aversión por el liberalismo se resumían en la expresión: Ni capitalismo, ni comunismo, sino nacionalsindicalismo. Se expresaba así un deseo de superar el enfrentamiento entre ambas tendencias consideradas perversas e injustas por los falangistas. El nacional-sindicalismo sería así la otra orilla de la dialéctica entre capitalismo y comunismo. Los falangistas se veían a sí mismos como unos adelantados en el devenir histórico superador del caos de ese enfrentamiento. También critican el corporativismo fascista —al que José Antonio define como «buñuelo de viento»— porque no acaba con las relaciones de producción capitalistas.
  • Es un partido que acaba definiéndose como republicano al considerar que la monarquía ha cumplido hace tiempo su papel histórico en España. Así lo prueban al manifestarse en Madrid (7 de octubre) con banderas republicanas y una pancarta con el lema «Viva la unidad de España», en apoyo del gobierno derechista republicano frente a la Revolución de 1934[1] . En particular, Ramiro Ledesma Ramos se manifestó como un antimonárquico convencido.
El Federalista: al final del día sólo existen dos puntos: el colectivista y el individualista y toda una gama de intermedios. Pero siendo el ser humano por naturaleza individual y viviendo en sociedad, lo que se adecúa a su naturaleza es un sistema que respete esa individualidad y garantice que las relaciones entre individuos sean sanas. El liberalismo no es antisocial por el contrario promueve una sociedad donde las relaciones se realicen sin el inicio de la agresión y por ende donde se respete el derecho de cada persona, entendiéndose como agresión los atentados contra la persona contra su integridad, su libertad y propiedad a manos de particulares u organizaciones (incluído el Estado).

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