Nota Importante: este artículo fue publicado el 27 de septiembre del 2006 como bien puede notarse en el encabezado del mismoOriginalmente publicado en
EcuadorCienciaPropuesta de Rafael Correa de repatriación forzada de fondos de los depositantes en el extranjero, de ser llevada a cabo, pone los ahorros familiares en serio peligro.Hace exactamente un año en Cuenca el ahora candidato Rafael Correa manifestó su acuerdo con el diputado socialcristiano León Febres-Cordero sobre el Proyecto de Ley de Rehabilitación Productiva que intentaba obligar a la banca a entregar al Estado los ahorros de los depositantes para que el Banco Central los destine a proyectos que ésta entidad decida. La aprobación a este proyecto la hizo Rafael Correa en el marco del Encuentro Latinoamericano sobre Desarrollo Local, en el mismo evento el candidato manifestó que "hay que exigir a la banca privada que repatríe el dinero que tiene fuera del Ecuador", estas declaraciones fueron recogidas por varios medios entre ellos Diario El Mercurio de Cuenca.[1]
Al respecto del Proyecto de Ley mencionado, advertí al país sobre los peligros de tal iniciativa, pues ésta implicaba sin sombra de duda la confiscación de los ahorros de los depositantes, es decir, un nuevo feriado bancario, también implicaba la politización del crédito y el encarecimiento del mismo para los sectores familiares y de pequeña y medianas empresas. Por fortuna, este Proyecto de Ley no ha sido aprobado y miles de ecuatorianos aún pueden disponer de su dinero depositado en las instituciones financieras del país, pues varios medios de comunicación presentaron el análisis realizado sobre esta ley[2] y abrieron sus puertas para advertir a la sociedad sobre las consecuencias de la aprobación de este equivocado proyecto.
Hoy en día sin embargo, los ahorros de los depositantes corren peligro nuevamente, ya que abusando de la buena fe de los ecuatorianos, el candidato presidencial, economista Rafael Correa exige la entrega forzada al Estado de los fondos que las instituciones financieras han invertido en el exterior, lo que no se dice es que estos fondos son propiedad de los ecuatorianos que la banca ha puesto a buen recaudo en el extranjero para evitar su depredación por parte de los actores políticos y funcionarios gubernamentales, además, estos dineros generan recursos que respaldan la liquidez del sistema financiero ecuatoriano. Dicho en forma simple, los fondos de los ecuatorianos están mejor respaldados si estos se destinan a inversiones rentables dentro o fuera del país y ahora este beneficio para los ahorristas pretende ser manipulado políticamente.En declaraciones para Radio Democracia en junio de este año[3], Rafael Correa afirmó que buscará traer 2.500 millones de dólares al Ecuador correspondientes a depósitos de los ecuatorianos que la banca ha colocado en el exterior, y, utilizando la misma argumentación usada por León Febres-Cordero, insistió en que el dinero sería utilizado por el Estado para invertir en proyectos eléctricos y de telecomunicaciones, a fin de cuentas, una nueva expropiación de depósitos para que el Estado lo malgaste financiando refinerías por colapsar, empresas eléctricas arruinadas y monopolios de telecomunicaciones ineficientes. También, y repetidamente, el candidato Rafael Correa ha renegado de la dolarización tildándola de “sistema perverso”, ignorando así a la opinión pública que ha visto creciente estabilidad económica luego de implementada la dolarización. Mas ello también implica ignorar los evidentes síntomas de mejoría que ha tenido la economía ecuatoriana en los últimos años: aumento del PIB, aumento del ingreso familiar, reducción de la inflación y de las tasas de interés, menor riesgo país, menor costo de la deuda externa, aumento de las importaciones y las exportaciones petroleras y no-petroleras etc.
Como podrían repatriarse los depósitos en el extranjero y destruir la dolarización
La primera opción, imponer un tributo a la salida de capitales. Esta es una medida ineficaz para repatriar los ahorros ecuatorianos en el extranjero, pues únicamente gravaría a los capitales que salen del país pero sin afectar los fondos que ya se encuentran fuera, esta medida ya significaría un costo financiero mas que será trasladado a los clientes y accionistas de las instituciones financieras.
Imponer un tributo mensual, semestral o anual a los capitales que se encuentren en el extranjero. Esta medida tendría un efecto igualmente desastroso en la economía pero tampoco sería eficaz para forzar el ingreso de fondos al Ecuador. Esta medida haría más costosas las operaciones financieras y obligaría al cierre de las instituciones financieras en el Ecuador, reservándose su funcionamiento en sus filiales en el extranjero. Esto elevaría las tasas de interés debido a la escasez de ahorro disponible y la poca competencia local causada.
Una forma “viable” igualmente ilegítima como las anteriores de repatriar fondos al Ecuador, es incautando total o parcialmente los ahorros del país para forzar a la banca a respaldar las operaciones locales con transferencia de fondos del extranjero. Un nuevo feriado bancario.
