El Federalista: el decreto ejecutivo de la noche de ayer que confiscaba las ganancias obtenidas por las petroleras privadas ha tomado por sorpresa a todos, el decreto es básicamente un asalto a mano armada, el ladrón de Carondelet ha desenfundado el arma y ha exigido la entrega de la bolsa con la promesa de volver por más.Desconcertadas, asombradas y casi en estado de shock quedaron las petroleras privadas tras conocer la decisión del Primer Mandatario de repartir los excedentes del precio del barril de petróleo en el 99% y no en el 50% como lo venían haciendo.Luego de conocer el decreto con la nueva repartición, el vocero de las petroleras privadas, René Ortiz, dijo desconocer las motivaciones que indujeron al Presidente a tomar esa decisión en la mitad de un proceso de negociación, apertura y de buena relación que se había abierto con el ministro de Minas y Petróleos, Galo Chiriboga.
Es que esta medida del ejecutivo que es de fuerza pues el Estado ejerce el monopolio de las armas, tiene como objeto forzar la renegociación de los contratos petroleros, lo que puede consistir en obtener más dinero para financiar al Estado a largo plazo aun cuando la medida inicial sea luego retirada. En cualquiera de los casos se usa en forma ilegítima el poder del gobierno para lucrar del esfuerzo y capital ajenos. Robo, latrocinio, confiscación, póngale usted el nombre.
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