Por Danny Ayala Hinojosa
Hace un mes culminó en Quito La V Conferencia Espacial de las Américas con el establecimiento de las bases para constituir un organismo regional latinoamericano sobre el espacio, según el vocero ecuatoriano Stacey "se ha dado un paso muy importante. Hemos allanado ya el camino para que los miembros de la Conferencia se convenzan de la necesidad, primero, de fortalecer las instituciones nacionales en los países que todavía no cuentan con una agencia o comisión espacial".
Según Carlos Fraino representante de Venezuela dijo que este tipo de Conferencias "deben hacerse mucho más dinámicas y mucho más participativas para los estados, porque al fin y al cabo es una organización de estados".
Un supesto experto en el tema, el colombiano Ernesto Rodríguez consideró que podría haberse conseguido mejores resultados de la conferencia, Rodríguez expuso el tema "Nuestro derecho al espacio" en el que comentó que "Aquí se ha planteado que la tecnología ha logrado un apabullante progreso, pero ha sido muy enana la realización en el campo moral, porque no hay ética, se está comercializando, privatizando, el espacio se está volviendo un negocio de los poderosos", anotó. Para Rodríguez "ha habido una gran eficiencia en la conquista espacial en el campo tecnológico y una gran deficiencia en la equidad del uso de recursos, aplicaciones y beneficios".
En realidad estoy de acuerdo con que existe una deficiencia en ética, pues es un gran despropósito tal portento llamado "Nuestro derecho al espacio". Al parecer al burocratismo y resentimiento social les han pegado cohetes Saturno V. Gentes que jamás habrán creado el mas simple de los componentes de una nave, se han envalentonado, inflado el pecho y despotricado contra el egoísmo de las potencias espaciales. Digo falta de ética porque destinar recursos de los habitantes de un país para financiar las veleidades de políticos y "expertos" espaciales es falta de respeto por el bien ajeno, porque estos proyectos le costarán a los países de la región importantes sumas que serán pagadas con los impuestos de todos. Alguien podría argumentar que esto mismo hacen la NASA, la Agencia Espacial Europea y las agencias espaciales "de bandera" de varios países y regiones. Mi respuesta es, porque una injusticia es cometida en otros lados ¿debemos cometerla en nuestras tierras?
El argumento de vuelta puede consistir en que la exploración espacial americana, europea y aún la soviética lograron beneficios en productos industriales para el consumo. Indudablemente, pero esos eran otros tiempos, existía el peligro real de un conflicto nuclear con la URSS, hoy extinta. El escenario de un conflicto bélico a gran escala estimuló la investigación militar y derivados civiles de tales iniciativas, pero hoy en día ya no es dable que sigamos neciamente gastando recursos nacionales en proyectos armamentistas y en las investigaciones científicas que los respaldan.
De hecho son muchos mas los productos inventados para satisfacer necesidades humanas que los ideados para la destrucción de vidas, productos que fueron creados precisamente por inventores y financistas que tenían en mente el beneficio propio, ¿egoísmo? no, sentido común. Barcos de vapor, motores diesel, biplanos, energía eléctrica, cámaras fotográficas, etc. fueron posibles gracias al afán de lucro de sus inventores o de quienes compraron las patentes para hacer de curiosidades científicas aplicaciones útiles intercambiables por dinero.
El espacio no solo puede comercializarse sino que debe hacerlo, caso contrario estaríamos dejando la vía libre a monopolios estatales insolidarios con el dinero de los contribuyentes, el cual sería gastado en inútiles proyectos aumentando el burocratismo estatal y el despilfarro de la riqueza nacional. Cual es la idea, es que los ciudadanos decidan a donde van a poner su dinero ¿a la subsistencia diaria o al panel solar de un satélite? ¿a pagar la colegiatura de los niños o a costear la comodidad de algún burócrata espacial de sueldo especial? El sector privado deja esa decisión moral a los consumidores y de hecho los consumidores han decidido costear el desarrollo espacial cada vez mas, cada día mas personas sintonizan televisión satelital, usan Internet o se enteran del clima, y todo ello lo pagan voluntariamente financiado la investigación que sustenta estas comodidades, cada satélite y cada cohete es pagado por miles de consumidores en todo el mundo que a cambio obtienen un servicio que libremente han elegido.
Desde luego, todo este desarrollo es posible en economías capitalistas que dejan en libertad la iniciativa personal para establecer servicios satelitales de toda índole desde la programación televisiva a la supervisión de cosechas, la telemedicina, la supervisión agraria, el desarrollo minero, etc. Entonces, la solución no es mas burocracia estatal sino mayor libertad económica para lograr estos servicios que a su vez demandarán mayor preparación técnica y mas investigación científica en centros privados y universidades.
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