El camarón ecuatoriano ingresará al mercado estadounidense sin aranceles los cual fue considerado como un éxito diplomático por la cancillería que recibió con satisfacción el fallo de la Organización Mundial del Comercio respecto a una controversia que mantenían Ecuador y Estados Unidos.
El gobierno de los Estados Unidos ha revocado la medida antidumping del camarón procedente del Ecuador y a partir del próximo mes de agosto este producto ingresará sin aranceles al mercado estadounidense, informó un comunicado de la cancillería.
El Federalista: de pronto la actual cancillería socialista se convirtió en paladín del libre comercio, pues según el comunicado de la cancillería ha sido un "Exito diplomático" el fallo de la OMC que permitiría que el camarón ecuatoriano ingrese sin aranceles a EEUU.
Este gobierno mediocre se roba hasta el mérito ajeno, porque si hacemos memoria el conflicto viene desde el 2004 y desde allí hasta la fecha los camaroneros tuvieron que desembolsar mucho de los 2 millones de dólares en servicios legales para demandar a EEUU. La Cancillería y el sector camaronero se unieron en la gestión de la demanda en el año 2006, en junio para ser exactos, durante el gobierno de Alfredo Palacio, mas o menos cuando "su majestad" Rafael Correa, Alberto Acosta y otros bacalaos despotricaban contra el libre comercio calificándolo como "bobo aperturismo", si si por esas fechas cuando los matones del MPD andaban atareadísimos lanzando piedras y obstaculizando el tránsito a propósito de las negociaciones del TLC ...ahora andan dedicados a garrotear opositores y amenazar gente.
Cuanta prepotencia, cuanta arrogancia... hasta del mérito ajeno quiere lucrar este gobierno mediocre, ya querrán ahora estos politiqueros comprarse los votos de los camaroneros.
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Nota del 31 de julio: El 10 de julio publiqué esta aclaración a una respuesta que tú hiciste en tu bitácora de Somos Democracia (www.somosdemocracia.org/dayalaec)a los comentarios míos y de J. H. Zavala (que parece que has abandonado: no publicas allí nada desde el 5 de julio) que hacen relación a mi editorial en Diario El Universo del 23 de junio titulada ¿Libertarios? que también comentaste en este bitácora. Te escribo ahora, pues ni tú, ni Carpio ni tú, ni ningún otro libertario me ha dado una respuesta que valga la pena a mi editorial y tengo la impresión de que el llamado Movimiento Libertario huye del eventual debate esa opción es más sencilla que afrontarlo. Como en esta bitácora si escribes a menudo, ojalá que (salvando el tiempo transcurrido, pero sucede que nunca tuve respuesta) publiques este comentario y debatas su contenido (aclaro nuevamente: tu posición personal me parece franca y respetable: libertaria. Lo propio no puedo predicar del grupo al que tú perteneces que creo que se apropian del nombre Libertario sin merecerlo). A continuación publico el comentario del 10 de julio:
“El director del Movimiento Libertario capítulo Quito es Juan Fernando Carpio y ya me respondió, precisamente, el mismo día 23 de junio en que tú lo hiciste. Su respuesta se publicó en las Cartas al Director del Diario El Universo del 5 de julio, la estimo paupérrima y le formulé en dos correos electrónicos (del 25 de junio y del 2 de julio) las siguientes observaciones:
Comunicación del lunes 25 de junio
“[… d]eseo formularte unas observaciones. Como tú comprenderás, el propósito de mi editorial era criticar la ausencia de propuestas en materias que conciernen al ideario de los libertarios, que se refieren a libertades individuales de índole no económica. El único argumento que recibo en tu atenta comunicación a este respecto es que no es “oportuno involucrase en todos los temas coyunturales a la vez”. Con total franqueza te digo, me parece una defensa pobre, porque la posibilidad de expresar opiniones en torno a estos tópicos, cuando menos en la ciberpágina libertaria, no es en absoluto difícil o inoportuna: la expresión de ideas en torno a la eutanasia, el matrimonio homosexual, el derecho a abortar o la legalización de las drogas (que, entiendo, a los libertarians son temas que les preocupan y sobre los cuales escriben a menudo) no demanda tanto tiempo ni esfuerzo como para no mencionarlos siquiera en la ciberpágina de su movimiento. Solo hace falta voluntad. Si no lo hacen, no me parece que sea por una cuestión de falta de oportunidad: dicho sea con respeto, sería, o bien, porque no creen en esos postulados (en cuyo caso no deberían llamarse libertarios, porque no se corresponden con el credo de este movimiento) o porque no tienen el valor de asumir esos postulados (en cuyo caso no merecen llamarse libertarios, porque la asunción de un nombre comporta el compromiso de defender su ideología en todo momento y circunstancia). Quisiera creer, Juan Fernando, que no se trata de ninguna de las dos opciones y ojalá sea, como tú dices, una cuestión de coyuntura. En cuyo caso, les sugiero a los libertarios que (y más aún tomando en cuenta la facilidad para exponerlo en su ciberpágina) reparen esa omisión de inmediato para que aquello que tú me dices no se constituya en una mera excusa de ocasión.
Por lo demás, Juan Fernando, recuerdo que en una ocasión te entrevisté en mi programa de radio Juguete Rabioso (puede que te acuerdes porque pusimos la canción Money de Pink Floyd) y tuve la impresión de que eras una persona de trato afable, coherencia y de madura sensatez. Solo me restaría esperar que, en atención a estos últimos atributos y en razón de la naturaleza, entiendo transitoria y fácilmente reparable, del argumento que me ofreces, el Movimiento Libertario al cual representas actúe en consecuencia y formule la defensa de estos postulados de libertad que le hagan justicia a su nombre”.
