Rafael Correa que nada tiene de líder peor de revolucionario, que se mira sí mismo como absoluto, infalible y eterno, que no comprende su deuda con el pueblo ecuatoriano y su historia, que persiste en la descalificación y la ofensa a todos los que considera opositores, que tiene el propósito de endosar a la oposición la causa del descalabro del Ecuador, que quiere silenciar la voz de quienes lo censuran, él, que busca un estado de pensamiento único y por lo mismo dictatorial; se cree inocente victima de las mentiras y maldades ajenas y no reconoce que su obsesión populista y nula visión de estadista es la causante de que el país vaya de tumbo en tumbo hacia la debacle nacional.
A este mediocre mandatario, al que de frente, con nombre y apellido, demandé en la Fiscalía, por presunto peculado, al utilizar la Base Naval de Salinas para reuniones políticas partidistas y que ha pretendido en su cadena chavatina, sin nombrarme directamente, descalificar mi buen nombre y prestigio; le conmino a que por única vez en su vida SEA VARÓN, diga mi nombre sin subterfugios y si estoy equivocado, me acuse frontalmente.
Un hombre como yo, de buen antecedente, no teme los golpes que Correa da a quienes considera enemigos de la “revolución rosa”, más bien respondo denunciando una trama mucho mayor y que tiene que ver con el abusivo uso del avión presidencial del Ecuador, recientemente adquirido a un costo de más de treinta millones de dólares, dinero producto de los tributos y el esfuerzo del pueblo ecuatoriano.
En Mayo del 2009, Correa le prestó el avión presidencial ecuatoriano a Chávez para que retornen a Venezuela 12 miembros de su comitiva, que vinieron a la celebración de la Batalla de Pichincha, No solo que Correa dispuso de bienes públicos para actividades ajenas a las del Mandatario Ecuatoriano, sino que asumió el pago del traslado de los caribeños en la ruta Ecuador, Perú, Brasil hasta aterrizar en Venezuela, ya que el avión por ser de la FAE, por las relaciones diplomáticas con Colombia, no pudo surcar espacio aéreo colombiano.
Otra muestra del abuso, se dio en el supuesto apoyo del gobierno ecuatoriano al depuesto presidente de Honduras Manuel Zelaya. Se utilizaron dos aviones, el presidencial Legacy, en el que solo se trasladaron Correa, Miguel Carvajal y Ricardo Patiño y un Embraer de TAME donde viajaron los periodistas, personal de seguridad y efectivos militares. Los costos de una hora de vuelo están en 10.000,oo dólares.
Pese a que los bienes públicos tienen un destino exclusivo que no permite ni el préstamo ni el arbitrario abuso, en febrero del 2010, Correa fue a Cuba a atenderse de una dolencia física, utilizando un recurso del Estado, como es el avión presidencial, para su traslado. Perfectamente pudo utilizar una línea aérea comercial para su visita privada a Cuba y no lo hizo.
El Reglamento General de Bienes del Sector Público en su Art. 5 ordena: “Los bienes de las entidades y organismos del sector público solo se emplearán para los fines propios del servicio público. Es prohibido el uso de dichos bienes para fines políticos, electorales, doctrinarios o religiosos o para ACTIVIDADES PARTICULARES y/o extrañas al servicio público”.
“LA VIDA EN ESTADO PURO – LLAKY ILLAK KAWSAY” está escrito en quichua y español en el avión presidencial, como la “marca del país”. Seguramente Correa en sus sueños de gamonal y prepotente conductor de la República confunde la vida en estado puro, con la pura vida y cree que puede hacer lo que le viene en gana como viajar en el avión presidencial con la “marca del país” por donde quiera y cuando quiera. La prohibición es expresa, vivimos en democracia y las leyes y reglamentos, así no quiera, le obligaré a respetar.
Enviado por Fausto Lupera Martínez