Resentimientos incurables

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Sin duda, Rafael Correa tiene resentimientos sociales inmensos, probablemente desde su niñez y juventud, en contra de Guayaquil, los ricos Pelucones y todo lo que representa el poder constituido de la ciudad, representado por su alcalde Jaime Nebot a quien odia y admira.

Las razones para tanta agresion contra su ciudad natal, pueden estar entre las siguientes:

Cuando era muy niño, su padre no tenia trabajo en Guayaquil y tuvo que irse de mula con drogas a USA, fue capturado y estuvo allá preso tres años. Cuando regreso a Guayaquil, tampoco pudo conseguir trabajo, razón aparente entre otras, por lo que decidió quitarse la vida. Su madre emigró a USA, por razones personales y lo dejó al cuidado de su hermano mayor Fabricio y de la comadre Meche, venerable anciana quien lo cuido de niño.

Sus estudios en el colegio San José y después en la Universidad Católica, aumentaron sus frustraciones, al rodearse con sus limitaciones economicas, de compañeros pudientes, por lo que decidió refugiarse en los Boys Scouts, grupo mas de campamentos y caminatas que de fiestas de sociedad.

Cuando regresó a Guayaquil, al terminar sus postgrados en el exterior, no consiguió trabajo y tuvo que emigrar como Profesor a la Universidad San Francisco de Quito, por aproximadamente 12 años, a quienes demandó por no aceptarlo, después de su breve paso como Ministro de Economía del ex presidente Alfredo Palacio.

Correa tiene grandes razones para ser un Psicópata Social, enfermedad lamentablemente incurable, nunca trataríamos este doloroso tema públicamente a menos que sea de tal importancia, para que todos entendamos el peligro de ser gobernados por alguien así.
Su aberración de juventud contra Guayaquil es intensa y no descansará ahora que se siente poderoso como presidente, hasta eliminar a los pelucones de Guayaquil y a su alcalde Jaime Nebot, contra quien ha desatado todo su odio reprimido por años y será el target de sus ilimitados ataques.

Para cumplir con su psicopatía, se escuda en las constantes campañas llenas de intensa actividad, donde sonríe, habla, besa y saluda a quien se le cruce en el camino, rodeado siempre de un sequito de militares y civiles adulones, que necesita para mantener satisfecho su ego.

Cada día se vuelve mas político, cínico y peligroso, no tiene ningún escrúpulo, para; defender a delincuentes como Ricardo Patiño y Fausto Ortiz, mentir como en el caso de la muerte de Guadalupe Larriva, cuando juro ante su tumba castigar a culpables sea quien sea y hoy protege por conveniencia a su obediente cúpula militar, decir que prohibiría la pesca de tiburones para no complacer con sopa de aletas de tiburón a unos chinos de Hong Kong y luego aprobar por decreto la pesca incidental de los mismos y legalizar la exportación de sus aletas, tampoco se abstiene de usar a niños frecuentemente en sus campañas políticas, no le importa si están vivos o muertos, aprovecha inescrupulosamente los momentos de muerte y dolor del pueblo pobre en Guayaquil, pasando de la tragedia a la alegría al rodearse de inmediato y sonriente de niños en Carondelet.

Correa es extremadamente peligroso para todos, nadie debe subestimarlo, peor el alcalde Nebot, a quien nunca parará de atacarlo y lo destrozaría si pudiera, especialmente después de que como primer mandatario no pudo pasar con los transportes interprovinciales por el puente, a pesar de haberlo ordenado.

Es lamentable que su locura nos conduce hacia un comunismo de extrema izquierda, aventura política que no ha funcionado en ningún lado, perdiéndose otra vez una buena oportunidad de avanzar, deteriorándose aun mas nuestra calidad de vida, también es lamentable el apoyo de elementos como su Secretario General de la Administración, Vinicio Alvarado, quien ayuda a Correa solo por negocios y dinero y a quien en su debido momento se deberá castigar severamente por aprovechar concientemente su cuarto de hora junto al poder, para enriquecerse cínicamente a costa de ayudar intelectualmente a la destrucción del país.

Correa, tampoco cuenta con expertos y honestos colaboradores, se rodeo de ineptos y deshonestos funcionarios, que lo inducen a mas burocracia y nichos de poder, con la creación de nueve Ministerios y lo peor decretar innumerables emergencias nacionales en todos los ámbitos de la administración, para poder contratar sin licitación publica, dando rienda suelta a la corrupción.

En solo siete meses de gobierno, hemos entrado a una recesion económica, con índices preocupantes de inflación en los productos de la canasta básica, con un mayor déficit presupuestal de lo estimado y sin crecimiento económico, lo que afecta la permanencia del dólar, que nos causa aun mayor incertidumbre.

Lo anterior incrementado por su personalidad agresiva y su desgobierno, aumenta la desconfianza entre empresarios, comerciantes, industriales, banqueros e inversionistas, quienes prefieren poner a buen recaudo sus bienes monetarios, antes que invertir en planes y proyectos de desarrollo, con la consecuente perdida de fuentes de trabajo, que siempre afecta a los mas pobres y a la clase media, a quienes solo les alcanzará la repartición de la miseria del Comunismo tipo Chavista del siglo 21.

Que mala suerte la nuestra, otra vez nos toco un loco de presidente, pero en este caso, no podemos seguir tolerando sus lamentables afecciones personales, ni tampoco podemos permitir que por sus resentimientos nos destruya como país, tenemos que en este momento histórico de crisis nacional, experimentar con Lenin Moreno en el poder y rogar a Dios no sea otro incapacitado mental.

Invito a los Congresistas y a todos los ecuatorianos a reflexionar seria y profundamente sobre este tema y entender que Correa no esta capacitado para gobernarnos, es lamentablemente un hombre enfermo, es obligación de todos salvar la Democracia y no perder otra década de retrazo.
A los Guayaquileños les advierto que debemos prepararnos para defender nuestra ciudad, Correa no parará de agredirnos, usara todo lo que este a su alcance, no puede parar, es parte de su psiquis, muy pronto llegara el momento de demostrar que realmente somos madera de guerreros.