Comunicación del lunes 2 de julio
“Me agradaría recibir una contestación a mi anterior comunicación. Te hago una observación sobre tu correo electrónico que me agradaría que me la aclares. Tu ejemplo se refiere a la educación sexual, dice textual “es sabido que en Buenos Aires el socialismo logró colocar textos escolares que hasta en Europa fueron rechazados y que enseñaban prácticas de altísimo nivel de polémica a jóvenes mentes en formación, y que la respuesta conservadora fue buscar toda clase de educación sexual, cosa que tal vez siempre quisieron para empezar. Bueno, en una polémica en que otros definieron los términos, a veces es mejor dejar que dos males se anulen, a tener que elegir uno entre ambos”. No me parece un ejemplo claro (empezar con una generalización, “es sabido”; no mencionar el contenido de los textos, ni definir cuál es este “altísimo nivel de polémica” al que hace referencia) pero sobre todo, me parece que adolece de una falta de argumentación de por qué eventualmente la educación sexual es un mal, el aborto es un mal, la eutanasia es un mal, el matrimonio homosexual es un mal u otras expresiones de la libertad individual deben estimarse como “males”. Al respecto, tú solo pareces dar por sentado que esto es así y no argumentas de qué manera estos pretensos males pueden constituir una excepción al principio libertario de que la libertad individual es el valor fundamental que debe subyacer a todas las relaciones sociales, intercambios económicos y sistema político. De verdad, me gustaría escucharlo y te hago expresión de mi interés en debatirlo”.
Carpio no me ha contestado ninguno de estos correos electrónicos. Ojalá que tu incentivo lo anime a debatir el ideario libertario del Movimiento local. Con relación a tu respuesta, te formulo las siguientes observaciones:
1) Coincido en que todo aspecto humano puede valorarse de manera económica; solo deseo aclarar (aunque tú no lo hayas afirmado así expresamente) que esta posibilidad, por supuesto, no convierte a esas valoraciones económicas en el único elemento para entender lo deseable para una sociedad. Lo social, cultural y político influyen en lo económico y viceversa y todos esos elementos son útiles para realizar este tipo de análisis.
2) Coincido y saludo la aclaración acerca de que ser libertario implica el derecho de una persona a decidir y no implica una imposición de esa libertad (cosa, como es evidente, contradictoria en sus términos). Pero la aclaración es saludable porque los mismos que creen que su ideario (católico en particular, fanático en general) debe imponerse a todos, sean de su grey o no, suelen entender que una posición que promueva la libertad de elegir en temas como el aborto, el matrimonio homosexual, el uso de drogas, la eutanasia, etc., se traduce en una imposición hacia ellos que, pobrecitos, en circunstancias tales se verían compelidos a actuar en contra de su voluntad. Es evidente que no es así: a mí, como quisiera entender que a ti tampoco, te molestaría que un católico prácticamente decida no optar por algunos de los temas señalados: es una decisión absolutamente respetable, tanto como la de otra persona que sí decida hacerlo. Lo que ambos deseamos (ojalá no me equivoque) es una sociedad que permita esa posibilidad de decidir, tanto del católico practicante como de quienes no lo son y desean actuar de manera distinta.
3) Tu defensa de la actitud incoherente del Movimiento Libertario me parece paupérrima. Decir que el Movimiento Libertario “no ha expresado la totalidad de las ideas que defiende es porque hay un mayoritario consenso entre los ecuatorianos sobre las libertades personales” es un pésimo argumento para defenderlo. El ideario libertario, tú lo has dicho, se fundamenta “en la premisa fundamental de no-agresión” y que exista un supuesto consenso para que esta premisa no se respete en una determinada sociedad en materia de libertades individuales no económicas, como las referidas en el punto 2, no me parece fundamento válido para no defenderlas en público. Suponer que así fuera, haría que los idearios de los partidos o movimientos dependan de que exista un consenso favorable para su defensa (la sola idea convertiría a ese partido o movimiento en una sociedad patética o Sociedad Patriótica). Las ideas, si forman parte de un credo, se defienden con argumentos y valor, así sean contramayoritarias e, incluso, me atrevo a decir, con mayor razón porque lo sean (en una sociedad como la nuestra, de pensamiento casi nada ilustrado, mucho más aún). También afirmas que los momentos que vive el país hacen que los libertarios pongan “más énfasis en defender las libertades económicas”, lo cual es falso, porque los libertarios nunca las han defendido: en la ciberpágina del Movimiento Libertario hay varias referencias al Gobierno del Sr. Palacio (una definición burocrática de la modorra) cuando las circunstancias eran propicias (o, para seguir tu argumento, mucho más propicias que las actuales) para difundir este aspecto vital del ideario libertario y nunca lo hicieron. Que al final digas que “escoger las batallas frente a la coyuntura de ninguna manera es incoherencia” es una frase absurda, porque como argumenté en una anterior entrada y bien apunta J. H. Zavala, “no es ninguna campaña mediática que deban priorizar según la coyuntura” sino “un mínimo ejercicio de transparencia ideológica”, que se traduce, para decirlo en pocas palabras y en estos tiempos de ciberpáginas y ciberbitácoras, en quince minutos de coherencia ideológica frente al monitor.
Por lo demás, tu posición personal me parece respetable. La que no me lo parece, insisto, por sus silencios y sus incoherencias, es la del Movimiento al que te perteneces. Ojalá rectifiquen, para que merezcan diferenciarse de la mediocridad del resto de actores políticos de este país y enriquecer el debate, que tanta falta hace”.
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