Jaime Nebot hizo correr a Rafael Correa

Según el boletín de la Municipalidad de Guayaquil y que recoje el discurso de Jaime Nebot frente a los atropellos contra los ciudadanos de Guayaquil, Rafael Correa huyó hacia Quito cuando avanzaba la marcha desde Guayaquil.

"Esto no es más que un calentamiento en la lucha por la Libertad", advirtió el líder guayaquileño a la multitud que lo aclamaba en La Rotonda, donde se había improvisado un tarima con altavoces y desde donde se dirigió al pueblo que lo había apoyado en esta larga jornada por la Democracia.
Después continuó: "Los que tenían miedo a este gobierno, que eran algunos, ya lo perdieron. Ya se sabe que el camino a Montecristi está abierto y que esa gente le va a responder al pueblo que sí se moviliza, y si hoy, no lo dejaron pasar por un atropello, y hay mujeres aquí que no nos permitieron tomar otro tipo de medidas, pues mañana habrá quienes tengan que pasar y pasarán".
En este sentido, emplazó al presidente Correa, "Esto es una dictadura forzada y, fundamentalmente, un acto de cobardía. Este Presidente que vino ayer y dijo: Vengan, que aquí los espero, esta mañana los que él esperaba no le fueron y huyó hacia Quito y cuando vio que los que no esperaba veníamos ya en buses con miles de personas, entonces ha cerrado todas las carreteras del país y puso una policía, que debería servir para perseguir a los delincuentes, a reprimir a los ciudadanos libres y correctos de este país".

El Federalista: habrá de preguntarse dónde estuvieron los "diez mil... veinte mil.... cincueeeeenta mil" seguidores del führer. Que Correa los puede movilizar, sin duda alguna, pero eso cuesta dinero, que Guayaquil se movilice espontáneamente para defenderse es el costo que cada quien asume reemplazando un bien (trabajar, estudiar) para alcanzar un bien mayor (defender la libertad y la propiedad privada).

Las turbas de Correa lo seguirán mientras tengan sopa caliente, las multitudes de Guayaquil se rebelarán mientras tengan vida y principios que defender.