Cualquiera de las tres medidas anteriores causará un grave impacto en la economía ecuatoriana en distinto grado, cualquiera de ellas descapitalizará al sistema financiero, cualquiera de ellas implicará un aumento de tasas de interés, cualquiera de ellas generará pánico y retiros masivo de ahorros, cualquiera de estas medidas generará un nuevo colapso financiero de grandes proporciones tarde o temprano.
Junto con la ruina de miles de familias y empresas que no podrán obtener crédito ni podrán pagar préstamos ya adquiridos, los ingresos gubernamentales descenderán debido a una reducción drástica de las recaudaciones tributarias, por otra parte, los ahorros incautados a la ciudadanía serán destinados a financiar gasto público e inversiones estatales de dudosa rentabilidad pero además significará que muchas inversiones y gastos planeados por las cabezas de familia y por el sector empresarial serán cancelados o postergados. Un factor que ahondará la crisis tanto del sector privado como del gubernamental.
Junto al debilitamiento de las finanzas de la gente, de la empresas y del gobierno, la posibilidad de que el Estado no pueda afrontar sus obligaciones internacionales y la amenaza de una reestructuración unilateral de la deuda externa como en el caso de Argentina, aumentará el riesgo país alertando a los inversionistas a evitar entrar al Ecuador pero sobretodo implicará un aumento en los intereses de la deuda externa ecuatoriana.
Pero la amenaza de un “default”, es decir, de una reestructuración unilateral de la deuda, ya fue hecha por el economista Correa en Nueva York el pasado 12 de septiembre y fue recogida por los medios especializados.[4] La sola mención del candidato de la posibilidad de una reestructuración de la deuda “a la Argentina” causó un aumento del riesgo país, que ya lleva subiendo más de 40 puntos en los últimos días. El candidato Rafael Correa aún no ha llegado a la primera vuelta electoral y ya le ha causado un millonario perjuicio al país con sus temerarias declaraciones que le están significando al Ecuador un aumento del pago de la deuda externa.
Finalmente, las acciones realizadas y las acciones propuestas, encaminarán al país a un desbalance en sus finanzas, pretexto que sería usado por el economista Rafael Correa -de llegar al poder- para incautar los dólares en el sistema y emitir una nueva moneda devaluada manipulable para financiar artificialmente el gasto público y el pago de las promesas hechas en campaña, para a su vez, mantener en marcha su programa de ingeniería social basada en premisas más ideológicas que racionales.
Todas las medidas mencionadas desde luego serían realizadas en forma autoritaria pues los primeros decretos prometidos por Rafael Correa instituirán una Asamblea Constituyente de plenos poderes que descabezarían al Congreso, la Suprema Corte, el Alto Mando Militar y Policial, los tribunales Electoral y Constitucional y las entidades de control y fiscalización convirtiendo a Ecuador en una dictadura.
Conclusiones
Llama la atención las coincidencias en cuanto a la intervención en los ahorros de los depositantes, entre el Economista Rafael Correa y León Febres-Cordero, y el escaso apoyo de éste último a la candidata presidencial de su propio partido, en una actitud que no deja de causar sorpresa.
El Economista Rafael Correa es un detractor declarado de la política monetaria responsable, de la apertura comercial, del concepto de propiedad y de la democracia representativa. Rafael Correa apoya el intervensionismo autoritario en la economía. Y obra en consecuencia.
El programa de reformas económicas y políticas que abriga el Economista Rafael Correa tiende a fomentar pasadas e ineficaces formas de manejo económico: devaluación, sustitución de importaciones, política de subsidios, burocratismo, sistemas de privilegios, cierre y monopolización de mercados. Y obra en consecuencia.
El Economista Rafael Correa quiere provocar una crisis económica general que incluya un feriado bancario y un cese de pagos y señalar como culpable a la dolarización, luego instalar un sistema monetario que privilegie a ciertos sectores económicos que lo respaldan e instalar un sistema político dictatorial que impida cualquier fiscalización a su labor de gobierno. Y está obrando en consecuencia.
NOTAS:
1. Diario El Mercurio, 2005, “ExMinistro Correa de acuerdo con LFC”, Septiembre 22.
Enlace al artículo2. Diario El Mercurio, 2006, “Proyecto de LFC es inviable para país”, Febrero 28.
Enlace al artículo Enlacec
3. EcuadorInmediato sobre declaraciones en Radio Democracia, 2006, “Correa buscará recuperar empresas petroleras y eléctricas”, Junio 26.
Enlace al artículo4. Bloomberg.com, 2006, “Ecuadorean Candidate Correa Says He Might Renegotiate Debt”, Septiembre 12.
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Nota Importante: este artículo fue publicado el 27 de septiembre del 2006 como bien puede notarse en el encabezado del mismo