Lamento izquierdista

Por Sebastián Hurtado Pérez

Los más conspicuos representantes de la izquierda latinoamericana tradicional deben estar viviendo momentos de enorme frustración, pues pareciera que el mundo se ha complotado para sacudir algunas de sus más profundas concepciones económicas y políticas.

Como si no hubiese sido suficiente que el gobierno comunista de la China Popular -que tanto inspiró a la izquierda latinoamericana- haya abrazado hace años el capitalismo y el libre comercio bajo la proclama de que ‘hacerse rico es glorioso’, ahora resulta que los líderes de la también inspiradora revolución cubana han arribado a la conclusión -algo demorada- de que la igualdad económica de las personas no tiene sentido y que los trabajadores deben ser compensados según su productividad.

Debe resultarles difícil explicar cómo, luego de que dedicaron décadas a denunciar los ‘injustos’ términos de intercambio que prevalecían entre las naciones desarrolladas exportadoras de bienes industriales y las naciones subdesarrolladas exportadoras de bienes primarios, hoy que los precios de estos últimos alcanzan niveles récord, los gobiernos izquierdistas de la región se esfuerzan por establecer precios máximos a los productos agrícolas e incluso prohibir su exportación, perjudicando nuevamente a los productores rurales del Tercer Mundo.

Debe desencantarles que luego de festejar la posibilidad de que sea elegido a la Presidencia de los Estados Unidos un candidato de color que propicie finalmente un cambio en las políticas ‘imperialistas’ que esa nación ha aplicado a los pueblos latinoamericanos -por alguna extraña razón la izquierda latinoamericana tiende a pensar que las personas de color están dotadas de una condición moral superior- hayan tenido luego que descalificarlo apresuradamente cuando confirmó su frontal apoyo a las políticas antiterroristas del Gobierno de Colombia.

Por último y como un verdadero balde de agua fría deben haber recibido la noticia de que la Comunidad Europea, a la que los izquierdistas latinoamericanos siempre han exaltado como el contrapeso primermundista al capitalismo ‘salvaje’ y a las ‘inhumanas’ barreras fronterizas de los estadounidenses, ha iniciado una campaña policial en contra de la emigración ilegal en sus territorios.

¿Pero qué esperaban? ¿Creían acaso que los líderes chinos y cubanos iban a sentarse a contemplar cómo sus connacionales alcanzaban el éxito económico en todo el mundo excepto en su patria de origen? ¿Creían acaso que las relaciones económicas son inmutables y que los productores de alimentos y materias primas nunca podrían enriquecerse? ¿Creían acaso que Barak Obama, por ser negro, iba a salir en defensa de países que son tolerantes con organizaciones terroristas? ¿Creían que la Comunidad Europea continuaría indefinidamente ignorando la presencia ILEGAL de extranjeros en sus territorios y socapando la incapacidad de los países de origen para proveerles de oportunidades económicas adecuadas?

Esta inexplicable desconexión con la realidad en que viven sumidos los líderes de la izquierda latinoamericana tradicional continuará causándoles amargas frustraciones en el futuro.


Publicado en El Comercio