Ministro Fernando Bustamante defiende régimen totalitario

Noticia en People Daily (China): Chávez mostró que es demócrata, dice Ecuador

El ministro del Interior en funciones de Ecuador, Fernando Bustamente, consideró que el triunfo del "No" a las reformas constitucionales impulsadas por Chávez es una "oportunidad" para que el mandatario "revise aquello que condujo a ese revés".
"Lamentamos que un gobernante amigo haya sufrido esa derrota, pero por otro lado nos complace darnos cuenta, y que quede demostrado, que el gobierno venezolano era cualquier cosa menos totalitario", agregó.
Bustamante ocupa de manera interina la cartera de Gobierno tras la renuncia de Gustavo Larrea y es uno de los hombres más cercanos al presidente socialista Rafael Correa, amigo personal de Chávez.
"A veces las derrotas son pedagógicas, ayudan a corregir rumbos, a resintonizarse con una opinión pública que ha cambiado evidentemente, y tenemos que confesar que es así", sostuvo el funcionario.

El Federalista: "dadle poder a un hombre y verás de qué está hecho" no sé quien dijo esa frase pero funciona, en el caso de Fernando Bustamante el ministro está hecho de basura.

Antes era impensable que Bustamante, el intelectual, el catedrático, pudiese defender un régimen autoritario fascista de la peor ralea, un régimen que asquea tanto en el fondo como en la forma, básicamente presidido por un coronelote inmoral, cuartelero y prepotente. El poder ha mareado a Bustamante, lo ha corrompido y lo ha cegado. Una vez habría pensado Bustamante que podría hacer un buen papel en el gobierno mas finalmente ha perdido la perspectiva y se ha convertido en el vulgar recadero del huésped de Carondelet.

Los regímenes de Chávez y Correa están unidos por un cordón umbilical hecho de petrodólares, Bustamante lo sabe, alguna vez pensaría que era un mal necesario, hoy parece pensar que no importa, que el fin justifica los medios y que prostituirse bien puede hacerse si se busca el santo grial de un país nuevo tras una constitución nueva.

Pero lo anterior supone escapar de la realidad y reducirse al nivel intelectual de un beneficiario del bono de la pobreza, implica aceptar la indigna limosna y atropellar concientemente a la realidad, que enseña a quien quiere escuchar, que las revoluciones armadas o constituyentes han parido peores regímenes que los que han derrocado, regímenes cada vez más viles y más autoritarios que los previos.